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martes, 29 de diciembre de 2009

El anhelo del futuro


En esta espiral concéntrica todo pasa mientras me deleito con el hipervacío y te pregunto:

Habrá un mañana en el cual despliegue mis alas negras para cubrirte en tu total desnudez, y cobijarte entre mis brazos llenos de sueños. Seguiremos el camino que siguen los besos desesperados para saltar el abismo que existe entre nuestros labios... Habrá un mañana desolado, de días grises y palabras de relleno, de caricias mustias que empalaguen nuestro día a día, con la esperanza de la salvación bajo las sábanas, terma divina protegida por tus piernas.

Seguirán los minutos desolados en la marcha del segundero caído de tan cansado, y espabilados al contacto de tus manos serenas y llenas de delicias... Continuará nuestra vida en momentos, en espacios abiertos después de nuestra soledad apabullante, y maldita, que se desplaza en horarios programados cual serie televisiva: "Los amantes se encuentran de 7 pm en adelante".
Seguiremos aborreciendo los días de la semana, Lunes mitad martirio y mitad ensueño -ojalá y viva en tu cuerpo cada instante de nuestro fin de semana-, Martes de delirio -bajaría tus calzones hasta henchir tus labios y mojar tu pubis hambriento-, Miércoles de estertor involuntario -te imagino de transparencias y encajes que siempre quedas a deberme, mientras me erecto al pronunciar tu nombre u oírte a través del teléfono-, Jueves de esperanza -y mi glande se humedece en la promesa de tu cadera dispuesta y con ganas de hacer el amor-, Viernes de estupor alcohólico -sigo copa tras copa de alguna bebida fuerte, el camino prohibido y escondido que lleve a tus pechos descubiertos, a tus pezones soñolientos y con ganas de despertar ahogados entre mis labios; náufragos del deseo, víctimas de la lujuria que apresa en los montes, valles y oquedades de tu cuerpo-.

Hay un mañana ya tan dilatado, tan en penumbras, con el reloj encima de tu tiempo y del mío -existe algo más a lo que deba renunciar para tenerte de flores y luces nacientes-, existe el futuro después de una espera tan prolongada... existe en tu vida y en la mía una mañana continua, destrozada por la costumbre -tus enojos y mis maldiciones-, por la forma repentina de crecer de tu sirena de despiertos trece y venideros muchos más -hay algo qué hacer y que no hemos hecho-.

Giro y giro traspapelando mi vida entre los murciélagos y los monstruos de mi infancia, envuelto en mis viejas adicciones -las que he abandonado y aquellas que mantengo-, en medio de estas imposibilidades, sueños y blasfemias de mi yo acorazado... Giro y giro y me miro sólo escondido de los deseos prohibidos que se me agolpan cual martillazos en mi cráneo... Dime, hay futuro, será nuestro e imbuido por nuestros propios corazones que laten tratando de no volcarse, de no salirse del camino que trazamos aquella noche cuando nos conocimos...

Dime hay futuro...

jueves, 10 de diciembre de 2009

Aferrado

Imagen tomada de http://ninfomaniapura.blogspot.com/


Hoy no desisto de mi salvación ni de mi gajes de malabarista de letras, no desisto pero estoy dispuesto a exterminarme como los dinosaurios en la última glaciación. Mis viejos amigos ya no son los mismos de hace años y mis orgasmos no son tan profundos, tal vez se han perdido en su propio placer hasta extenuarse o hacerse extraños a sí mismos.

Cuántas rencillas y palabras sin sentido habitan mi cuarto, miles de sueños y sirenas varadas, cientos de relojes descompuestos con las agujas congeladas. Y aún pienso que esa es la felicidad tras las veinte mil leguas, después del centro de la tierra, de la expropiación del paraíso, de la muerte de DIOS y sus ministros... Esa es la felicidad, la única que brinca de letra en letra y descansa sobre las hojas -esa es la felicidad: la única que conozco-.

Hoy no desisto a pesar de haber muerto algunas veces o de sucumbir ante el deseo y mantener el placer en mi regazo, no lo hago y eso que he crucificado mis ideas y abanicado su asesinato con los libros de mis fracasos. Juro que no lo hago mientras miento sobre mi existencia, sobre lo tardía que puede ser una sonrisa cuando se tiene empeñada la vida. Cuánta farsa y cuánta risa, cuántos abrazos anhelados, cuántas ganas... y miles de partidas, de adioses y de ninguna bienvenida.

Juro que no me doy por vencido al despertar después de una noche de bebida, de esperar un sueño a 40 grados del trópico de mi cáncer o de mi escorpio -y ninguno se aparece en la realidad como por arte de magia-, no se sabe jamás del veneno encerrado entre la boca de una mujer y una botella, del sentido perfecto de la borrachera, del éter en el que siempre nos bañamos para olvidarnos, para reirnos o para disfrutarnos... cuánta lucidez hay en la embriaguez y cuánta desgracia en la sobriedad... y a pesar del estupor etílico no me doy por vencido... ¡no! Sigo el sueño como la Geisha a su amo, uno a uno, todos en fila como patos... Eso sigo los sueños por entre los laberintos, llenos de peligros y de juegos, dando miedo y muerto de pánico, aterrorizado por cada momento de este interminable camino...

Cuántas añoranzas y aún la vida sigue como caballo desbocado, como ángel intentando cruzar el abismo, como sediento intentando beber el cáliz sagrado, como caliente con el pito en Príamo... y no pierdo la fe, sólo la despacho a nuevas vidas o a territorios lejanos, y me baño en las termas del Leteo, para olvidar todos los viajes que he inventando y despertar loco o sano, pero con ganas renovadas de seguir soñando... Por eso no me doy por vencido... porque siempre tras el umbral, a lo lejos en el horizonte hay un sueño que muere por ser vivido...

El semblante del tiempo se resume en placer


El rictus del tiempo,
es ver cómo pasa deslizándose sobre tu cuerpo,
recreándose en el filo de tus pechos,
en la blandura de tus nalgas.
Es ver cómo se agazapa entre los bordes
y en los pliegues de las sábanas.

Los minutos son el voyeur
y caen muertos ante el placer de ver.

Ese es el rictus del tiempo,
estar, mirar y desaparecer...
Ese es el valor perdido del tiempo... seguir, seguir,
seguir hasta envejecer.

Brevísima reflexión


¿Quién puede designar al matador sino la bala perdida de los últimos sueños?

¿Quién pierde la memoria en el fútil intento de evocar los pasos extraviados?

¿Quién usa la marejada de palabras encerradas en los poemas vacíos y baratos para enamorar?

¿Quién se retuerce sobre su propia tumba llena de orquídeas salvajes, vomitando su propio veneno?

¿Quién se almidona la camisa de cuello de blanco para patinar sobre el hielo seco de la cotidianidad?

¿Quién se roba la azúcar de los ritos amorosos y la carga sobre el hombro para llegar a casa y alimentar a los hijos robados de su propia consciencia?

¿Quién desatina, afina la puntería y rompe un corazón sin tronar los huesos?

¿Quién ama hasta la médula de la osamenta de la novia enterrada bajo los días grises, las nubes negras y el destino hueco que pisamos en la vida?

¿Quién se lleva las manos a las bolsas y regala las migajas de esta existencia inherente, unívoca, mediática y devaluada?

¿Quién al cerrar la puerta, mueve las jambas como pastas de libros viejos y olorosos?

¿Quién puebla el mundo de seres advenedizos y crocantes, de muelles y castillos, de flores y pavimento?

