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lunes, 28 de julio de 2008

2.- Un día (Sueño rosa, flores amarillas y cuentos con sabor a sal)


“Un día élla se despertó y se supo enamorada, un día él despertó y estaba enamorado… él, dejó la armadura de sal al lado de la cama, corrió por un balde de agua, con cuidado metió cada pieza de su viejo traje, compañero de tantas batallas, hasta disolverlo lentamente, filtró el agua con un paño que puso a secar al sol. En la noche comenzó a escribir miles de historias con la sal de su ya inexistente armadura…

Élla, sin saber la razón, sacó de bajo su almohada su último sueño de amor, aquel que tuvo antes de decidir desconectarse del mundo rosa que creaba cuando el sentimiento se agolpaba en el pecho, se estremecían sus manos y le recorría una especie de letargo que hacía su viaje entre las nubes más placentero. Tomó entre sus manos ese sueño y lo apretó con fuerza a su pecho mientras escuchaba el canto de su pequeña sirena, que entonaba canciones de amor aprendidas, dejadas y olvidadas y que tal vez, únicamente ella recordaba.

Él terminó de escribir, abrió la puerta de su casa y encontró sobre el pavimento un rastro de hermosas flores amarillas. Tomo lo que había escrito y fue siguiendo el camino a la vez que recogía cada uno de aquellos botones prendidos en el asfalto. El rastro se extinguía frente a una puerta, con su ramo improvisado decidió tocar pero la puerta se abrió subitamente. ¡No lo podía creer era élla!
Élla, al verlo, quedó enmudecida. ¡No lo podía creer era él!... ambos se perdieron en los ojos del otro mientras el tiempo corría indeciso como hoy, [a lo mejor estaba dispuesto a ser mañana] y cuando por fin decidieron hablar dijeron al unísono: ¡Te soñé! Rieron y se sentaron a la orilla de la banqueta, platicaron de su sueño, intercambiaron las flores amarillas y el sueño rosa. El tiempo seguía implacable y se hicieron viejos, al termino de la plática se dieron cuenta que habían pasado su vida juntos, cómo en su sueño: ese que los hizo despertarse, un día, enamorados para siempre”.

- ¡Wau! Qué bonita historia –dijo élla abrazándolo con fuerza y acercándose hasta tenerlo de frente-.
- Sí, verdad, pero eso sólo pasa en los cuentos llenos de magia con sabor a sal –él, la beso tiernamente y con una caricia acomodaba una flor amarilla sobre su oído cerca de su pelo cano. Élla acariciaba lentamente las arrugas en el pecho de él, que llevaba tatuado un sueño rosa justo en el corazón mientras la olas rompían serenas con la caída de la luna-.

Texto: Heriberto Cruz

Dibujo: Enrique Zaragoza

XI.- Mis demonios (después de La caída de la luna)



“Te hecho de menos, le digo al aire, te busco, te pienso, te sueño y siento que como tú no habrá nadie… Tengo razones para esperarte, porque no creo que haya en el mundo alguien más a quien yo ame…”
—Fragmento de Razones, de Bebe—

Tanto que estaba fregando por encontrar a mis demonios y ahora, ¡me cuesta tanto trabajo controlarlos! Ya les compré su traje de marinerito, disfraces de pato, de liga… es más hasta he pensado dejarles mi cuarto. Son tan metiches, encajan en algunas canciones de mis compactos. ¡Ojalá los hubieran secuestrado!

Uno que da lata pero lata de verdad, se llama Tú partida. Es rapidísimo, corre que corre el cabroncito, de arriba a bajo, a la derecha, a la izquierda. Mientras está lejos no importa, pero cuando pasa y me roza, siento la sangre helada, y por un momento se para el mundo. Entones me dan ganas de correr tras él y preguntarle por qué disfruta pasar junto a mi, pero es tan veloz que de cariño le puse: ¡Rapidín!
Jamás he podido verlo, y la verdad no quiero ni saber cómo es. Lo único que sé, es que si un día se pone frente a mí de veras el mundo se va a parar, rompiendo el cristal con que te observo y deshojando cada uno de los tulipanes que faltan por entregarte.

Por eso es que si lo veo venir, mejor me hago a un lado, no sea que se le ocurra pararse…

“Coge el viento en una mano y en la otra ten tu libertad, es la luna un gran amigo con el que poder hablar…”
—Fragmento de Coge el viento, de La dama se esconde—

Uno que me encanta por pendejo es el Boiler, rechoncho, llenito, con su cara de angelito y con la mirada inocente. Se la pasa el día jugando con otras partes de mi vida, con mi consciente, lo que sé, con mis recuerdos y con mis principios fundamentales. Estoy al pendiente porque, ¡cómo es tan tontito!, siempre deja que le hagan trampa en los juegos y no se sabe defender, ¡pues hay que hacerle el paro! La otra vez, puso su bolsa de canicas a un lado, estaba tan entretenido jugando hoyitos con mi infancia que jamás vio que otros demonios le estaban dando bajín con sus canicas, en especial las bombochas. Les grité: ¡Órale cabrestos! Déjenle sus caniquitas al Boiler. Por eso es que casi no juega con los otros demonios de mi vida.

