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miércoles, 17 de marzo de 2010

Clara imaginativa


Anoche cavamos las entrañas de la tierra, las edades de mi vida y yo como un ente aparte. Cojimos las palas, arañamos el suelo en varios sentidos, levantamos polvo sobre polvo, desenterramos muertos -conocidos y olvidados, teñidos y abandonados-, sacamos piedras y precipicios, horadamos hasta salpicarnos de magma... y ni un rastro tuyo -nada-, ni el timbre de tu voz ni la fragancia de tu cuerpo ni las texturas de tu piélago: nada.

Por primera vez, extrañé tu luminiscencia prendiendo la noche de blanco, ningún día ha sido igual desde que hay un hueco en el firmamento, se ve ridículo: una oquedad en el espacio, y aunque está ahí teñida de negro, acompañada de cuerpos celestes, esa -la oquedad- no esta vacía. Conforme se apaga el sol en su infeliz día, llega la noche y con ella las aspiraciones que nacen de los corazones enamorados, de los torturados por su vientre abultado: preñados por las palabras de los amorosos, que si bien se arrastran en su soledad siguen escribiendo versos blancos del idilio, del corazón sangrante, del espejo vacuo, de la nostalgia de la otredad soñada, añorada -irremediablemente un cuarto o mitad de una naranja-. La paradoja: los abandonados y los ausentes aman -no sé qué- mientras los demás se aman...

Desde que desapareciste las noches no son las mismas, pero el amor no ha muerto, ahora es más oscuro es menos desviado, pero sigue intacto... ya no hay trenes que lleven directo al deseo, ya no hay vías camino a ninguna parte, ya no hay metáforas o hipérboles sembradas a lo largo del paisaje... sólo hay un hueco enorme en el manto estelar, tan lleno, repleto de vacío.

Parece que la locura se ha extinto, desde que tú no estás la vida es más cuerda, enmarcada en una incipiente lógica, que va de mano con un sólo destino: vivir. Antes, luchabamos por más, por sobrevivir a como de lugar, contra paradigmas y necedades, entablabamos la batalla contra nosotros mismos, mientras caíamos en partes: por el flanco izquierdo, las ideas; por el centro, los orgasmos; en la avanzada, las caricias convexas, derretidas, transmutadas, disueltas... en la retaguardia, el deseo, de tus palabras, de tus señuelos, oculto por ti, ¡el deseo!, aquel de desearte, el que hay en la vida misma.

Cuántas noches hay sin ti, miles de pensamientos y de palabras aplastadas por el olvido... Te he dibujado en mi mente, desnuda soñolienta, cubierta de seda, de encajes, de algodones, de nimbos plateados, húmeda, deseosa, de suaves tercipelos, de caricias bandidos, de orgasmos cuatreros -de esos que se roban a mitad de la noche-. ¡Cuánto pinche deseo! ¿Cuánto? Ya no lo sé, porque aún en el exceso no puedo dejar de pensar en la voluptuosidad de tu cuerpo blanco, de mapas trazados para tesoros escondidos... Desde que no estás las noches son demasiado largas...

Por eso, anoche cavamos las entrañas de la tierra, las edades de mi vida y yo como un ente aparte. Cojimos las palas, arañamos el suelo en varios sentidos, levantamos polvo sobre polvo, desenterramos muertos -conocidos y olvidados, teñidos y abandonados-, sacamos piedras y precipicios, horadamos hasta salpicarnos de magma... y ni un rastro tuyo -nada-, ni el timbre de tu voz ni la fragancia de tu cuerpo ni las texturas de tu piélago: nada. Y es esa nada la que me hace pensar que sólo te inventé en mi mente, luna fugaz, luna escapada, luna fría, luna ausente, luna apagada...Mi luna inventada

miércoles, 10 de marzo de 2010

Discurso encontrado













¿Qué sería de nosotros sin la lunática luna y su reflejo en esta realidad aparente, realidad de noches llenas de contrastes y sortilegios? ¿Quién le ve tras el borde del billete? ¿Quién saboreando las migas del mendrugo y del vinagre tinto?

¿Quién es Dios que nos manda o nos sugiere?