¿Quién encerrado en la luna esconde la verdad en los cráteres para mentirse a diario, para saberse, al menos mediano?

¿Quién se mide con la misma distancia que recorre la verga sobre la mano?

¿Quién deposita los huevos pensando en gallinas de oro?

¿Quién se evade, se pinta y se almuerza en los días de arco iris pardos, mientras lee el periódico del pasado lustro?

¿Quién vive y se mancilla, entre oraciones y vocablos, entre los huesos no rotos del cordero, entre el trinche del rojo, entre él y su imagen en el espejo?

¿Quién? -preguntó el poeta antes de que el proyectil le destrozara la cabeza-.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Lo mismo -uno se muere igual-.


No tengo más que un sólo latido,
uno solo,
y es para jurarle
al Ángel Negro,
que más vale que venga un futuro cierto,
antes que quede loco y abatido.

Sólo tengo un latido
antes de que muera sin razón...
y antes de que termine de jurar se ha de parar mi corazón.

Rima Ancestral (Historia de quien evoca un añejo amor)

Entrelazadas como aguijones,
se tejen aquellas viejas sensaciones,
espinas hirientes
del sabor de tu pubis,
de tus tetas de niña parda,
de madura en grana.

Lancetas de Peña Pobre,
pezones de rica vianda.
Quién se fuera yendo
de golosinas,
seleccionando entre tus nalgas y botones,
quién se fuera
metiendo entre tu vulva a empujones,
¿Quién?
Sino aquel,
de viejas trovas y colgantes cojones,
quién si no él
que hace del amor una burla
igual a una meada en los pantalones.

¿Quién?
Sino aquel,
ya viejo,
que en las memorias de su olvido te sigue cogiendo,
y en el rictus de los años te sigue queriendo.

Reuniones de olvido



Llevo las tertulias de mis sin sentidos,
los espermas batidos y caídos al abismo,
las batallas blancas y las sábanas rotas,
mis palabras largas inpronunciadas...

No es más,
sólo deseo
de tu piel tendida al extremo de mi piel,
del sabor gustado,
de los labios henchidos,
de los besos blandos,
de los pechos tiernos,
No es más sólo deseo,
deseo del amor perdido...

Por eso llevo la tertulia de mis sin sentidos,
aquellas donde extrañándote nace el olvido.

martes, 24 de noviembre de 2009

Amarse es un pacto de tiempo, de dos...


Y se sentaron juntos...

A ver pasar la vida,
a robarse el corazón
sin más razón
que envejecer...
con el sol y la luna,
señalando los estados del tiempo y la marea,
del otoño y la tan nombrada primavera,
recordando los años que no estuvieron juntos,
de bares vacíos y vasos rotos,
de las filas de desconocidos que ambos conocieron
tras su propia fuga,
tras la redada de una realidad de vientos prolongados,
de viajes redondos,
de abismos cruzados,
de beatos y mártires olvidados en las garras del deseo.

Ellos se sentaron mientras sus manos ávidas
sellaban un pacto,
entre Dios y el Diablo,
una promesa de cuerpos y de tactos,
de labios atravesados,
de dunas y de cactos,
de tierras áridas por el fuego en que se consumen los dos.

Y mientras pasaba el tiempo,
fueron esclavos de su cuerpo,
sólo se amaron
e interminables se cogieron... hasta que su tiempo terminó.

La fragata tras el horizonte


Y navego señalando el horizonte...

Mientras tus piernas señalan el recodo y el descanso,
y la vida se fuga aguada cual esbozo,
cual paisaje trazado a carboncillo manso,
a dedo, pincel de pubis abiertos,
de óleos cegados,
de tanto en tanto,
por la gama y el contraste de vientres vacuos.

Y miro...
La semilla y la especie de los acantilados,
repleto de brotes martillados
de colores besos
y azotes de tus brazos,
que sangran tras el sentimiento oxidado...

de la coraza,
de la proa y de la vela...
Y navego señalando el horizonte
en la fragata
de los amores sin nombre...

¡¡CRASH!! (2da parte)


El sonido del corazón sigue:
sobre los ríos de sangre,
pisando la justicia,
apretando el cinturón,
rasgando el seno de la madre patria -de esta tierra soñolienta y rodeada por la masa enferma de medios, de mensajes, de promesas rotas, de líderes vendidos-.
El sonido del corazón sigue mientras aullan lo coyotes extraviados del pasado:
¿Dónde estás Caballero Águila?
¿Dónde suena el teponaztle y los flautines?
¿Cuándo se lleno de viruela el corazón de obsidiana que gravitaba en estos lares?

¿No es el sonido de la guerra florida? ¡C R A SH!
¿La música apagada de nuestros 13 soles, el canto serruchante que abre las puertas del Mictlán al cual nos han enviado... tantos traidores, tantos ojetes...

Pero llegará el colibrí a robarles la suerte, a mentarles la madre, a sesgarles la vida de un chingadazo: ¡C R A S H!

El mundo es más si sólo es menos


Un helado, una cerveza, la cáscara de nuez flotando cual barcaza de los antiguos viajeros en busca del edén... una sonrisa apagada sobre el buró, el último lipstick abandonado cual figura de tus labios desgajando el monte de la vida... un recuerdo mellado por el tiempo y la distancia, una cara larga y unas pecas sobre el pecho, el deseo rondando a millas de distancia, la vida vuelta bola de estambre para el juego de los niños que ya no somos... la violencia misma de tu ira y tus palabras, la infidelidad de nuestros cuerpos, la mera coincidencia y causalidad de nuestro nunca encuentro.. la liviandad y la insoportable necedad del ser... nuestra contradicción, tus mentiras y las mías, sólo verdades a medias... un suspiro lleno de melancolía... cuánto tiempo... cuántas letras... cuánto es cuánto más si te echo de menos...

viernes, 13 de noviembre de 2009

Divinos amorosos


Somos resignados,
los rebeldes de un sueño entrelazado
somos los que esperan y nunca mienten,
somos los amorosos,
sólo amorosos,
enamorados de aquello que es,
que va y viene,
de los anhelos y de lo que nunca vuelve.

Somos únicos e impertinentes,
somos soles y lunas,
juntos,
somos el alimento de los dioses.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Las alas de una mariposa



Sólo puedes ver...
Sólo puedes oler...
Sólo puedes tocar...
Sólo puedes probar...
Sólo puedes oír...

Los girasoles de media vida sobre los montes y declives de tu cuerpo.
El silencio reptante de mi lengua sobre la ruta de la vida trazada en el piélago de tu existencia.
La eterna búsqueda de la savia alucinante y los botones acorazados que coronan tu placer.
La fragancia en la cruzada que hacen de tus palabras el mensaje del amanecer.
La dureza de las vivencias apelmazadas entre mis piernas, la sentencia y el castigo del deseo.
El viaje profundo en tus entrañas y el amor enredado en la hierba de tu pubis.
Las uvas de la furia -la furia que provoca esta vida-, encerradas en tus labios y tu cadera.
La metamorfosis de nuestros miembros agotados por los años, y el florecimiento de nuestro capullo en tintes de melancolía y esperanza.
El futuro áspero e incierto, y los campos de trigo de nuestro pan, maná inventado por la fugacidad de nuestros momentos, que encerrados en sí mismos destellan como el sol a a punto de apagarse.
Nuestra única certeza: la muerte venidera.
Nuestra única caricia: el beso callado de las noches.
Nuestra única esperanza:
Que el amor sane las alas de nuestro amor -pequeña mariposa- mientras se posa sobre la rueda de la fortuna -que es esta vida, esta existencia- para volcarla a nuestro favor... y amarnos sobre todo... aún sabiendo que el amor es tan frágil, como lo ha sido la vida de cada cual... como lo es el aliento de la vida...