¡Es tontito, pero bien ojete! Cuando se junta con mi destino y mi concepto de libertad, siento la piel chinita, erizada… y más, si los escucho murmurar, como tramando algo. Sé por donde va su plan: tenía que llegar a tu vida para volvieras a conectarte, para que encontrarás el camino del amor de nuevo… recitarte al oído 25 mil maneras de amarte, que te dieran ganas de volver a amar y dejar que alguien tan diferente como yo entrara a tu vida con el único fin de amarte… y de preparar el camino para quien será tu amor. Naturalmente, ellos saben que lo único que no soporto en esta vida es ver que limito la libertad de las personas que amo, que tengo que dar sin esperar nada más…y que lo que haría al ver la llegada de tu verdadero amor sería dejarte en libertad…

“Si te cuento que ésta unión de dulce y sal me sujeto, y otras cosas parecidas que me envuelven y me dan de imaginar. Es que me deleito tanto, escuchándome inventarte en mi prisión, eres mi sueño preferido y no quisiera un día notar que este encuentro no me sucedió jamás…”
—Fragmento de Entre pairos y derivas, de Fernando Delgadillo—

Le dicen Espejismo, la verdad es que nadie sabe su verdadero nombre. Siempre está reptando por mi cuarto, se enrosca en las patas de la cama, su piel se camuflajea del color del sueño, es solitario, no le gusta la realidad. A nadie le gusta jugar con él por tramposo. Si se enoja estira la mano y te produce algo parecido a un síncope, no sabes si estás viviendo o soñando. Saca la lengua a mil por hora y se rasca tras las orejas que no tiene: él nunca escucha razones.

Procuro hacer que no existe, sólo cuando compro paletas de dulce le estiro la mano, ¡le encantan! Hasta se pone de buenas y esa noche mi sueño es profundo. Pero cuando está de malas lo más seguro es que despierte creyendo que toda nuestra historia fue sólo un sueño, que vivo enamorado de alguien que sólo existe en mi mente.

“Ángel en penumbra inspírame e ilumíname cuando en la desesperación no me puedo mover… Ángel invisible percibo cuando estás aquí y tu presencia hasta me cubre, la magia vuelve como cuando se fue, sigue como cuando se detuvo, sigue como cuando caigo hasta ti…y me salvas…”
—Fragmento de Ángel de las sombras, de La Castañeda—

Los lidercillos son una pareja, ¡de mujeres! Hasta en mis demonios ha llegado la liberación femenina. Se llaman Rutina y Costumbre, ellas son las que mueven los hilos de los demás demonios, sin ellas, cualquier demonio no tiene poder. Hay que tenerlas bien entretenidas, porque nada más están viendo a ver que hacen. Por eso es que me levanto a hacer ejercicio, o me pongo a ensayar, o me pongo a escribir, me acuesto tarde para ver si se cansan y dejan la joroba a un lado.
Por eso es que me deleitan las pequeñas cosas de la vida, como los mensajes mañaneros que te envío por el celular. Es como tratar de entretener a la rutina, de encontrar diferentes maneras de desearte un buen día, o los correos electrónicos, o mi locura repentina. No sé si lo he logrado, pero de verdad busco hacer de nuestra rutina una deliciosa costumbre. Por favor, si no lo logró házmelo saber.
Lo cierto es que sea como sea son mis demonios y con tal de que se sientan queridos un poco, de vez en cuando les doy chance de que jueguen un poco conmigo, está en mi destino hacer que todos cumplan sus sueños, ¿no?
Obra: Margarita Tavera
Texto: Heriberto Cruz

La caja que queda después de la caída de la luna

Inocente Juego


(para Laura y algún día para su Jess)
Hacer del juego la inocencia,
ver la danza y la sirena,
oír su canto seduciendo al viento
jugar al amor sin experiencia.


Andar precipitado, lento
saber del amor la flor y su vivencia,
aprender del idioma de los niños
que cada adiós
siempre regresa con forma de promesa.

Fotografismos de Eugenio Robleda



Amor Arte Objeto


Tras la monta
quedo a la orilla
con la hombría entre mis piernas abatida
no soy gurú
ni soy tu guía
soy la simple efigie, en dos patas, de la silla.
Obra: Eugenio Robleda
Texto: Heriberto Cruz

Alma de Juguete

La partida

Para Alib y aquellos que nunca llegaron



Él se ríe con cascadas de colores en los labios mientras brinca de un lado a otro de mi cuarto, lo recorre, saltarín va y saltarín viene provocando sonidos raros: ¡bric! ¡Cloin! ¡Doing! ¡Slap, slap! Siempre está feliz, siempre hay un motivo para reír y observar un arco iris nunca antes visto. Parece un muñeco que anuncian en la tele, de esos que le das cuerda y no paran de hacer sus gracias. Él siempre está feliz.

