Esta noche dejo de lado las palabras descritas para los corazones rotos -es que el corazón también se hace añicos por la ausencia-, y abandono las historias hilvanadas sobre la vida para imaginarme rodeado de la fragancia de tu cuerpo desnudo en medio de la habitación que tan bien resguarda nuestros anhelos. Me pienso en el paraje de tu piel, de ricos paisajes y de prados retozados entre las caricias que tanto nos damos, y en días anhelamos.
Pienso en el árbol de sueños que crece entre nuestras manos, y que pensamos de grueso tronco y frondoso remate, de frutos sueños que despiertan al tacto después de su letargo.Y lo sentimos florido, nacido de la semillas sembradas sobre las sábanas después de arar la tierra en cada entrega, entrega que llega luego de estar postergada. Y lo sentimos de sueños soñados para detener el tiempo y hacernos el propio de sueños brazos, de sueños besos, de mundos entrelazados, de dulces frutos orgasmo, del momento de quedar enramados, atados, cubiertos por la sombra de ese árbol de sueños que crece a cada caricia entre nuestras manos.
Y lo soñamos por la eternidad de esta vida, y queremos parar el tiempo de entregas y de risas, de horas grises, de venías perdidas, sueños de celo, de hambre del cuerpo, de labios juntos, de huecos llenados: sueños locos de vida, de sacar la chequera y depositar el alma entre tus brazos, de quedarme vacío al finalizar cada domingo, de paciencia y de la promesa de pronta entrega, de cierta estadía, de tu mano mía, de tu mirada prendida al sueño de soñar nuestra vida.
Y me pienso en el paisaje de desnudez florida, del calor de cuerpo calentando el agua tibia con que se baña mi hombría, la poca salvedad de mis días, y el ardor de tu pecho que sueña en seno por que te haga mía... y en tus verdes prados no dejo de soñar que rápido pasa el tiempo, y que pronto se va la vida, y no dejo de soñar con el sueño de soñar nuestra vida, y apesar de soñarlo lo quiero de verdad, aunque eso signifique cortar el árbol de sueños que crece entre nuestras manos...