Suave transición



Nada está escrito,
y las mentiras brillan en las oscuridad
como la verdad es el tipo de eje sobre el cual gira nuestra vida.

Y los dos somos usados por la fantasía y nuestra imaginación,
para envolvernos con falacias piadosas y certezas de ocasión,
con el único fin de pasar los días en una suave transición:
y cada año se convierte en un momento,
si aquello que sentimos se convierte en el camino,
y nuestras palabras -de distintos idiomas- significan lo mismo.

Nada es tan frío como para cerrar el corazón,
y congelar la razón
y la libertad del alma,
que se encadena a la piel de los dos.

Y todo el tiempo sucumbe,
si miramos al futuro como aquello que debe suceder,
sin desear que sea de ambos,
sino sólo un tiempo entre los dos.

¿Podemos seguir sintiendo lo que vive adentro?
Sólo si significa lo mismo que estar vivo.

¡C r a s h!


Parece que todo a mi alrededor puede ser borrado con la yema del dedo,
y su sola existencia -de esta ciudad- me empuja directo a un abismo,
vorágine de mis oscuridades
donde todos los olores se me atoran en la garganta,
espantando las palabras que brotan de mi boca,
dejando un hueco en mi alma y hambre en mi estómago...

Busco incansable el significado de la vida,
perdido en las calles grises.
Busco salvarme de la enajenación entre las paredes del laberinto de esta ciudad:
de sueños revertidos y esperanzas derramadas,
de intereses y plusvalías alienadas... y todo hace ¡crash!

¿Por qué el bien es para unos pocos?

Si la tierra es para todos,
por qué desconozco aquella que piso,
y la que alcanza mi vista;
por qué el silencio de sus calles huele a desolación en vez de sabiduría,
y la pobreza sigue siendo la misma,
escondida entre los adoquines de la enfermedad y la orilla de la banqueta.

¿Por qué el bien es para unos pocos?

Será que la humanidad habita en el drenaje,
esperando a volcarse como estallido,
como la explosión de aquellas letras olvidadas
y expuestas por el ansia de la libertad.
¿Será que este silencio es sólo el inicio de nuevos ríos de sangre?
¿De manos -que juntas- sólo buscan igualdad?
¿De nosotros, hermanos de raza buscando dignidad?

¿De aquellos, que siendo muchos, se han cansado de soñar con lo que no podrán obtener?
Será que el silencio...
en estas calles sucias...
Y entonces: ¡C R A S H!



domingo, 18 de octubre de 2009

Sólo pasar


Los días pasan y lejos de irse,
se van directos a mi alma,
que se llena de recuerdos que se mezclan con las ganas.
Y se van abandonándose en mi memoria,
dejándose en evocaciones indisolubles,
hechas de caricias que siguen a la voz de cuando tú me amas,
en soles de medianoche que iluminan mis distancias,
en caminos de señuelos y de grandes flores de colores,
en chispas de besos con armónicos sabores;
en sueños de cercanías,
de una mitad de vida ocupada,
con el peso de tu cuerpo,
con lo tierno y áspero de tu humores.
Los días pasan y lejos de irse,
se juntan en el relleno de una cama,
que lejos de empolvarse con partículas de olvido,
se ablanda con los roces que hacen de un momento el motivo,
del segundo la detención del tiempo en este cuerpo latente que te ama.
Y esos días pasan, y pasan
cual promesa
de lo que se filtra entre nosotros,
una vida que se escapa y que forma esta bella aventura...

miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Importa el amor?



Absurdo es que importe si no va más allá del celo incesante por las ropas que acarician la piel, por el hueco que hay en el seno, si no despierta como un animal en brama... como un alma cubierta de llamas fundiéndose en su propio infierno, llenando su voz con lamentos y versículos de su Biblia negra que en cada parábola le acorrala...
Absurdo sería pensar el amor ángel cuando se ve al espejo y se reconoce diablo obtuso en el deseo, sangrante de lujuria, tratando de llenar este abismo de cuerpos yermos, santos de oropel guardados... Absurdo es no pensar en la amenaza de la carne cuando se ama y se está enamorado del amor mismo... mismo yo, misma tú, mismos nosotros: Animales, nada humanos en brama...

martes, 6 de octubre de 2009

El celo


Absurdo es no responder al placer por el placer mismo: como si fuesemos perros en celo oliéndonos el culo, lengueteándonos el sexo hasta babear... Absurdo sería no tomarnos de la espalda hasta encontrar en los pulmones nuestro nombre, formado por los alvéolos muertos, que entrelazados nos recuerdan el martirio de amarnos, de hacernos la puñeta del futuro entre orgasmos coagulados y te quieros con sabor a futuro maltratatado.
Absurdo es renacer de las cenizas para embestirte una vez más, para hacer de las sábanas el sudario de nuestro cuerpo magullado por los años, por esos los pasados que no compartimos y se asen al piélago de nuestro libre albedrío para formar nuestro libro de cabecera.
Absurdo es retorcernos entre las letras de poemas viejos, de sueños modernos con temas llenos de hastío que versan sobre el ser humano, cuando en la cama no somos, a veces más que perros lamiendo la mano de su amo... Absurdo es no pensar en penetrarte -si hay café o no, es lo mismo; si haya amor o no, es lo mismo cuando somos la animalidad del hombre en pleno celo-.
Absurdo es mirarnos vestidos, perfumados, cuando la fragancia de Dios es la misma que la del perro en celo... hacer, crear, penetrar y por eso nos olemos los orificios, y nos testereamos -¿importa el amor por el amor mismo?- Absurdo si para llegar al celo hay que sentir algo... y el verdadero celo sólo empieza cuando hay algo adentro...
¿Importa el amor?

martes, 29 de septiembre de 2009

Los dulces que me da tu vida


Te pienso entre las luces que hacen una vida maravillosa,
entre la osadía de vivir en en este mundo día a día.

Te pienso y no dejo de pensarte,
de acariciarte entre las letras,
que escritas sobre tu piel forman tu nombre...
Te pienso y te imagino,
nunca más mujer, sino mi mujer de crisoles,
de cristales multicolores,
de húmedos besos,
de tactos prolongados.
Te pienso y me saboreo la vida,
tan dulce lo que ha pasado,
como delicioso lo que nos tiene el futuro preparado.
Y no hablo por hablar,
lo hago porque existo mientras hablo,
y conjugando verbos me cuelgo de tus brazos:
te amo y te deseo.
Te voy aprendiendo los laberintos de la mente,
los silencios y los hiatos:
esos momentos de soledad,
esos instantes en familia,
los segundos de crecer juntos,
abrazados al hambre de vivencias de una linda niña.
Te pienso, te imagino y te veo
con todo lo que hay en un día,
y más si ese día tiene la posibilidad de durar toda una vida.

Café con olor a sexo


No sé si estés de acuerdo, pero el café es casi tan placentero como una taza de buen sexo... y bueno eso no lo digo digo yo, lo dicen las piernas que se abren después de un americano cargado, de un capucchino que desmonta su gorrita y se lanza a levantar faldas, o el olor del tueste del grano que invita a pecar, perturbando a través del olfato el pudor y las caderas...