¿Acaso no es el hombre la divinidad expuesta mientras retoza en hinojos, detrás o sobre su Diosa arrodillada? ¿No es el maná la vulva envuelta en los olores lujuriosos, no es el pene el báculo que abre y cruza a pie los muros -cual aguada- del Mar Vivo? ¿Y la danza de la fertilidad no es el rito mayúsculo de la deidad en el hombre -si es que Dios no es en si, solo, tan sólo un hombre? ¡Es la bendición el movimiento de caderas, la presión en los muslos, santiguada exposición del caldero del deseo, comunión del sexo compartido y sin remilgos! ¡Chinga, esto es un credo exacerbado por el lumen mortuorio de la luna! ¿No es la muerte pequeña, el desceso chiquito -la máxima caricia, la deidad vuelta instante- no es la misma muerte el beso de su magnificiencia? ¿Acaso no se enredan los herbarios y las flores del jardín de tu Edén a mi tronco, el del árbol maldito, el del fruto del bien y el mal?

Luna psiquiatra, Luna loquero... Dadora de las furias creadoras, lente plateado de la visión profética y poética... Alimento de los pobres, paupérrimos enamorados, góticos amantes, prisón de barrotes cursis para las bestias del apocalipsis del deseo divino... ¡Cuánta lujuria hay encerrada tras el deseo del crepúsculo! Y no te defiendo del olvido, sólo de la falta de tinta o de la goma del poeta...

Luna mía, ¿Quién no desearía volar contigo y conocer ambas partes del mundo? ¿Quién no observaría junto a ti el terreno, el paraíso y el inframundo? ¿Quién no te desea vestida de trasparencias -que dejen ver tus formas y el rosado de tus pezones y tu vulva, el pelambre florido de tu pubis, las pecas que yacen como puntos y comas sobre tu pecho-, y de encajes de gamas sueño, de colores vida, de combinaciones ávidaz semitonales?

Dime, ¿no es elitista que sólo algunos hombres tengan acceso a tus misterios, a tus hechizos, a tu antiguo diccionario y al placer oculto en tus sortilegios? Luna monógama, luna caliente, luna humana, luna divina...
Y no te defiendo de otra cosa que sólo del destino que hoy te brinda la pluma, de un loco que sólo dijo que amar es muy divinamente humano... fuera y dentro de los sentidos...

jueves, 4 de marzo de 2010

Autismo lunar (prosa a la soledad acompañada)


Dejemos el tiempo a parte -como si fuese un punto-, envolvamos nuestros sueños en papel estrasa y llevémoslos bajo el brazo -como los periódicos del ayer de hace unos años, cuando no eramos noticia de primera plana-. Pintemos nuestro cabello de blanco mientras encerramos los recuerdos que tenemos de estas lunas bajo llave, en el viejo cofre de girasoles pintados con olor a maderilla, al indio que soy -sí, justo ese cofre que jamás te regalé-.

Dejemos las cosas de lado -el diván de aquella noche cuando llenos de deseo nos arropamos con el torso desnudo y la entrepierna húmeda, las copas de vino a medio vaciar del día en que nos conocimos, la velas extintas del funeral de nuestra virginidad mancillada por "los otros", el óleo de tu antiquísima pintura,y los folios amarillos de mi novela no escrita-, apartemos la memoria -en especial la de la piel, aquella que te estremecía cuando mi voz te recitaba palabras y mis labios temblorosos se apagaban en el fuego de mancillar tu oído-, vaciemos nuestros bolsillos de lunas llenas, de cuartos de hotel y esferas menguantes -aquellas que nacieron entre órgasmos compartidos y caricias-. Seamos sólo nosotros, nosotros solos... Hoy más que el día en que nos conocimos y no...

Endulcemos nuestras lenguas bífidas y hartas de esperarnos, ahoguémonos en sudores profanos y llenos de pecado, del pecado de desear más allá del poder mismo, de la precocidad y capacidad de nuestros cuerpos -entes latentes, lejanos, mancillados de puro recordar y de darnos sin presente, sin futuro y sin pasado-.