¡Nos divertimos tanto! Entra a mi cuarto de puntitas, cuando menos lo espero. Siempre con sus bermudas de mezclilla, playera rayada azul y blanco o ¿blanco y azul?, su gorrita de los serafines de lado y unos tenis Nike de pocas pulgas. No me extraña su llegada. Desprende tanta serenidad que cuando se sienta a jugar conmigo nada importa, hacemos mundos mágicos entrelazados de sueños, recortes de revistas y de la experiencia que nos falta para mezclar los polvitos del juego de química, ya saben obsequio de mi cumpleaños número cinco.

Se oyen pasos. Él pone su cara de susto con los ojos pelones y su cabello claro tieso por la adrenalina. ¡Coin, coin! ¡Coin, plin! Se escucha una respiración. El picaporte de la puerta da vuelta. De tanto susto, él se pega al techo como la estampilla de cualquier tira cómica. ¡Slurp! Escondo el tubo de ensayo mientras le sonrío a mi Mamí. Ella da la media vuelta y anda a cambiarse. ¡Kaboom! Explota el contenido líquido del tubo de ensayo y salpica el techo de mi cuarto regalándonos un cielo estrellado rojizo y amarillo, de ámbar goteado como el atardecer que se cuela por mi ventana. Revientan las risas en miles de colores centelleantes, mezcla de las gamas de su lugar de origen que se convierten en lluvia de brillos sobre la alfombra de mi cuarto cual tintinear de campanas celestiales. ¡Tling, tlang, tling!

Se acerca y me abraza feliz, guarda en su bolsillo mi última risa. Lo entiendo perfectamente, es un lenguaje que siempre he entendido. Se acomoda la gorrita y camina sereno hasta la ventana, voltea para despedirse serenamente y brinca despreocupado al vacío ¡Swing!

Por cierto el nombre de mi amigo es Ángel y se apellida De la Guarda ¿Se los había dicho? Mi Mamí me llama a cenar, lo más seguro es que me platique otra vez del hermanito que nunca tuve y cómo podría estar jugando con mi nuevo juego de química.
Texto: Heriberto Cruz Reséndiz
Dibujo: Enrique Zaragoza

Reportaje de TV Azteca sobre Libro Oral en EGO Comunicaciones


Ilustraciones de Alma de Juguete por: Enrique Zaragoza

Este soy yo...

DE MI han dicho...Nació envuelto en la terrible sospecha del ser humano —él siempre quiso ser árbol, águila o imagen tras el espejo— un 13 de diciembre de 1972, en la ciudad más avasallante y más hermosa del mundo: el Distrito Federal.Desde pequeño creció con lunas en los dedos e ideas itinerantes colgando del cabello, ávido lector de tiras cómicas y de cuentos infantiles permitió a los seres mágicos, divinos y leviatanes arrullarse en su cama tras el profundo canto de las sirenas.Creció, y mientras decidía que hacer de su vida, en cada luna llena besaba las almohadas imaginando al amor de su vida. Por fin, una mañana decidió estudiar derecho, algo que le salió muy chueco porque abandonó la carrera para estudiar periodismo, dando por concluidos tales estudios en el PART, a la vez que rocanroleaba como oso en brama tras una batería.Años más tarde decidió llevar la música en sus adentros y trabajo como negro en la redacción del departamento de cultura de Radio Educación (de vez en cuando se aventaba un palomazo como productor del programa “Su casa y otros viajes”), todo esto sucedía mientras estudiaba un diplomado de Literatura y Periodismo en Casa LAMM. Las letras —aún las de pago— siempre le han perseguido, al igual que la radio, por tanto, trabajo como productor de la serie “Impulso Humano” en Radio Universidad, no sin antes pasar por la Subdirección de Logística Informativa del GDF, algunas agencias de publicidad y la coordinación de medios de IH, A.C.Por fin, el 12 de noviembre del 2005, su destino le alcanzó y se puso a escribir como secretaria ejecutiva después de una huelga, y dio a luz a varios chamacos, y con el único fin de darle de comer a su prole, actualmente se dedica al desarrollo de documentación administrativa para diferentes empresas y alguno que otro trabajo de producción en audio (es cierto, en México vivir de las letras, que no sean de pago, está de la China Hada).Por cierto, el nombre de sus chamacos son:* El eterno idilio entre las mariposas y las hormigas, 2007.* La caída de la luna, 2006. Noveleta rosa.* Alma de juguete (anhelos para el niño que nunca debiéramos olvidar), 2006. Cuentos ¿infantiles?* Egomanias y la Llantitos (cuento – lógia), 2006. Recopilación de 20 años de cuentos darkys y existenciales.La mayor parte de las veces me llaman ¡Hijo de la chingada! ¡o de tu madre!, bueno, la mía... aunque últimamente me he aficionado a ese término tan común y que sólo me sabe si proviene de sus labios y que juntos creemos es para toda la vida (chance y para algunas más).En fin, que de mi la gente puede decir todo y a la vez nada, tengo muchos nombres, lo cierto es que tengo buen corazón aunque lo disfrace de mil y un calamidades...

Rolas de la banda "Nívola_Cría Cuervos" (Quintanar/Vargas/ Cruz)