No sé si estés de acuerdo conmigo, pero el café siempre es placentero, te anima y te disfraza de león o caballero de hojalata; en cambio el sexo siempre te disfraza de amante o de amado, de bien o mal cogido... pero el olor es el mismo; a veces más penetrante o disperso, aromático, delicioso o suculento: siempre depende de la mezcla... si es cuestión de culear suele ser duro y energizante, si hay amor se vuelve sublime al gusto y aromático caliente... que uno no limita al otro, siempre que se quiere se desea un buen culo y dura tranca -digámosle verga-.

Ojalá estés de acuerdo conmigo pero el café es casi tan placentero como una taza de buen sexo, seguido de un largo y prolongado beso... ¡Absurdo pero tan real que la próxima vez que entres a una cafetería, pedirás una taza mirándole a quien te atiendela entrepierna!

domingo, 20 de septiembre de 2009

La batalla por un simple fundamento


Si dando tumbos
te pregunto,
y me acerco,
y te pido en gritos ahogados en silencio...
Es que estoy cansado de tocarme, solo y viciado,
acomplejado de la soledad
que hundiendo el deseo,
hace sobre mi cuerpo su reino.
Si esperando la batalla,
llevo tu nombre
entre miradas,
maldiciones y espadas,
y respiro tus besos
con tus caricias a cuestas;
es que no me doy por vencido
y te guardo el amor en secreto,
envuelto entre las manos,
y mis sentimientos desiertos
que esperando la paz,
hacen la guerra
a la cruda verdad,
y a esta realidad profana,
que llenándose de carencias,
y de falta de tiempo... asesinan arteros nuestro fundamento:
Vivirnos mientras hacemos realidad un sueño...
una cogida,
o un simple beso.

La venganza de lo cierto

Lo real es la amenaza para la verdad,
el sigilo de la locura,
el ruido de la claridad,
las patrañas de la hermosura.

Y es que cada quien se forma su realidad,
y apelmaza sus mundos,
de fondo negro o trazados en blancura,
los amasa en acertijos dando tumbos,
en tesis de palabras que todo lo curan:
medicina para los ciegos
y aquellos abyectos del corazón,
que todo lo odian y nada procuran.
Lo real es la enfermedad,
la quimera:
El imperio del olvido,
y las ruinas asentadas de los sentidos.
La verdad es la panacea
para aquello que aterrado,
habita secreto,
adormilado,
a punto de saltar al acantilado,
sabiendo que ya esta muerto.
Lo real y la verdad son la saeta,
la lanza y la mortaja,
treta de Dios que del cielo baja
en forma de sueños,
que el ser humano se encarga de dejar como perros: solos, tristes y sin dueños.

martes, 15 de septiembre de 2009

El resumen de la soledad


Hoy aparece como un murmullo sacado del exilio,
y pienso que la vida retoma de cada quien un trozo de destino.
De la mano caminan los enamorados,
los besos se apagan callados,
caídos, inmolados en su propio destino:
desaparecer en el inicio del suspiro.

Hoy aparece el éxodo de las maldiciones,
de las caricias esclavas y tributarias
de la lujuria encerrada en tu cuerpo:
húmedo silente,
tibio y de vagina caliente,
de sudores y tactos ásperos y fuertes.
De caderas balanceándose omniscientes,
al ritmo de venidas imaginarias,
de secreciones efervescentes...
Hoy es un desierto
de mares,
de besos,
de amores...
Hoy es el epitome,
del vacío que se deja sobre la cama,
de la soledad sobre las sábanas anudadas,
de la vigilia de la carne y las lisonjas blandas...
Hoy es el numen del sin fin del círculo:
¿Cómo?
Si... la nada habita en nuestra habitación,
sin más que el sueño derrumbado,
y las botellas llenas de quimeras; verdugos del corazón.
¿Cómo?
Si me falta dinero para comprarte tu descanso, tu tiempo y tu amor.
¿Cómo?
Si no hay más nada que aquello que habita en mi imaginación.
Hoy no es más que la cornisa en ruinas,
en dónde, atribulado, cuelga el sentimiento y las ganas,
de aquello, que tú y yo, llamamos amor...
Mientras, con los pies en la tierra le vemos estáticos a punto de saltar,
él sigue creyendo por hoy que puede volar...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

El amor absurdo


El amor es...
los encajes negros sobre tu piel,
la nívea carne del deseo
y el pudor sobre tu pecho de pezones erectos.

Es...
la transición y el pecado,
la herejía y la bendición,
Es la armonía de nuestras bocas sentidas,
de las manos prendidas en locas caricias.

El amor es...
sólo la verdad que no deja de ser,
es compromiso y desatiendo,
bondad y maldad,
es ganas, sólo ganas de morirse por un sueño...
aunque este deje de ser una verdad.

El hombre sobre una nube

Hoy me pinté el cielo
y a un hombre sentado en una nube
que me preguntaba sobre mi vida...
Y callado mis memorias respondían:
de las noches reptando entre tus senos,
de tus besos llenos de veneno,
de lo que es coger con el alma en pleno,
de lo dulce que es ir de más a menos.

Incrédulo el hombre sembraba con mis recuerdos
un campo de rubíes y diamantes;
mientras sellaba las oquedades y los surcos
invocaba a miles de amantes:
ni tú ni yo aparecíamos hoy,
sólo como éramos antes:

Con la plaga del sueño,
caminando codo a codo,
mano a mano,
saboreando el destino del ser humano,
dos haciéndose uno,
respirándose y atragantándose,
saboreándose...
Amándose,
escapándose libres a ese campo de rubíes y diamantes.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Miedo


Si te pienso
y no amanece...
Si me cago en la inocencia
con el miedo entre los dedos,
y se me esconde tu nombre entre los dientes.
Si te pienso
y no apareces en mi mente,
si la vida se va dulcemente,
si te crees que soy tuyo,
y evitas amarme suficiente.

Es que la luna muere sola,
adormecida,
en coma porque el sentimiento siente que se muere.
Es por eso que te pienso y no amanece,
y el miedo hace nido entre los huesos.

Y pensar... casi me he creído que me quieres...




El tropezar con un sueño es casi como desfigurar el rostro con palabras tristes, aceptar que tus suelas siempre pisan mis costillas, que las caricias se llenan de insuficiencia: Hoy me comí mis poemas sobre una linda vajilla que heredé de mis abuelas. Y sentí un profundo miedo de seguir viviendo y de ir definiendo lo incierto de mi universo.

Y pensé por un segundo que eras mía y pude ver en el firmamento que no hay nada tan cierto como que nada es para siempre y que la luna sigue siendo de queso... para aquellos que llevan un ratón como ventrículo izquierdo. Y el miedo fue durmiendo mis brazos hasta saciarse en mi con sus viejos instintos... siempre dobla el ánimo no importa si se escribe o se sueña, si se vive o se pelea... el camino siempre se recorre solo no importa si despierto queriendo verte o si ocupo la mitad de tu cama por un momento... no importa si el corazón se congela en este o en el próximo invierno... Y pensé por unos días que el sabor de tus besos era tan mío como los labios de donde nacieron, y mi cuerpo reclamaba tus caricias provenientes de tus dedos plagados de deseo, y casi he creído que me quieres... mientras quería que me amases para encontrar en tus ojos el milagro de la existencia; la luz de una flama tan ligera que salvase mi existencia del abismo de esta soledad inhóspita llena de proyectos y con celos suficientes para luchar por una misma vida...

