Don Diablo Con Cuernos da vueltas alrededor del escritorio con un humor de los mil demonios. Para y jala su saco por la solapa:
- ¡No es posible! Con las marchas de ayer las buenas acciones se fueron a la alza. ¡Tanta solidaridad! Se juntaron los chinos y japoneses, irlandeses y escoceses, los negros y latinos, hasta los del poli y la universidad- ve a lo lejos como un taxista saca la mano para rayársela a un repartidor de pizzas- ¡caray! ¡Ni una mentada de madre en las marchas! Esos inmigrantes de verdad tienen poder…
- Licenciado Don Diablo- suena el interfone- tiene llamada por la línea 6.
- Gracias, señorita Bathory- esta inglesa ¡sí que está bien buena!, tiene el cutis de bebé ha de ser por la crema young blood que usa, piensa Don Diablo Con Cuernos mientras contesta el teléfono:
- Bueno.
- ¿Diablo?- suena una voz suave y aterciopelada tras el auricular.
- Gra… Gra… ¿Gracia?- Don Diablo Con Cuernos se derrite al reconocer la Divina tersura de su voz.
- Te extraño mucho, deberías regresar al Paraíso- se escucha la voz de ella suplicando.
- ¡Qué! Regresar a ese pueblo bicicletero- Don Diablo Con Cuernos se enfada- ¡nunca!
- Pero… si te gustaba tanto, eras tan bueno con las plantas. ¿Recuerdas? Cuando los manzanares comenzaban a florecer y dar frutos, recorrías los campos leyéndoles poesías y miles de historias. Siempre creíste que eso las hacía crecer bellas, saludables y que guardaban el conocimiento en su savia.
- Claro, ¡el conocimiento es poder!- su voz se apaga- Era una bella época no ha sido fácil ni divertido ser el malo.
- Salías por la mañana, a caballo, con los muchachos a recorrer los sembradíos. Los manzanares nunca han sido los mismos desde que te fuiste. Las manzanas ya no saben. ¡Eras tan bueno!
- ¿¡Tan bueno!? ¡Y pendejo!- Don Diablo Con Cuernos echa chispas hasta por los ojos y un escalofrío le recorre la punta de los pitones- por eso aprovechabas el tiempo, mientras estaba en la joda, tú jodías con otro. ¡Por eso me fui de ese pueblucho! ¡Por qué descubrimos que Dios era el sancho! ¡Mi sancho! ¡Búsquense otro pendejo que les trabaje!- Don Diablo Con Cuernos azota el teléfono.
Desde entonces:
* El paraíso está marchito.
* Las manzanas no saben nada y las puede comer cualquier buey.
* Ya no hay pecado original… Ahora son puras copias piratas.
* ¡Ahh! Y el Diablo tiene cuernos.