Te necesito
no más que el sol a la mirada,
no menos que mi deseo
una caricia,
tu entrepierna,
o tu lengua ávida envilecida,
o tu cuerpo en horcajadas...
Te necesito
no más que la muerte a la vida,
el beso a tus labios,
el sentimiento en tu pecho como punto de partida...
Ni menos, ni mucho menos,
como la respiración a la existencia misma.
Te necesito
y eso ya es una obviedad,
si para existir tal cual,
te necesito amar.