Y es que te presumo en mis temores, vuelo entre caricias y brisas noctámbulas llenas de más que deseo... de la vorágine del amor infundado y lleno de cariño, tanto que se puede confundir la realidad con el sueño del destino... ¿Hay algo más que el amor para estar vivo?
Y te pienso en mis tormentas y en mis días, como el quieto remanso, y ya no importa si me amas o me quieres, si me enjuagas las heridas, si sellas el futuro con un dedo o con un beso...
Y es que pinto de inocencia las paredes, y cierro las puertas con sonrisas aunque muera por reclamarte que no eres mía... que no hay más que las hojas cayendo sobre el suelo en el otoño, y que irremediable el sentimiento se congela en su propio averno.
¡Y todo es tan fácil! ¡Y qué difícil es despertar y verte! Respirando tranquila el sueño de la vida mientras se me congela el corazón por no verte... Y quien dijo que este es el cielo no sabe de las ruinas que dejan en pecho las lunas oscuras de tu invierno...
Y pensé... y casi me he creído que me quieres... y llega el futuro y tú no vienes...

jueves, 3 de septiembre de 2009

El final de las noches contrastadas


Hoy desperté con la noticia de ocho columnas: "Deseo morir entre tus manos". Me pareció estúpida, ficticia, llena de una angustia que no te conocía, ¿ya no hay algo dentro de mi que merezca ser amado? Y me contestaste en silencio, con el deseo ahogado entre tus piernas y tus pezones sedientos -que aunque otro los invoque no son mis labios los que les susurran al oído su poesía-. Y me contestaste con una sonrisa segura, segura de nuestra única soledad, de aquella que invocamos entre mi consigna y el amor idealizado, llena de vacío y ansia por abrazarnos; esta soledad de noches contrastadas que tú has inventado -luciérnaga del abismo que existe entre dos enamorados-, bajo el pretexto de seducirme y mantenerme a un milímetro de tus labios de poetisa rebelde, de mujer acalorada, independiente y con ovarios en las palabras -quién como tú para fustigar mis caballos salvajes entre los prados de mi absurdo, quién como tú , para quién, hoy, no significo nada-. Es que en verdad, ¿no existe algo dentro de mi que aún merezca ser amado? No mis letras ni mi personaje taciturno que se vuelca desesperado renglón tras renglón, letra a letra, caricia a caricia... ¿Acaso no sigo siendo yo el mismo que guarda el boleto del tren de nuestro desvío, el de los durmientes plateados bajo la luz de la luna, el dueño de un destino sin final? Es que me desperté con la noticia y las manos sangrando, escurridas, cansadas de sí mismas -llevan años coleccionando plaquetas ajenas, y son más asesinas que las palabras que invocan para enamorar, me, te, nos-. ¿No entiendes? No te amo más ni menos de lo que me amas vos... somos tal para cual, no importa si aquí o allá... ¿No hay manera de que no te mueras, de que sigas viva y rezongando de esta existencia de mierda? ¡No ves que tu vida es más rica que la de muchos más! Y sé la respuesta, has de morir como mueren las heroínas tecnicolor de esta modernidad, en silencio, agazapada a tu pensamiento, como la vil ladrona que eres -hoy no sé si de mi corazón o de mi propia vida-. Dime, hoy a qué huelen las lágrimas sino a tu ausencia, a estas idiotas ganas de extrañarte y de pensarte de mil formas, al sudor de nuestra soledad de medias camas, de una charla jamás sacia, de un vino que no se atraganta, a partir el mundo para comérnoslo a cucharadas... ¿acaso no huelen al olor que me pusiste mientras eras mía bajo las sábanas de una de tus noches contrastadas? Dime sabes a qué huele un libro viejo... a nada, porque hoy termina esta historia recíproca, de idas y vueltas, de telarañas cruzadas por el vacío que hay en dos amantes que sólo escribieron pero jamás llegaron a nada... He pues aquí tu final: Yo seguiré escribiendo de aquellos sentimientos que se destrozan entre sí, y de vez en vez, regresaré a dejarme caer tres veces mientras cargo la cruz destino de mi propio calvario, ¿y vos? Me negarás tres veces antes de que llegue la mañana, venderás mi inspiración por una talega de 30 monedas de oro, y te ahorcarás sola en el árbol que tu misma inventaste -ya que de nada sirve la ausencia ante la presencia-. Y todo esto será recordado al tercer día cuando resucite en otros el sueño de escribir sobre la soledad acompañada, sobre lo repleto del vacío, sobre el infinito más pequeño, sobre tú y yo o sobre lo que no pudimos entender... ¿Se nos acabo la poesía o la vida misma? Hoy me desperté con la noticia de ocho columnas: "Deseo morir entre tus manos". Y mientras te veía tendida sobre la cama te di el único beso que podía haberte dado... aquel escrito en tu piel con tu propia sangre... Y no soy un asesino, ¡no! Sólo soy el amante de aquellas letras perdidas en tus entrañas... y que sólo dan a luz al final de estas noches contrastadas

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Un segundo de amor


Siempre quise estar enamorado, siempre lo desee con el alma y después de miles de vericuetos, de hipótesis y juramentos me di cuenta, que al igual que se guarda un minuto de silencio ante los muertos, es necesario parar un segundo para ver el amor antes de que nos sobrepase y se largue lejos o pase de largo...
Y cada uno de los sabores guardados en la punta de la lengua se transforman en palabras, en elocuencias de oraciones perdidas que hacen fila para no morir en el hastío y perderse solas en el abismo... en aquel que se crea cuando nuestros cuerpos celestes se prenden ante la noche y juntos hacen implosión con el ímpetu de nacer estrellas y guardarse en el firmamento por una eternidad que dure un orgasmo; un orgasmo juntos.
Parece mentira que veamos en el infinito la paridad del tiempo más pequeño, y es que eso dura el amor... sólo un segundo, en que todo se detiene y se mantiene intermitente la vida, llena de deseos de vivir... un por siempre de texturas septentrionales con las que se adornan las cinturas y las caderas, pasos de besos y desfiladeros de caricias que llevan a la oquedad de tu territorio, aquel donde se siembra la existencia y se vierte el deseo líquido... en espera de la vida que se halla oculta entre tus piernas...
Es un segundo en que se da a luz y los sentidos se agazapan tras la piel esperando despertar en plena erupción de sensaciones ardientes y flageladas por el ansia de la carne, ¿quién no busca al hacer el amor traspasar todo hasta llegar al sentimiento más profundo? ¿Quién se conforma con el envoltorio si en las entrañas se esconde la delicia del cadáver exquisito en que se transforma el amor cuando se muere poco a poco?
Y esta eternidad, este infinito tan pequeño sólo viene en el momento preciso, y aunque uno quiera no se repite, para transgredirnos -a ti y a mi- sólo es uno en la vida... sólo es una la oportunidad de ser y hacer pareja -aunque uno quiera vivir siempre enamorado-.
Por eso es que el amor no sólo es presencia -no sólo son labios tetas caderas y nalgas-, también es tiempo, es un segundo de ser implacable, de darse, de llenarse la boca en el cuerpo del otro, es mamarse los sueños y tragarse las palabras, es penetrarse y deleitarse en los confines de ese, el otro universo que vive paralelo... es un segundo de cobardía lleno de astucia e inteligencia, es la misma animalidad que nos alimentó por el ombligo, es la cadencia prisionera en la osamenta, es la herejía y la sobrevivencia de Dios ante la crueldad de la mayor invención de su creatura: el tiempo.
Es por eso que al igual que los vivos tienen su muerte y la muerte su tiempo; el amor se conforma de la unidad más pequeña, del infinito en el cual el hombre recoge sus miembros y se desplaza soñoliento, recorriendo sus propios dolores y sus alientos, en busca de aquel que una vez se perdió en el mismo y se volvió contrario a su sexo... por eso es que el amor es un segundo de cópula, de rompiento del himen ideológico, y la muerte inequívoca de todo postulado lógico... El amor es un segundo congelado mientras el reloj continúa su paso, y nos vamos acercando, irremediables a un minuto de silencio guardado...

lunes, 31 de agosto de 2009

Momentos


Sólo dame un momento...
de luciérnagas palabras,
de besos flotantes,
de salados mares...

