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domingo, 11 de noviembre de 2012

Letras desgajadas y mi única fotografía




Mientras el cursor espera en la pantalla, muevo los papeles sobre el escritorio para dar un sorbo al elixir de mis delicias, mi tonta mano tira la taza y se vierte el líquido sobre aquellos lienzos blancos heridos con la imposibilidad de mis letras. Apresurado levanto cada carta o e-mail que te he escrito, los imprimo pero nunca te los mando, armo la colección de mis recuerdos y de los pocos souvenirs que me quedan: tus cartas desgastadas de las mil veces que las he leído y la fotografía de la luna llena, la única que guardo de ti.

Parece ser he salvado a todos. Mi vista se detiene, uno a la orilla se mece escurrido, lo despego con cuidado, parece legible:

Mira las espadas alrededor de mi camino, pequeñas flores derrumbadas del jardín del Edén, prisioneras de la encomiable laxitud del tiempo que se pierde en las arenas de un mundo desierto. Mira las espadas como cuelgan de los árboles con el filo hacía abajo, pequeñas dagas como agujas del reloj que mide mi eterna imperturbabilidad. Mira, a lo lejos, un gigante siembra monedas en la tierra mientras los caballos salvajes danzan en el aire por entre las nubes que salen del valle de tu cuerpo, de sus cascos brotan chispas que iluminan el firmamento con un arcoiris del color de las ideas de un porvenir bienaventurado. Ve a lo lejos como tu sonrisa se prende al cielo ocupando el vacío que dejó la luna hace casi un año, ¿sientes en tu rostro el encuentro de la libertad con tu alma? Aprecia, con la certeza del advenimiento, el poder de las mariposas, de texturas encantadas, pasando a través de tu existencia, observa cómo se dejan llevar pausadas, aletargadas y vivaces, con letras en las alas del único poema que soy capaz de escribir. 

Lo puedes creer, en el lago, somos nosotros haciendo el amor, bueno los otros que somos y, en las orillas, la fruta del no y del hoy cuelga de las ramas de los cafetales de un sábado por la tarde. Puedes ver cómo nos reflejamos en las aguas cristalinas, a la vez, las caricias acompañan los sentimientos enamorados y prendidos a la piel de un momento perdurable en la eternidad. ¿Sientes cómo me derrito entre tus piernas de dulce líquido marea de fuego? ¿Puedes abrazarme por un segundo y detener el tiempo y pretender que no hay ni hoy ni mañana ni para siempre? Y en ese instante, ¿podríamos saber que la fantasía cae cual densa lluvia sobre nuestra historia? ¿No recorre tu cuerpo el destino feliz de hallar el sendero que va directo a tu corazón? Mira, el gigante recoge perlas y las entrelaza con hilos de plata y las hormigas llegan en fila con pequeños corazones sobre la espalda, son pequeñas esencias de sal de las historias que te cuento. El gigante se acerca y deja sobre los tulipanes un collar de perlas sueño para tu cuello. 
Los caballos salvajes dan vueltas entre tus nubes, de esas que salen de tu pecho y se hacen del algodón de lo que no entiendes. Tras la montaña un mago saca del sombrero la carta del as de copas y la rueda de la fortuna gobernada por el mundo, y a su lado, encerrada en su burbuja, la dama se prende cual botón en primavera, sobre su torre, esperando el cambio de estación…

Por un momento, sólo por un momento puedo parar el mundo y creer en el universo que nace de la alquimia de tus manos, de las frases que te robo cínicamente y permites que escriba con mi firma al calce. Por un momento, sólo por ese instante, permito que me gobierne la locura para hacer mella en la realidad de aspados molinos y quijotes derretidos. En ese momento dejo que mi mundo se convierta en estatua de sal, a la orilla del eterno vaivén del océano de tu tranquilidad, para desaparecer disuelto en la corriente del mar que llevas en tu interior… y en ese momento soy tan tuyo cómo jamás lo he sido de mi, y en ese momento de locura, eres tan mía como el nido del ave en que me convierto cuando no encuentro la dirección para llegar a tierra y a mi hogar… y entonces caigo en hinojos deseando perderme entre tus brazos… y por ese instante, por ese momento sé que todo es posible… y me doy cuenta que te amo de frente y de trasfondo, oblicuo y transverso, en líneas y espirales, circunscrito al rectángulo que forman las hojas de esta semblanza en que me llevas y te llevo por el único camino salida al laberinto que se forma con el reconocimiento de ser y no ser, estar y no estar, de creer que nuestras diferencias son la fuente de la memoria de la piel y de este sentimiento de vanguardia y [mancha de café], por un momento, sólo por ese instante sé que despertarás en mis brazos una mañana y que tú, imagen perfumada, serás lo que vean mis ojos llenos de lajas cristalinas mientras el sol se cuela por la ventana llenando de índigo ámbar goteado nuestra existencia…[mancha de café]
[Mancha de café] T…A…M…siem… hay m´…

Lo sé, son letras desgajadas de mi amor profundo por ti… pero son el sentido de mi vida, es la única forma que tuve y he tenido para estar cerca de ti…

martes, 16 de octubre de 2012

El ruido blanco (oigo voces)

Hoy no debería de escribir mientras mi pensamiento viaja sobre la ciudad en una nube de mar, cargada de decenas de cristales a punto de estallar, sobre el galope de los caballos salvajes de mis ideas, que a cada tranco se alejan por la pradera de mi cabeza hacia la luna, y el sonido mineral tiñe en armónicos souvenirs de lo que voy dejando atrás, regado sobre le piso que piso y que se hunde a cada paso que pasó...

