
Lamento haberles robado la luna y dejado un hueco en el firmamento... de verdad lo lamento, pero la necesitaba con urgencia, la necesitaba para hacer de la noche mi cómplice; ¡por favor, no se enfaden conmigo! Es que a veces me doblo y me quiebro, y como todo rompecabezas es muy difícil volver a armarme, al menos de valor para enfrentar la vida, y defender que todo es posible si de verdad se quiere... y yo quiero con toda el alma. Total, si se enfadan pues les regreso la luna, aunque mi venganza a su enojo será que jamás será la misma -acá entre nos ya fue mía, sólo mía y cuando alguien la quiera poseer tendrá que enfrentarse a mi recuerdo-. Lo siento, pero era la única forma de volver a ser yo y egoista como soy jamás pensé en la humanidad, -me dolió un poco por ustedes mis amigos contrastados de noches, lunáticos enamorados de su esfera desnudez, poetas sin salida; espero lo entiendan: era una situación desesperada, como desesperado es el amor mismo-. Agradezco su comprensión,su atención a estas letras de cuarto para las doce, de cuarto nada, de cuartos ignotos y jamás conocidos, de cuartos herejes: un cuarto de amores vacíos. [Eso es lo que se necesita, nada para dejar escapar el alma, para ahogarse en los mares septentrionales del pecho, en la tibieza húmeda de un cuerpo, que enajenadamente piensa uno le pertenece]. Amigos de piras, de hogueras y pecados, espero no hayan desesperado sin la luna, sin su embrujo, sin el hechizo de su lumen platino y la hojarasca de ideas marmoreas, sin los miles de cuerpos que se arrejolan y se agazapan en su nombre, sin las caricias perdidas, sin los besos de luna llena o cuarto menguante... sólo quería que de verdad cayera su majestad, que supieran que no lo había inventado, que cuando el destino nos alcanza cae la luna y anida en el corazón provocando un profundo anhelo... por el cual vale la pena seguir viviendo.