Dame momentos,
llenos de arbitrarias soledades,
fragantes de vacío,
cálidos de brazos errantes...

Sólo dame momentos,
atiborrados de instantes,
de besos
y delicias sexantes...

Sólo dame un momento
a solas con tu cuerpo
y le diré que el tiempo
sólo es eterno para las caricias de los amantes.

Miseria


Ni tan larga ni tan corta
es la miseria
que viven los enamorados cuando el tiempo se agota...
se cansa en la cama,
se desvanece entre las sábanas,
entre las nalgas aplanadas de tanto esperar..
que llegue el día,
que se venga con la noche.

Ni tan larga ni tan corta es la miseria,
de unos brazos noctámbulos,
de un colchón extraño,
de las verdades a medias,
de los defectos llevados a paraísos perfectos,
de libros incompletos,
de espermas solitarios,
de óvulos seccionados.

NI tan corta ni tan larga es la miseria de los enamorados,
sólo es miseria
si se pierden del tiempo,
del momento que hay en el vacío de sus brazos.

La verdad de a siglo


Hay un siglo entre tú y yo, mientras me acoplo al vaivén del devenir del tiempo y me aferro a las diligencias y las antorchas; tu prefieres la modernidad, las bombillas y los automotores...
Es que hay un siglo entre tú y yo; a la vez que corres y vistes y vas y traes; yo quisiera un tiempo despacio donde la contemplación desembrolle el hilo negro de la circunferencia rota de la existencia...
Un raro abismo tecnicolor es el camino de tu futuro, y el mío sigue siendo monocromático amparado por el manto de la noche y el brillo de la luna que implacable se derrite...
¿Existe eso en tu mundo? ¿Tienes segundos para ti, para mi, para los dos?
Es raro que haya un siglo entre nosotros y que el lustro se llene de vacío, de caricias inalcanzadas, de besos guardados bajo llave, de papalotes cerrando el cielo con las nubes del olvido... Hay un tiempo que corre tras los segundos dejados en el pasado de tus letras efervescentes... hasta en eso eres moderna te gustan las frases en envoltorios llenos de mercadotecnia.
¿Acaso nuestra vida es un spot de 20 segundos que en días se transmite en horario triple A y otras sólo es el relleno de la programación de la medianoche?
Hasta en eso la modernidad se ha vuelto sobre el amor, libélula saltarina de canal en canal, de transmisión en transmisión... tendría que ser perfecto mientras se llena de placeres y artefactos, enterrando los pocos efectos y afectos de lo que hay en esta vida de diario a diario... Ahora un abrazo es la consecuencia de una palomitas microwave extra mantequilla con bolsa desechable y el sexo es el sueño de la pastilla azul o del jugo de toda la noche... No se sabe el sexo a látex y se siente rugosamente placentero...
Hay un siglo entre nosotros y cuanto más pasa, más viejo... lo curioso de todo es que aquel que guarda el sabor de libro viejo; soy yo... sin más pecado que el olor de mis sudarios, de las letras vagas y errantes, de lo que se dice entre labios con los dientes cerrados... soy yo el apolillado, el que hace oquedades y grava las palabras con veinte centavos, soy el que huele a criolina, a vaselina, a colonia Sanborn's... soy el que guarda los recuerdos para no caer en el olvido que hay entre tus brazos... y no es malo, sólo es que hay un siglo entre nosotros cuando por fin hay tiempo para amarnos.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Negra celebración


Ve dentro de mis ojos el reflejo de la preparación fastuosa de la misa negra que he preparado esta noche para ti... deja todo de lado y observa con detenimiento tu cuerpo semidesnudo sobre la cama: cubierto tu pubis por los encajes oscuros de veladas transparencias mientras tus pezones rosados se agitan estremecidos entre el calor del frío desierto del angelus... Y ambos estamos solos, más solos que nunca jamás.
Mira como te rodean mis demonios, viles y taciturnos, ávidos de tu carne y del sabor de tus entrañas, huele el viento de nuestra respiración haciendo la tempestad del deseo sobre el piélago de tu desnudez que arde al tacto de mis manos que no han llegado, pero que buscan incansables la puerta de tu orgasmo más explosivo y por ende más profano... no soy Dios, pero le pido a mi ubicuidad que se riegue entre tus piernas buscando el más oscuro continente que jamás algún hombre ha tocado, le ruego que se desvanezca a lengüetazos sobre la orilla de tus pechos y toquen el fin del mundo para salvarse de esta vida envenenada con tu ausencia... Y tú y yo somos los ausentes, los jamás venidos a nuestra vida.
Mira como la luna nos protege en esta locura de golpes bajos y palabras llenas de lujuria, de caricias que arañan la distancia, de la media luz que nos envuelve y nos provee de vida... Mira la luna y verás los miles de ángeles que brincan de un lado a otro del abismo que hemos creado con el vacío y estas ganas estúpidas de extrañarnos... Velos dar vueltas con el signo del sexo en la mano y el amor dibujado de pasteles en el pecho... Y hoy somos más extraños y no saltamos abismos, sólo sacudimos la tierra que nos vio crecer como animales desamparados y hambrientos el uno del otro... Y hoy sólo estamos solos...
Por eso hereje rompo los tendones del verdadero Dios para que no siga escribiendo esta novela de gruesas millas, de campos de temporal, de sierras enardecidas ante la falta de batalla, de muertos vivos que se enlazan a esta historia: sólo cadáveres exquisitos con ganas de vivir en una poesía de besos y abrazos, mientras se extinguen en su propio delirio del sentimiento líquido.
Por eso te preparo las medias velas para destruir tu cadera con cada penetración hasta verte parir el momento, nuestro momento; por eso te enjuago en vino sagrado, carmín de tu fertilidad para ensañarme en el sacrificio de tu cuerpo soportando mi peso y el camino de mi esperma... Es que ambos somos el deseo mismo, que inteligente, destruye la burbuja rosa de los enamorados y se edifica en el sufrimiento de la soledad acompañada, somos la vorágine del sentimiento que se pierde entre la noche... sólo somos las bestias que purgan sus penas en cuerpos ajenos, en vidas de otros que jamás nos llenarán pero que están ahí para que no muramos de soledad...
Esta noche los dos estamos más solos que nunca jamás lo habíamos estado...

lunes, 24 de agosto de 2009

Tatuaje


Qué difícil es no pronunciar tu nombre
escrito con besos sobre la misma noche.
Qué difícil guardarse la textura de tu cuerpo en mi imaginación.
Qué difícil es callarse las medias tintas,
y gritar el deseo a cuarto de voz...
¡Harto complicado sellar medianías,
cuando se quiere mellar el secreto
guardado en tu cadera con avidez!
Qué difícil se vuelve todo cuando se quiere vivir...
Y demasiado fácil sucumbir al deseo envuelto en tu madurez.
¿Quién como tu pasado que te envuelve de noches de satín blanco?
¿Quién como tus recuerdos que se agolpan cual estampida salvaje, bajo tu almohada, de tanto en tanto?
¿Quién como tu futuro que incierto se va despejando?
¿Quién como el que navega entre tus brazos, picado océano de años?
¿Quién como quién?
Y quién soy yo...
envuelto en el sueño que alguna vez provoqué y deje escrito sobre tu piel...