Y escucho las voces extranjeras que confiné, a puerta cerrada, en cada vagón del metro. Oigo esas voces tras los textos sueltos de Genet, Sartre y Camu; prisioneros en la lágrima que derramé evocando en mi pliego petitorio: amar es tragarse entero y dejar espacio para alguien más en el lado oscuro del corazón, y llorar despacio a cada bocado. Sólo se puede amar a aquel que tiene, al menos, algo de uno... Y cada gemido masticado es por el dolor de saberse devorado... de no poder odiar más aquello que siempre hemos amado: en el acto de amar nos jamamos, y en el afán de perdurar nos vamos extinguiendo... Y escucho el susurro de siempre, ¡¿acaso no somos lo que amamos?!

Mientras los cristales golpean con la fuerza del viento y huyen de su propio sonido: Oigo voces.

Miro el sílice del espejo, que en su honda reflexión no ve más allá de lo que hay al fondo de la silueta, que cual paisaje se delimita a sí mismo por el haz de luz, ya que en la oscuridad sólo ve quien sabe andar en ella, y se atiende a su dualidad, tan blanca y negra, oscura luminosa... y recuerdo que en aquellos trenes de último vagón, sobre duermientes, en vía de sueño y en vía de vida; se esconde aquel que no reconocemos cada mañana en el espejo, aquel que empieza siendo uno y termina siendo uno en otro, con el otro... Y es que estando con otro, terminamos siendo ese que exalta lo claro, o se deja absorber  por nuestro oscuro: habiendo un nosotros se aparecen los demonios y las vocaciones, nos hacemos víctimas de nosotros, por eso no nos reconocemos en el espejo, porque al amanecer somos unos, u otros; y dejamos algo sobre el presente muerto que yace sobre la cama, y es que es tanto el tiempo y tan poca la vida, hay tanto y sólo un hueco en la mano... ¿es tan poco lo que podemos llevar con nosotros?

Ellos, los cristales, hablan de aquello que ha pasado, de los souvenirs que voy dejando, de los finales que voy escribiendo con punto final y de los que esperan un desenlace, efímero o mortal, y juro que oigo voces que están a punto de estallar, de inicios postergados y de barcos de papel sobre la mar... y es que todo se aparece cual dibujo cuando decidimos borrarlo y estar en paz...

Por eso oigo voces, interferencias de ruido blanco, voces que de sesgan, me atrapan y me llevan hilando con frases sueltas mis manos, tejiéndome poco a poco en mi propia oscuridad, y sellando en mis labios en su profundidad...

Dedicado:
Con un amor profundo a todo lo que odio de todos y habita en mi por un simple hecho de reciprocidad... y por las voces de los cristales que hay en mis nubes y en mi luna que están a punto de estallar.


lunes, 8 de octubre de 2012

Evento para el 13 de Octubre en México


Hola a todos, los invito a que participen de un evento que organiza el FIC y varias AC's entre ellas, una en la que participo: Impulso Humano. El cartel habla por si sólo, la cuota de recuperación del evento es de 30 pesos, y si no les gusta la música de la India habrá diversas actividades. Este es una extensión del FESTIVAL CERVANTINO que se realizará año con año en Tepotzotlán. Saludos y un abrazo a todos los que me leen.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Omisión Ostracista


Esta noche preferiría no hablar de mi ni de las noches de ayuno de tu cuerpo... es justo decir que hablo de deseo y no de amor, de los días prolongados bajo el sol recalcitrante, empeñado en hacerme desaparecer de la Tierra, gota a gota, derritiendo mis pasos en el asfalto, que día a día, me sirven de sendero para ir y venir sin el sentido perfecto de mi destino: sólo un alto, precaución, siga sin saber a dónde, pero siga de frente tras la luz verde.

Y recuerdo tus ojos anegados del momento, de tu escuálido adiós, de los besos desgajados y abandonados sobre la acera, y la promesa de no volver la vista mientras el reflejo de tu alma se perdía tras los lentes oscuros: debí tomarte esa mañana, una vez más, tirarte de la ropa y encontrar el valor a cada movimiento, en medio de tus piernas.

Tengo esa mirada tuya, ya pasada, tan presente; como el golpe de la sangre en nuestro pecho a cada abrazo, incisiva como el aullido de nuestras ganas ocultas tras las jambas arropadas por la luna; y es que a pesar de ser entes nocturnos terminamos amándonos de mañana, clavando los colmillos en la carne y soltando nuestro veneno vacuo: es que siempre estuvimos solos a pesar de hacernos compañía, tan cromáticos, asiéndonos texturas con las garras afiladas, hurgando bajo la piel, tratando de encontrarnos el alma a cada caricia, a cada venida.

Debí ser más valiente mientras escribimos nuestros nombres en cada oscilación sobre tu cama y el viento golpeaba la ventana, en el murmullo de aquella vieja pregunta que no hiciste, por miedo a sonar resquebrajada: será que nunca viste a través de mis ojos a la mujer que yo veía, aquella que quería un sueño rosa y una mariposa encarnándose en su vientre.

Debería haberte besado en el lago, junto al agua, amparado en la lejanía de las montañas, cuando sólo estabas tú y pensabas arrojar por la borda esa soledad que te acompaña hace años ya... Debiste preguntar, y no seríamos tan indiferentes, volaríamos con las alas de los versos a cualquier lugar que desearas ir, fundidos en deseo; errando por la tierra, inventando un nuevo nombre para cada estación del tren en el que debimos viajar, siguiendo las vías hasta verlas dormidas, cansadas de tanto andar.
Debiste preguntar, y no hubiera comenzado el éxodo, no estarían mis pasos hundidos en la arenas de tu desierto, y es que escucho tus latidos cuando pego mi oído a la tierra, o tus pasos descalzos sobre la hierba cuando corres tras alguien que no soy yo.

