Mientras un punto sólo ocupa su lugar en el espacio, varios puntos en un sentido generan una dirección, una línea continua con una trayectoria definida, pero ¿y dos puntos? Serán la puntualización directa de varios entes del mismo género con particularidad diferente -la cuál es enumerada-, o puede ser la hilerita de características o fragmentos que forman un elemento.
La conjunción de varios puntos puede ser una minuta, la carta protocolo, o el pedido rebelde de no sé qué, es más varios puntos pueden ser un lunar o varios lunares -no importa si son de la misma luna-. Es más hay puntos rellenos de color, de cajeta, de frambuesa o de mierda. Un punto es el inicio de todo si es que ha de puntuarse o puntualizarse, es más siempre buscamos que sea el punto, focalizamos en él , vamos a él, diferimos, o nos unimos, o nos apartamos o finalizamos en él. ¿Y tres? Son aburridos, son calaveras del lenguaje, patrocinadores del juego más atroz, es suspensivo, o un continuará, ¿serán los puntos parejos y el salero? Se refieren al final, o al principio, son aletargados, o la cascarilla de nuez y las galletas que marcan el camino, será que son tres por ser divinos: Un punto padre, otro hijo y el de más allá tan espíritu santo. No a lo mejor son cinematográficos: El Bueno, El Malo y El Feo; será el no oigo, no veo, no hablo de los tres monitos que huyen del pecado en alguna caricatura gringo -francesa de mediados de los 50's. No sé por qué 3 y no diez, es más serán serial killers, recordemos que cada asesino memorable tiene 3, si no busca al de JFK, al de Lennon, y hasta el de Colosio; no hay que mamar son una jugarreta, son para decirnos que el final no es final, que todo es un devenir y que no se detendrá, que mañana amanecerá o anochecerá, son para decir hasta aquí pero hay más, o de verdad son un final a al mitad, o son aburridos porque se acaba la vida y como da hueva pensar pues ahí están tres para no pensar y que pienses mejor tú, son para infiltrar, para socavar, para imaginar, para descansar, o simple y sencillamente para mandar todo a volar... y ahí es donde empieza la imaginación.
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