Sueño eterno


No dejo de pensarte
ni despierto
ni inconsciente...
No dejo que la falta de visión me haga perder tu imagen
ni que se pierda el futuro,
aunque extrañe tus besos y tus abrazos,
y cada uno de nuestros miles de momentos.
No dejo que se me pierda el sabor de tu cuerpo
ni las tardes
ni las noches juntos;
donde tranquilos nos vamos durmiendo
hasta encontrarnos juntos en nuestro propio sueño...

martes, 18 de agosto de 2009

Día desesperado de un pianista


Hace días que no te digo que te amo ni te miro de frente, no porque tenga algo que ocultar sino porque no tengo nada que dar... Sólo mi viejo piano.
Y entonces me refugio en el caldero mágico de tu cadera, y te siento de nuevo humedecida, caliente, que si bien no mía en la realidad misma, si mi mujer en nuestras noches compartidas, de hechizos y conjuros mientras jugamos ajedrez con las estrellas, y buscamos incansables el significado del amor en el viejo diccionario que inventamos, cuando desnudos hacíamos días de campo sobre el prado ocaso de algún cuarto de hotel de paso.
Hace días que no beso ni te cuelgo el deseo sobre el cuerpo, no porque haga algo malo, es que no tengo nada qué hacer por los dos... nada, mas que sólo darte un abrazo y jurarte que a veces los tiempos son la consecuencia de los malos ratos, de los dineros escasos, de la lucha desenfrenada por hacer realidad los sueños, de levantarse y sólo ir al trabajo, de pensar y de pensar sin llegar nunca al final.
Hace días que te extraño... y no es más ni menos, que el deseo de verte a diario... de las ganas de colgar mi corazón en tu armario... de ser tu amuleto y tu escapulario... de abrir la puerta y cerrarla tras mis espaldas y vivir despierto y soñando entre tus brazos... de esperar el día y robarte el te amo de los labios... antes de que venga otro maldito y haga en tu cuerpo, una nueva melodía sobre el piano.

Absurdo total


Cada quien busca:
Vivir a su manera,
despertar de su penúltimo sueño y saber que está vivo,
desgarrarse las entrañas mientras ama,
el deseo en el pubis del otro, que aparece como fantasma en su existencia,
un beso que dure la eternidad,
una moneda que lo compre todo,
una caricia tan profunda que detenga el corazón.
¡Qué aburrida sería la vida si lo encontrásemos todo!
¡Y qué absurda si no valoramos aquello que encontramos mientras seguimos en la búsqueda de todo!
Y yo te he encontrado...

¡¿Vivir por siempre o morir poco a poco?!


¿Quién quiere vivir por siempre?
Quién sobreviviría a tus caricias cual cruzada sobre la piel,
lacerando incansables los sentimientos herejes y profanos.
Quién descansaría sobre la tierra de tu cuerpo
sin atreverse a saltar al abismo de tus besos estremecidos y telúricos.
Quién hurgaría en tus entrañas de piedra hasta reblandecerlas con el calor de las manos ansiosas y ávidas de placer sin someterse al significado del amor que tú inventaste.
Quién encontraría en el paisaje de tu mirada la lujuria apagada tras los viejos cedros que te arrullan cada noche con el canto de la esperanza de un futuro rasgado y en ruinas.
Quién puede despertar en tus brazos la alegría y en tu pecho el sentimiento de pertenencia, ¿quién? Si no aquel que deseé el fin de la vida misma.
¿Quién quiere vivir para siempre si en cada orgasmo sobre tu cuerpo se debe morir de a poco para sobrevivir un instante sobre tu pecho?
¿Quién quiere vivir para siempre si el fin de la vida es morir completo o poco a poco?

martes, 11 de agosto de 2009

Obvia necesidad


Te necesito
no más que el sol a la mirada,
no menos que mi deseo
una caricia,
tu entrepierna,
o tu lengua ávida envilecida,
o tu cuerpo en horcajadas...

Te necesito
no más que la muerte a la vida,
el beso a tus labios,
el sentimiento en tu pecho como punto de partida...
Ni menos, ni mucho menos,
como la respiración a la existencia misma.

Te necesito
y eso ya es una obviedad,
si para existir tal cual,
te necesito amar.

lunes, 10 de agosto de 2009

Destinos cruzados (hechos de realidad)


Volteemos la cara para ver si nos encontramos, contemos los pasos de nuestro camino para saber si contando compartimos el destino así como hartos y llenos de deseo ponemos en la balanza del amor cada cual su media cama.
Hablemos de tu existencia y de sus parámetros normales, discutamos mi caída y mis absurdos innombrables. Soltemos la lengua mientras cae la lluvia desplazándose en gotas como las letras en nuestras sentencias. Discutamos callados, olvidados del pasado que compartimos y entreguémonos al placer de conocernos y conquistar cualquier terreno perdido -si es que hay tedio y rutina-. Dejémonos solos, acompañados cada uno de los sueños y las pesadillas del otro, con el único fin de jerarquizar las consecuencias que nos unen y nos separan. Amartillemos la distancia y ubiquemos las zapatas de nuestro muro, bauticemos cada adobe, cada unión y cada amarre hasta reconocernos. Cimbremos la arena del tiempo hasta quedarnos con los minutos que vivimos codo a codo, caminando lado a lado, sabiéndonos pareja de tiempos muertos y silencios arrebatados a la noche -como cuando duermes y soñoliento acaricio tu cuerpo, sellando el viejo pacto de pertenecerte, aún cuando vivo inconsciente-.
Hurtemos las buenas costumbres y dime en el cara mis errores, enuméralos, escríbelos en mi cuerpo para no olvidarlos. No te calles que si no estamos juntos es porque algo falla de mi parte: soy un constructor de sueños sobre el agua, y el culpable de noches de ausencia, de mente disipada, de largas horas del deseo ahogándose callado bajo las sábanas. Anda dime y te platicaré del extraño juego del desfase del tiempo que se agolpa como neblina sobre la espalda, y poco a poco se ase del calor que emana nuestro cuerpo. Dime y reconoceré que hay días en que se agota mi paciencia, en que calló lo que me conozco de memoria sólo porque no lo puedo decir. Dime y te diré que de mucho tengo la culpa: de los días de ausencia, de la impaciencia, de los sueños rotos, de que hoy no estemos juntos; y de amarte desde lo más profundo del alma.
Dime y te diré la verdad: miles de noches me inventé un personaje taciturno, vacío y soñador; que se alimenta de la desgracia. Y acabé creyendo que vivía siempre que oscurecía y veía el reflejo de su imagen sobre cualquier cara de la luna. Y acepto que cobarde fomenté la consciencia de la nada, con el único fin de no esperar algo cuando en realidad te necesito toda: mujer completa -puede ser que me empequeñezca ante la grandeza de tu existencia-.
Alza la vista y ve el infinito mientras te cuento que cada mañana al verme al espejo dejo caer una idea que me sobresalta, que me hace temblar, que me impregna de dolor y me causa angustia. Y aún así entendería si un día pierdes la fe y decides ponerle fin a la espera de vernos juntos. No lo puedo evitar pero así como el amor lo salva todo, lo hunde todo, y el sentimiento que no se realiza también cansa y termina por volverse hartazgo y costumbre: "El amor puede cejar o sanar las alas de la mariposa sobre la rueda".
Y después de sabernos tan reales, de decirnos verdades, dibujemos una sonrisa, volteemos la cara y veámonos de frente, contemos los pasos de nuestra existencia juntos, contémoslos como quien cuenta un cuento, recordemos el principio e inventemos cada día un final de amantes enamorados, llenos de caricias, amarrados por la memoria de la piel, satisfechos de estar vivos. Volteemos para reflejarnos en el otro, que se desgaja lleno de amor, que se convierte en nosotros, cuando perdidos nos llenamos los ojos de sueños y derribamos muros: muros llenos de verdad. Volteemos para ver sólo como se entrelaza nuestro destino mientras la vida, día a día, azul se nos escapa.