Esta noche preferiría no hablar de mi ni de las noches en que  he pasado hambre por tu cuerpo, es justo decir que hablo de deseo y de amor, de los dos... Y es que recuerdo, debí ser más valiente y tu haber preguntado: ¿Cómo podría haber dicho que no?


lunes, 9 de julio de 2012

No olvidé...

Cada vez que cierro la puerta tras de mi, sólo puedo ver un sin número de rostros que se han grabado en mi memoria y de los cuáles no tengo mayor referencia que las líneas sobre su piel de todo aquello que han vivido: y me enfrento a mi sin más arma que la verdad.

Me miro en días bajando la cabeza sin más razón que no encontrar el camino que lleva a mi destino, y repliego las alas mientras dejo que se embarren en mi cuerpo los artilugios y hechizos del hombre modernista y sus máquinas... y observo en mis manos los estuarios y volcanes que he perdido en la lejanía; y se reflejan en mis ojos los atardeceres naranjas de un cielo azul que me parece extraño y desconocido: será que es verdad que los seres humanos somos islas cuyo único contacto es el vacío alrededor que ahoga el agua.

Es esta sensación asfixiante de no poder sentir lo que alguna vez sentí, ¿recuerdas? Cuando después de vagar en un espacio, te encontré hablando de todo lo que sabes y que no te detenías a explicar, era una edad donde todos nos pintábamos el rostro de mil formas, y nos describíamos con palabras necias de tertulias enrojecidas y taciturnas, nos escondíamos entre las líneas y las comas, entre los puntos suspensivos que nos llevaban a la calle a buscar o fabricar nuestras historias, de amantes y de locos pidiendo aullidos de cama, cuerpos desnudos y seres mágicos envueltos en lo que no se atrevían a vivir. Y me hiciste de pan y yo, me vestía de sal para domar a la bestia de mi interior, y a sus miles de demonios que embriagados se deslizaban entre la magia de la noche para tocarte, y rozarte con palabras de su propia invención: sólo querían seducirte y navegar entre tus piernas, deslizarse por el piélago de tu cuerpo y detenerse en tus montes, descansar en tus valles, y sembrar la lujuria; el hambre de mi.

En ese intento, entre esos murmullos, dibujaste un beso a la distancia, que en su muerte llevaba tu nombre, y no lo pude olvidar; a pesar de estar tan lleno de vacío y de la insoportable existencia de la nada. Tal vez por eso nos abrazamos a otros, buscando en otros cuerpos las texturas de los cadáveres exquisitos que sacábamos del armario cada noche, los olores y sabores que nos servíamos cuando compartíamos las viandas, y llenábamos de durmientes las vías del tren de último vagón que construíamos a las luz de las velas, al sonido de una lengua antigua que nos mantenía prisioneros, víctimas de la hambre de nosotros: y trazamos un mapa sobre tu espalda lleno de lisonjas y mentiras, de halagos y verdades, de cicatrices y caricias, de anzuelos y caídas, de vuelos y delicias... de historias y poesías.

Me hiciste tuyo en la profundidad de cada crepúsculo y angelus, en el mar de la tranquilidad de tu mente, a cada palabra, y en cada oración; me fuiste dibujando como cuando trazas el paisaje del desierto que hay en tu pecho, y lo llenas de color con las arenas de ese viejo reloj que nos regalo el tema más gastado entre los dos: la fugacidad y la permanencia del amor.

Y te vi entre la oscuridad de mi mente, el ocaso de mi corazón -es que parece que ya no puedo sentir lo que sentí alguna vez-, y el olor del café llenó la mañana, como mi cuerpo el tuyo, y te probé como se degusta la savia de la tierra, me ceñí a tu cintura como la sombra a los últimos rayos de la tarde, y te abrigué entre mis manos, dejando un rastro con mis dedos -es que quería que recordarás el camino de mis manos cada vez que vieras las huellas-. Quería verte mujer bajo la luz que se cuela transparente por las ventana, y alzar las velas, y romper las olas al navegar contigo, cederte el timón y pedir tierra en mi naufragio.

Y me aprendí tu nombre y jamás lo pude olvidar: me di cuenta que necesito alguien como tú.

Ahora cuando con mi mente cerrada voy a dormir y hago guerras, planeo la batalla contra mi verdad, y le gano al poeta y a la letra, espero que veas que estoy junto a ti, asiendo tu cuerpo y comiendo tu alma, aunque estés con alguien como yo.
Por eso siempre divago, entre las calles y voy plantando desazones -es que hoy soy lo que no fui-, y me siento tan asustado como jamás lo estuve, mi corazón ya no late como solía hacerlo -parece ser que le dieron cuerda la revés-, y de pronto me falta tiempo y aire, me ahogo con mis latidos y mis palabras, levanto piedras y te busco, araño la tierra y podo el césped con mis labios: quiero que sea de noche y evitar cada falsa mañana, y es que por alguna extraña razón mi corazón ya no late como solía hacerlo.

Lo sé hay días que quisiera caminar directo al mar y poco a poco, perderme mientras ardo en el profundo azul, tal vez así pueda olvidar tu nombre y esperar que llegue una mañana sin ti -es que ya no soy el mismo y ya no puedo sentir lo que alguna vez sentí-.

Y es que me aprendí tu nombre entre cada caricia, en la muerte de tus besos, en los orgasmos y en tu respiración, y jamás pude olvidarlo. Cada vez que cierro la puerta tras de mi, sólo puedo ver un sin número de rostros, las avenidas y calles que se han grabado en mi memoria,  y me enfrento a mi sin más arma que la verdad: me di cuenta que necesito alguien como tú, que piense y hable como tú, que seas tú... Luna.


martes, 12 de junio de 2012

Algo más que nada



No miento si te pido que calles, sobre nosotros y los últimos vestigios,
no  miento si suplico que respires y sigas tus huellas, tus pasos viejos, y los indicios,
y es que somos polvo y arena,
ceniza, lastre y condena.