Dame tu mano que yace abandonada sobre tu pecho, dame tu piel de ojivas latentes en busca de más que placer villano, dame el semblante que reptante, se posa, cual fotografía, sobre tu rostro andante y aventurero... Calla y a la vez, háblame de tus amantes -prófugos de tus brazos, signos de tu equivocada soledad de luna en brama, de luna fémina, de luna sangrante-. Sólo sé que siento celos, celos perros, celos de vellos punzantes, de caricias palpitantes en el éxtasis de la aquella vacuidad tan acompañada, tan unívoca y polisémica... Habla y recitame tus viejas coplas de luna trovadora, de luna diva, de luna poetisa, de luna andamio de los versos -tácitos escritos y blancos, como la luz de tus entrañas-.

Dejemenos de verdad, con la mirada en off en el cenit de nuestras gemas endiabladas y llenas de lujuria -dale la mano a tu amante, dale tus labios llenos de realidad, tus pezones soberbios y tu vulva dilatada-. Dejémonos mientras extiendo la mano con mis dedos noche, mis dedos poesía, mis dedos martirio, mis dedos llenos de lunas... para ver si sólo de esta manera puedo apresarte... luna prófuga, luna mentira, luna peaje, luna muerta, luna carnívora de mis ideas taciturnas...

(Y no te escribo para hilvanar eslabones, sólo esposas que te aten a mi alma de lunático poeta, de vigía de estas noches, por hoy apagadas).

Ilustraciones de Alma de Juguete por: Enrique Zaragoza

Este soy yo...

DE MI han dicho...Nació envuelto en la terrible sospecha del ser humano —él siempre quiso ser árbol, águila o imagen tras el espejo— un 13 de diciembre de 1972, en la ciudad más avasallante y más hermosa del mundo: el Distrito Federal.Desde pequeño creció con lunas en los dedos e ideas itinerantes colgando del cabello, ávido lector de tiras cómicas y de cuentos infantiles permitió a los seres mágicos, divinos y leviatanes arrullarse en su cama tras el profundo canto de las sirenas.Creció, y mientras decidía que hacer de su vida, en cada luna llena besaba las almohadas imaginando al amor de su vida. Por fin, una mañana decidió estudiar derecho, algo que le salió muy chueco porque abandonó la carrera para estudiar periodismo, dando por concluidos tales estudios en el PART, a la vez que rocanroleaba como oso en brama tras una batería.Años más tarde decidió llevar la música en sus adentros y trabajo como negro en la redacción del departamento de cultura de Radio Educación (de vez en cuando se aventaba un palomazo como productor del programa “Su casa y otros viajes”), todo esto sucedía mientras estudiaba un diplomado de Literatura y Periodismo en Casa LAMM. Las letras —aún las de pago— siempre le han perseguido, al igual que la radio, por tanto, trabajo como productor de la serie “Impulso Humano” en Radio Universidad, no sin antes pasar por la Subdirección de Logística Informativa del GDF, algunas agencias de publicidad y la coordinación de medios de IH, A.C.Por fin, el 12 de noviembre del 2005, su destino le alcanzó y se puso a escribir como secretaria ejecutiva después de una huelga, y dio a luz a varios chamacos, y con el único fin de darle de comer a su prole, actualmente se dedica al desarrollo de documentación administrativa para diferentes empresas y alguno que otro trabajo de producción en audio (es cierto, en México vivir de las letras, que no sean de pago, está de la China Hada).Por cierto, el nombre de sus chamacos son:* El eterno idilio entre las mariposas y las hormigas, 2007.* La caída de la luna, 2006. Noveleta rosa.* Alma de juguete (anhelos para el niño que nunca debiéramos olvidar), 2006. Cuentos ¿infantiles?* Egomanias y la Llantitos (cuento – lógia), 2006. Recopilación de 20 años de cuentos darkys y existenciales.La mayor parte de las veces me llaman ¡Hijo de la chingada! ¡o de tu madre!, bueno, la mía... aunque últimamente me he aficionado a ese término tan común y que sólo me sabe si proviene de sus labios y que juntos creemos es para toda la vida (chance y para algunas más).En fin, que de mi la gente puede decir todo y a la vez nada, tengo muchos nombres, lo cierto es que tengo buen corazón aunque lo disfrace de mil y un calamidades...

Rolas de la banda "Nívola_Cría Cuervos" (Quintanar/Vargas/ Cruz)