Juro que no miento si perdido me sostengo a tu cadera,
entre sueños mojados,
en mis erecciones nocturnas,
en mis palideces diurnas.

Y es que somos nada,
algo más que nada,
somos la vieja zorra en la nueva mascarada:
tu risa tan perfecta,
yo lecho de andanzas y locuras macabras.
Somos sarcasmo y alabanza,
verija y mentira de media asta.

Juro que somos putería,
añoranza,
la flecha sin un poco de puntería.
Somos la serpiente y la manzana,
la respiración del día a día...
camino, virtud y jornada;
pecado, pluma y palabra.

Somos lo que somos,
ni más ni menos que ataúd y semblanza,
la víspera del muerto,
de su entierro la esperanza,
su paraíso desierto,
ese camino que caminas y no cansa.

Juro que sin más compartimos el hielo,
arrullamos con besos al viento,
tapamos con caricias encendidas el frío del cielo:
y es que somos lo que somos,
ni más ni menos,
que todo aquello que diario se ahoga bajo el firmamento.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Sueño tan natural...

Llevo días colgado de la falta de sueño, y el galope de tus ideas dejan mullido el piso de mis neuronas, es que a lo mejor no ves lo que tu sonrisa le hace a mi vieja muralla de adoquín (es que es tercermundista). Vuelco tras vuelco te voy conociendo en mis paisajes oculta, tras los abetos y los baobabs -aquellos de profundas raíces-, en la sonrisa del sol y el talante de los viejos estuarios que formaron las lágrimas -las mías o las de alguien, en mi historia da lo mismo-.

Y me pregunto si me sueñas como se sueña el penúltimo sueño, ese que se sabe desde antes, el que antecede al último, en ese que todavía hay esperanza por soñar; y es que es natural, el reflejo de la tarde sobre tus ojos, tus labios rosados, tus impávidos miedos, y la hojarasca de verano a medio comenzar: se siente el terror a saber de la fugacidad de la piel y el impacto que tiene sobre la hoja blanca de tu deseo, la vieja tabula rasa de tu desnudez ofrecida a los perros. Y es que es natural, a cada palabra consigo las pistas del lugar donde escondes el caldero de tu protección, el nido de tu corazón arropado por los señuelos del pasado, los eslabones que te atan, las ristras a tu cuello, y los anhelos de un futuro castrado de tanto estar sentado esperando por el. Es tan natural como el olor a café inundando la mañana, la caricia remojada a la orilla de la taza, y el tarro harto lleno de palabras dulces y diabéticas... ¿será el pan sobre la mesa, el fruto bendito, tu vulva, tu vientre? Es que es tan natural, la orquídea y sus botones en tu pecho, el veneno del diario devenir, y los surcos en la piel al paso de los años, las huellas dactilares de cada frase que retozona te hace el amor; sé que eres feliz tras cada engaño de la metáfora, que prefieres el desatino y el desastre en el cual nos hemos convertido; si es que ya no somos los mismos, y en pos de la libertad nos sumamos a los otros que endiablan nuestra vida con sus artilugios de poetas conscriptos y revolucionarios. ¿No te saben sus besos a caso perdido, a vacío vacío, a sopa de piedras en medio de la abundancia?

Y mira que es natural que te busque y no te encuentre, que te de por extraviada en el camino de mis fantasmas perdidos, de mis errores consumados, en la fatalidad de mi pensamiento modernista y claustrofóbico: será que soy de sal y no de piedra, que llevo la talega de la traición en la diestra para que florezca la vida tras la entrega de mi alma a los fariseos. ¡Quiero mi corona de espinas y la lanza en el costado para que mi corazón loco y libre se esparza por el aire contaminando a esta ciudad tan falta de él! (Aclaro que mi corazón no es el culpable de mi negra imaginación, si no el poder de tus manos sobre mi cuerpo, o el dolor de perderlo todo tras cerrar la puerta de tu alacena donde escondes tus cadáveres exquisitos, o la visión de tus labios henchidos de placer agazapados entre tus piernas).

Llevo días de penas y deseos, de soplar velas en los candelabros para quedar en la oscuridad de tu natural inquietud, y me da miedo responderte al filo de las palabras, en medio de los libros que te has escrito, o ahogado en la bolsa de dulces de tu última película. Y me dan ganas de quedar sin ganas, de ti o de respirar -da lo mismo, a pesar de que uno no es causal del otro menos el efecto-. Y es que la vida es tan natural como pasar de largo y quedarse en la cortedad, es tan tan natural como lo complicado del efecto simple de vivirla... Y me pregunto si me sueñas como se sueña el penúltimo sueño, ese que se sabe desde antes, el que antecede al último, en ese que todavía hay esperanza por soñar, antes que llegue el último y se lleve todo a la mierda.


martes, 17 de abril de 2012

Mentira confundida



Mientras te pierdo, busco aterrado al hombre de malvavisco dentro de mi taza de chocolate: ¿Hay algo más dulce que buscar a tu amante ahogado por lo espeso del cacao?... y es que no puedo decirte lo absurdo que es amarte y perderte cada día, ya que nunca me sirvió dejar moronas de galletas de jengibre por el camino, ni dejarte volar libre mientras vivas en tu portátil jaula de oro que con tus manos fabricaste: ¿Será que buscas tu corazón de hojalata tras el final del camino amarillo en la casa del charlatán merolico?

Nunca te lo dije pero en especial no soy un súper hombre, me refiero a que de súper héroe ni las nalgas, juro que si sale un villano corro hecho la chingada mientras le miento su madre esperando no me alcance, y no es que sea cobarde, sólo odio la violencia. Eso de la tener poderes esta de pensarse, prefiero tener en mente los días grises, llenos de lluvia, hartos de frío, en una chimenea y un vino acompañando la desnudez de  los dos mientras cogemos y nos besamos: prefiero la comodidad que vivir salvando este pinche mundo (ni Jesucristo lo salvó siendo Dios, menos yo que soy un ser tan terreno y mortal).

Y es que lo pienso y eso de ser mártir o redentor, está como el precio de la gasolina, cada vez cuesta más recorrer un kilómetro... ya ves, bien lo dicen: "de piedras esta plagado el camino de la verdad". ¡Mmm! O sea que por una mentira le quito una piedra al puto camino: La tierra es cuadrada, el hombre es el centro de todas las cosas, jamás te mentiría y nunca te ame, en verdad no lo hice; sólo deseaba jugar contigo y perder el tiempo y hacerme pendejo a mi mismo mientras te prometía el cielo -que no el paraíso- y te bajaba las estrellas -ya lo sabes, la luna no porque es mía, y soy muy envidioso, además me pongo mal cuando la presto-. A toda madre el desempance, eso de decir mentiras también está a toda madre... a fin de cuentas es como hacer poesía, ¿no lo crees?

Mientras continua mi vida, se me enciende el carmín de tus labios en el vientre, en mi cuerpo, y te platico cerrando mi boca entre tus piernas, te susurro las flores del mal junto al ombligo, te hablo de lo mal que nos portamos los dos, de cuánto jugamos al cazador - casado, de lo mucho que esperamos mientras nos balanceamos recorriendo nuestro orgasmo mundo, ese que sólo entendemos cuando estamos juntos a pesar de estar tan solos, y es que no somos únicos pero somos en el otro, sobre las ruinas de este mísero terreno, tan hermoso y enclaustrado, tan merecedor de ser salvado, protegido, amado...
A la chingada, te estoy mintiendo: yo no te amo ni amo al mundo... sólo amo lo que amo por conveniencia, obvio cuando estoy enamorado, como esa vez que me hablaste de noche y te dije que de súper héroe ni las nalgas, que te veías hermosa y suculenta de negro... que sólo  hacía falta recortar distancia para tenerte entre mis brazos, no te ame ni el día que te vi, justo en ese momento me di cuenta... y me entregué como un estúpido a tus caricias sedosas y tersas, manifiestas de lo que siempre hemos sido un par de estatuas tallas de piedra lunar, esculpidas en el mar de la tranquilidad, desechas en la tempestad que abriga la cama y los señuelos tendidos por la palabra escondida entre las sábanas, reptando entre los huecos, en el espacio que hay entre nuestros cuerpos, moldeados a mano divina para encontrarse el uno con el otro, encima o de frente, ahogados, asfixiados... Otredad de soles en el pecho, de metáforas colgando en el cuello, hogaza de mi hambre y savia de mis cuentos y escritos... y te miento, y te hago poesía  y no te amo y no te deseo, soy un hombre confundido que prefiere la comodidad a los designios trazados para los hombres comunes, soy sacrílego y cínico, pero centrado en el disfrute de los placeres que de tan terrenos se vuelven divinos, soy lo que soy y a la vez no, nada apegado a Dios: desenfundo la mentira sin misericordia en pos de la poesía... por eso soy cómodo más que poeta, soy un hombre para los días grises y grandilocuentes, corto de letras... siempre corto de metáforas, silogismos y paráfrasis, soy un hombre tan vulgar y común... por eso siempre miento... para tenerte inhóspita a mi lado y por eso no te amo...

martes, 10 de abril de 2012

Tiempo de historias


Sí, para ti que dejas algo fuera de la hoja, y desvaneces la tinta entre los dedos, como migas de pan para los buitres, y que siembras suspiros en las tundras de la especie, segregando el género y evitando los capullos de cada palabra, de cada armonía, de perdidos silencios...

A ti que te escribes y te dibujas de letras pausadas, que hilvanas las tramas esperando desenlaces, que escribes finales sobre tu vientre, que engarzas puntos finales en su césped, y te dilatas entre los recovecos de la ausencia de sonidos de aquellos recuerdos perdidos a los que dictas testamento: y es que estuviste ahí, en el lugar que nadie más ha pisado, resolviendo con tus piernas las dudas de una existencia. 

¿Acaso la vida se enmaraña entre caderas y resbaladas palabras? ¿Seducidas lenguas de vocablos extraños, onometopéyicos y metamorfos? ¿Se puede pensar con el aroma y las caricias a ras de piel?

Sí, si es que te inventas a cada línea y entre las sábanas, o te pintas en otros brazos y te haces conocido a los extraños: ¿Podrán ellos conocerte y saberte? ¿Hay historias colgando de las sábanas para fugarse de madrugada?

Probablemente, si hay asesinos del lenguaje, y violadores de ideas y besos cautivos y tejedores de ilusión: habrá vida al otro lado del espejo, aunque sea una imagen de mil palabras, y cien palabras de más... y es que siempre hay más, aunque no quieras se muere uno en la historia y se inventa en la novela del ayer o el cuento de hoy... y no hay nada más solo que amarrarse a la pluma que deja el ave al volar, que llegar a casa y encontrarse en la respiración de otro, de aquel que no es y sin embargo está.

Sí, es a ti, que te sueñas y tallas con tus manos el tiempo de vivir, de hacer historias, es sólo a ti, que sin nada imaginas la vida mientras le das la espalda.


viernes, 9 de marzo de 2012

Pensamiento real



Y pensaré con el ruido de la soledad dentro de mi, en mis circuitos y avenidas; en aquel viejo callejón de farolas a punto de apagarse, celosos guardianes del escondrijo de mis sentimientos más profundos y obsoletos, tan faltos de vida y de sonrisas, de insectos revoloteando dentro de mis vísceras desprogramando mis entrañas y enroscando la cuerda de mi antiguo corazón.

Y pensaré entre las notas del piano de cuerdas rotas y teclas de marfil, escribiré sobre el papiro de la partitura, letras vacías de tinta sangre, borrador de los besos escondidos entre los vacíos del pentagrama, con la clave de luna iluminando los tres cuartos de cada compás, tu cuarto de suave terciopelo y ajetreado devenir, mi cuarto tan oscuro y tan alto, de esquinas apretadas y ángulos de puntos de vista; y el tercero vacío, tan vacío como tan lleno de lo que nunca tuvimos, de lo que no engendramos, de lo que llamaste una pesadilla y un error: queda la cuna ligada a los sobrecamas inútiles, a la orilla del ventanal, bajo la tutela de la luna, redonda y plata, tan bella y tan fría.

Y pensaré redondo sobre las cruces que pintabas sobre tu rostro y tu pecho, pendiente de las líneas paralelas de la palma de tu mano, la de la vida y el amor, la de la soledad y la edad, la del tiempo que contorneándose se fue enredando hasta hacer raíces en tu corazón, levantando los adoquines de tus ideas y pensamientos, dejando el libre paso a los demonios, que sin querer se apoderaron de la catedral de tu cuerpo: y aún así seguían las cruces sobre ti.

Y pensaré lo impensado, lo falto de imaginación y de credibilidad: te pensaré rabiosa y tierna, amante y pareja fallida, llena de espanto  y temor ante la vida que debimos y no pudimos vivir, te recordaré en el regazo de otro, te fabricaré un amante fantasma y una luz cegadora en pago a las noches que sufriste de tristeza a mi lado, dejaré los zapatos ahormados de aquel que nunca fui y que deseaste despertara al lado de tu cama, abandonaré mis señuelos y mi esperanza en las fotos de tu sala, pagaré el peaje y los víveres para el viaje que sin principio siempre se dedicó al final perpetuo, el que no termina ni deviene.

Me aflojaré el corazón y los pulmones, te regalaré mi cáncer y los coágulos de sentimiento enraizado, mi último cigarro y los huecos en mis entrañas... te dejaré mis pensamientos para que los tires de filo al bote y se hagan a la mar como yo intento hacerme a la idea. Y pensaré de azul tu pecho, bajo el roído suéter que siempre te acompaña, te veré la celulitis sobre las piernas y la gravedad apuntando de filo a tus senos, encerando tus pezones de velas apagadas, desgajaré tus palabras hasta sembrarlas en los pliegues de piel... Y pensaré que no hay amor que no salga de tus manos, de las grietas en tu rostro. Y pensaré que somos ruinas, que somos el paraíso abandonado, carne y alma. Y pensaré en la mujer madera, en la mujer planta y en tu pubis en flor, en el hacha y el serrote, en los miles de insectos que anidan en tu vientre y en la savia que producen, en nuestros labios chocando, en mi lengua libando.

Juro que aflojaré el arnés de mis alas, y te veré de frente, te reconoceré como ayer, abriré la jaula de mi alma... y volaré en círculos sobre nosotros... Y pensaré, y pensaré lo que no he pensado para matar el tiempo y hacer una historia de ocio: sólo nos pensaré como siempre nos he pensado.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Súplica inmutable



Hay días que vivo mientras por las noches -de largas lunas-, me dejo seducir por la idea de escapar, me consumo en el devenir de tu mirada, y el tiempo sigue oxidando nuestros lustros de pastores de sueños, de guías febriles del deseo:  Y nada se detiene.

Y alcanzo a comprender el puente en el abismo y la salida del laberinto que ayer desdeñe, la súplica inconclusa ahogada en el vacío de tus labios, al calor de tu piel; y te pido no te vayas ni te extingas al término de esta glaciación. Me callo que te quedes hasta mi última respiración, y es que hay días que sólo vivo con ganas de no vivir.

Araño la tierra -haciendo surcos- para sembrar la oportunidad de una vez más, pero este mundo gira sin memoria, sin historia, harto de su predecible final; mientras, el volcán de tus caricias se apaga tras la brisa de lo que no quiero y no alcanzo comprender: Estira la mano para detener mi inspiración.

Y quisiera revivir de las cenizas de nuestra historia consumida, de los minutos agotados, de la indiferencia que sembramos noche a noche al pasar de los años, pero nada se detiene, ni los caballos salvajes de tus ansias y temores ni se apagan los sinsabores de los besos mustios, arrullados por las frases inconclusas en el seno de cada palpitar... Y es que el amor sabe a sal, a eterna despedida, a mal.


Silencio tras silencio te pido que no me abandones más, susurro una vieja melodía que aprendí de ti y suplico por perderme en el infinito de tus ojos, de profundos y desiertos océanos para asfixiar mi corazón. Y te hablo de cerrar las puertas, de abrir las piernas, de lamer heridas y quitar las coronas de espinas, te pido la cuna abandonada, y la maldición dicha... te dejo que me odies y me arrojes de tu memoria para en caída libre abandonar esta realidad. Y me pierdo entre las calles añorando la velocidad y golpe de mi sangre al sentir en cada palabra la certeza de tu razón: Aunque quieras nada se detiene.

Silencio tras silencio, se derriten mis alas y cae el telón de mi épica tragedia, todo se pierde y no ha de regresar, se va y se queda camino atrás, se desliza hasta filtrarse entre los huecos de la mano, y es que nada se detiene, y te suplico por una vez más, mientras me callo los besos y las caricias que no vendrán, y es que hay días que vivo, y cierro los ojos con ganas de no volver a soñar...


martes, 28 de febrero de 2012

Realidad

Mientras, me voy recordando y no hay nada que pueda evitar, ni el golpe de los años ni las visiones ni las andanzas... Parece que me encuentro conmigo. Entre las viejas fotos y las nuevas: ¿Será que sólo han pasado los años?

Lo reconozco deambulo por la tristeza -he formado su nombre con las letras de contacto sobre el antiguo pizarrón-, pero eso no quiere decir que sea tristemente humano menos animalmente feliz, sólo soy el inicio y la resaca, la hoja medio llena de mis deseos incumplidos, la tertulia despierta de la cúspide de mi vida: sólo soy y parece que no dejo de ser.

Sin más, anoche fui moneda de largas cuentas, de búsqueda de placer, de putas perdidas y vaginas reencontradas, fui centavo de lujuria, y peso de nostalgia; y no por eso anteayer dejé de ser lámpara, quinqué de cuentos de finales inconclusos, reflector de estrellas y lunas pasajeras, vela de pabilo vida, y luz del final del pasillo... y apenas era la tenue esperanza de los ciegos y oscuridad de los videntes - si es que hay futuro escondido por los rincones de mi casa-.

Y sonrío cada vez que memorizo la cuadrícula de mis primeras letras, redondas o afiladas, las líneas temblorosas de los claveles guardia y la mancha púrpura de la sangre de mis juegos sobre la alfombra, cuando veía ángeles caer del cielo y posarse sobre mi ventana para destronar a los demonios de mi imaginación, como pericos y lechuzas tragando alacranes, como nada engullendo algo... quizá fue en algún momento que opté por los demonios mientras cenaba ángeles desplumados.

Y me río cuando recuerdo las miradas frescas de cada mañana, esas miradas de cuando amanezco solo sobre la colcha, y lleno de almohadones. Adoro esos ojos tan vacíos, tan llenos de la brisa de la añoranza, y el peso de la nostalgia mulle mi piel, y qué hacer cuando sólo, siempre solo se está bien, sin miedo a perder el calor o a el extravío de los sentidos: amo la locura de mis ansiedades y el laberinto de mis ideas, los vagones de tercera, las caricias compradas en el sin sentido del amor, al absurdo oculto en los besos del ocaso... si es que alguna vez sale el sol cuando enamorado abres los ojos para ubicarte en la realidad: un tiempo y un espacio, va más allá.

Si parece que va al inframundo, se pierde en el orco o de plano se deja, se abandona en el abismo, en ese paraíso terreno de placeres indiscriminados: la realidad se teje en la tierra lejos de la mente y la imaginación para eso podemos dormir y vivir en sueños; o sólo cerrar los ojos para morir.


viernes, 24 de febrero de 2012

Historia propia

He de pensar en los silogismos que me dan la vida:

Existo luego pienso -de reversa o de frente-, es como ir en la vía -no del tren o de los automotores-, solo; sólo es ir... la mayor de las veces contra corriente, como los salmones: de subida y en primera.

La vida va más allá de la naturaleza... aunque esté muerta; y me refiero al vino sobre la mesa y a las ricas viandas, al pan de tu cuerpo, a la miga del orgasmo y a las velas que nunca encendimos, por falta de cerillas, por el exceso de recuerdos, por las mill y un historias guardadas bajo la manteleta. Hablo del frutero lleno de pecados y de falta de misericordia para nosotros, la uva pálida y presente, la manzana de mi cuello atorada de tanto tragar palabras, el plátano jodido de joderse, la papaya suculenta de mieles, sabores dulzones y retozos fuera de tiempo, la naranja ácida de nuestras incomprensiones... ahora, el día de hoy, solo quedan olvidados los frutos rojos de tus labios perdidos sobre el postre; si es que hay cabida en mi sangre para algo dulce.

Puedo asegurar que para siempre hay más... seguramente dolor, la plusvalía del amante que decide pagar en cómodas mensualidades los altos dividendos de sus intereses. Y es que nunca se piensa en el mañana, ni en los días venideros, aquellos que le siguen formados en hileras y creando tumulto: como cientos de hormigas diciendo adiós mientras desfilan para partir a la guerra o a explorar nuevos continentes. Acá entre nos, siempre las veo alejarse hacia el crepúsculo para no volver, para no volver... y cada día es igual, como círculo infinito en esa sucesión de futuros programados y de presentes -sin envoltura ni moño- fallecidos. ¿Será el pasado el devenir constante?

Mañana vendrá cargado... será de nubes -sobre tu vientre-, de volcanes sedientos al tacto de mi boca, de extraviados viajeros -mis dedos-, de los géiseres por donde escapa el calor de nuestros arrumacos, dejando el despoblado de la soledad: será que dejamos de ser pueblo para convertirnos en el infierno chico que nuestras lenguas -diferentes- van inventando... y es que no nos recorremos ni nos corremos, solo vamos por el desfiladero atraídos al vacío, tal cual las luciérnagas se dejan seducir por las explosiones centelleantes de un futuro promisorio, acercándose hasta quemar sus alas...

El corazón sólo es un juguete... no importa si es de enchufe o de pilas, si vibra o cabecea, de velocidades o de cuerdas... siempre se termina jugando el juego de otr@, o con el muñec@ del otr@, o temeros@ en los rincones o deseando ser de  verdad... antes de ser parte del olvido o un mero recuerdo de los buenos años...

Será que hay una historia propia... antes de que se terminen los estantes en las bibliotecas, o los aparadores de los best sellers, será que hay tinta suficiente e ingenio para evitar las tramas recicladas, de éxito probado, o los finales sacados de la manga: ¿No son mejores los finales abiertos?


lunes, 2 de enero de 2012

Diferencia

Difiero de la puntualidad:

Mientras un punto sólo ocupa su lugar en el espacio, varios puntos en un sentido generan una dirección, una línea continua con una trayectoria definida, pero ¿y dos puntos? Serán la puntualización directa de varios entes del mismo género con particularidad diferente -la cuál es enumerada-, o  puede ser la hilerita de características o fragmentos que forman un elemento.

La conjunción de varios puntos puede ser una minuta, la carta protocolo, o el pedido rebelde de no sé qué, es más varios puntos pueden ser un lunar o varios lunares -no importa si son de la misma luna-. Es más hay puntos rellenos de color, de cajeta, de frambuesa o de mierda. Un punto es el inicio de todo si es que ha de puntuarse o puntualizarse, es más siempre buscamos que sea el punto, focalizamos en él , vamos a él, diferimos, o nos unimos, o  nos apartamos o finalizamos en él. ¿Y tres? Son aburridos, son calaveras del lenguaje, patrocinadores del juego más atroz, es suspensivo, o un continuará, ¿serán los puntos parejos y el salero? Se refieren al final, o al principio, son aletargados, o la cascarilla de nuez y las galletas que marcan el camino, será que son tres por ser divinos: Un punto padre, otro hijo y el de más allá tan espíritu santo. No a lo mejor son cinematográficos: El Bueno, El Malo y El Feo; será el no oigo, no veo, no hablo de los tres monitos que huyen del pecado en alguna caricatura gringo -francesa de mediados de los 50's. No sé por qué 3 y no diez, es más serán serial killers, recordemos que cada asesino memorable tiene 3, si no busca al de JFK, al de Lennon, y hasta el de Colosio; no hay que mamar son una jugarreta, son para decirnos que el final no es final, que todo es un devenir y que no se detendrá, que mañana amanecerá o anochecerá, son para decir hasta aquí pero hay más, o de verdad son un final a al mitad, o son aburridos porque se acaba la vida y como da hueva pensar pues ahí están tres para no pensar y que pienses mejor tú, son para infiltrar, para socavar, para imaginar, para descansar, o simple y sencillamente para mandar todo a volar... y ahí es donde empieza la imaginación.

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Harto corazón sin sentido

Harto sin sentido,
inoculen el paisaje tras los ojos,
vicien  al alma,
corrompan al animal encerrado en la jaula del ventrículo izquierdo,
liberen al ángel en cada exhalación...
¡Respiren el óxido de esta gélida mañana!
Estamos vivos...
Como siempre, harto sin sentido:
Mi corazón está maldito...

Ilustraciones de Alma de Juguete por: Enrique Zaragoza

Este soy yo...

DE MI han dicho...Nació envuelto en la terrible sospecha del ser humano —él siempre quiso ser árbol, águila o imagen tras el espejo— un 13 de diciembre de 1972, en la ciudad más avasallante y más hermosa del mundo: el Distrito Federal.Desde pequeño creció con lunas en los dedos e ideas itinerantes colgando del cabello, ávido lector de tiras cómicas y de cuentos infantiles permitió a los seres mágicos, divinos y leviatanes arrullarse en su cama tras el profundo canto de las sirenas.Creció, y mientras decidía que hacer de su vida, en cada luna llena besaba las almohadas imaginando al amor de su vida. Por fin, una mañana decidió estudiar derecho, algo que le salió muy chueco porque abandonó la carrera para estudiar periodismo, dando por concluidos tales estudios en el PART, a la vez que rocanroleaba como oso en brama tras una batería.Años más tarde decidió llevar la música en sus adentros y trabajo como negro en la redacción del departamento de cultura de Radio Educación (de vez en cuando se aventaba un palomazo como productor del programa “Su casa y otros viajes”), todo esto sucedía mientras estudiaba un diplomado de Literatura y Periodismo en Casa LAMM. Las letras —aún las de pago— siempre le han perseguido, al igual que la radio, por tanto, trabajo como productor de la serie “Impulso Humano” en Radio Universidad, no sin antes pasar por la Subdirección de Logística Informativa del GDF, algunas agencias de publicidad y la coordinación de medios de IH, A.C.Por fin, el 12 de noviembre del 2005, su destino le alcanzó y se puso a escribir como secretaria ejecutiva después de una huelga, y dio a luz a varios chamacos, y con el único fin de darle de comer a su prole, actualmente se dedica al desarrollo de documentación administrativa para diferentes empresas y alguno que otro trabajo de producción en audio (es cierto, en México vivir de las letras, que no sean de pago, está de la China Hada).Por cierto, el nombre de sus chamacos son:* El eterno idilio entre las mariposas y las hormigas, 2007.* La caída de la luna, 2006. Noveleta rosa.* Alma de juguete (anhelos para el niño que nunca debiéramos olvidar), 2006. Cuentos ¿infantiles?* Egomanias y la Llantitos (cuento – lógia), 2006. Recopilación de 20 años de cuentos darkys y existenciales.La mayor parte de las veces me llaman ¡Hijo de la chingada! ¡o de tu madre!, bueno, la mía... aunque últimamente me he aficionado a ese término tan común y que sólo me sabe si proviene de sus labios y que juntos creemos es para toda la vida (chance y para algunas más).En fin, que de mi la gente puede decir todo y a la vez nada, tengo muchos nombres, lo cierto es que tengo buen corazón aunque lo disfrace de mil y un calamidades...

Rolas de la banda "Nívola_Cría Cuervos" (Quintanar/Vargas/ Cruz)