Obra: Guadalupe Gómez.
Texto: Heriberto Cruz.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Amantes a la luz




Hagámoslo antes que la vida sepulte a los amantes
y se ahoguen con sus culpas...
Hagámoslo en el aire
asoleando las heridas de antes,
y encerremos el amor entre caricias y besos palpitantes.
Hagámoslo sin miramientos
hasta desgranar el ansia,
la pena y la soledad
de nuestros sentimientos.
Hagámoslo hasta atravesar la piel
y sus viejos argumentos,
hagámoslo de pan y sin lamentos...
hagámoslo de la existencia misma,
dividiendo la distancia que hay en nuestros besos,
hagámoslo de miel en nuestros cuerpos,
preñemos la lisonja con deseo,
abramos a la lujuria nuestro pecho...
antes que al igual que ellos, los amantes,
se revelen a la vida y a sus culpas;
y sigan vivos,
caminando los pasos de los muertos.

Obra: Guadalupe Gómez.
Texto: Heriberto Cruz

lunes, 3 de agosto de 2009

Otra lluvia


Tómame antes de que venga la lluvia y se lleve todo lo que he sido,
mis heridas en esta batalla por la vida,
mis recuerdos perdidos,
mis pasos que nunca alcanzaron su destino.

Tómame y acaricia mis ojos antes que se deslaven con la lluvia,
antes que se olviden de todas las cosas que han visto,
y dejen en un cuadro el paisaje de todos estos años.

Tómame y cierra mi boca antes que me ahogue con la lluvia,
y quede en silencio y me sepulten mis poesías. Házlo y no preguntes cómo,
sólo deja todo lo malo y deposítalo en mis labios,
que haré palabras nuevas,
que haré caricias jamás sentidas...

Tómame y hazme tuyo antes que venga la lluvia y se lleve todo lo que he sido,
que no he de volver igual,
he de olvidarme y seré otro...
Otro que renazca con las lluvias,
que viva diferente,
que hable y mire de otra forma...
Tómame y hazme tuyo...
antes que caiga la lluvia,
para que perdido y sin memoria,
te conozca,
y me enamore de ti,
y sea sólo así el otro que soy y renace en tu cuerpo.

martes, 28 de julio de 2009

Irreflexivo


Hoy reflexioné sobre el destino:
e imagine un hueco,
unos brazos vacíos,
un beso aletargado,
el final de la jornada,
el abismo que me precipita hacia la nada,
dos enamorados sin horizonte,
letras desgajadas, caídas, azotadas por la soledad y el olvido,
de la luna una tajada [No hay que apendejarse, no es de concreto es de queso, ¡me cae de madres que es de queso!],
el pago del peaje al arcano de la muerte,
la rueda de la vida igual a la rueda de la fortuna,
el piélago vacío sin caricias, sin olores, sin texturas,
mares de fuego, montañas derrumbadas y las ruinas de nuestro mundo chillando, como niño a horcajadas...
Hoy reflexione sobre el destino y me di cuenta que no está en mis manos ni en mi mente ni en mi cuerpo, que el hombre sólo le llama destino a aquello que quiere y se pierde en el infinito.

Enamorado del silencio


Guardo tu silencio bajo la almohada, siempre los he coleccionado por si acaso puedo abatir mi mente en el deseo de tus brazos,¡Sí, los tuyos! ¡No voltees! ¡Ni te sonrojes! ¡Sí, es a ti! ¿Cómo explicarte lo que la ausencia de sonido es para mi?
Cuando chico, sí, pues, pibe, niño, moco, guardaba silencio cuando orinaba mis pantalones, no encontraba como esconder el tremendo rio de miados que mis riñones expulsaban, Sí, lo sé, te preguntarás por qué no iba al wc, es que era muy tímido y penoso: me asustaba miar en algún baño que no fuera el de mi casa. Y mi madre, ¡pobre! Al verme quieto y sin hacer ruido, me echaba ojos inquisidores "llenos de ternura", se acercaba y muy quedo me decía: el silencio es la alarma de tus gracias.
Desde entonces decidí vivir lleno de ruido, me inventaba cientos de máquinas que golpeaban la tierra para sacarle la verdad sobre su creación, veía almas inmoladas en forma de aeroplanos y hacían ¡rrrrrrr! mientras volaban por el firmamento. Sí, así es, tienes razón: decidí guardar los silencios bajo la almohada, para que en las noches, aún con la tele prendida, no me despertaran y por ende no miara la cama.
Crecí con música en la mente, nunca con tiempos perdidos, cualquiera sabe que son silencios, al igual que los tiempos robados al compás siguiente. Mientras todos dormían yo gritaba: -¡Qué muera el silencio! -todos me odiaban- ¡No te preocupes si hay que guardar silencio, yo me lo llevo y lo escondo bajo mi almohada! Todos sabían que estaba loco, pero la verdad, acá entre nos, no lo estaba, sólo me hacía pendejo y los engañaba, yo sólo quería guardar todos los silencios para evitar mis gracias.
Y he de contarte de ellas, las gracias que hacía, porque no todo era miarme en el pantalón o en la cama, o ver cosas que los demás no veían, ¡no! De vez en cuando paraba el tiempo y hacía travesuras, besaba a escondidas, sí, todos se quedaban quietecitos mientras yo me movía, ¡gran desmadre se armaba cuando le ponía falda a mis amigos! ¡Jajajaja! ¿Sabes que también podía juntar letras? Sí, cuando la gente habla, no dice letras o se equivoca y todas esas caen en el asfalto, y las puedes recoger para hacer poemas o cuentos. Precisamente ayer me acorde de uno que hacía de niño:
Mi_ntras vu_lo y cruzo _l firmam_nto, vi_n_ un gato y m_ chupa los d_dos [perdón, no encontré la e].
Y todo iba muy bien hasta ayer que reflexioné, he guardado muchos silencios, tengo silencios solemnes, tristes, de enojo, ignorantes o letrados; por aquello de que el sabio calla, tengo enmudecimientos, hasta he guardado los tiempos perdidos de mis canciones favoritas, pero jamás he guardado unos muy especiales, son únicos, lo escuché ayer por la tele, ¡maldito poeta! Me jodió, el muy hijo de... me chin... El estúpido dijo muy tierno: "el silencio es la muerte de nuestros besos" -se sonrió- "cuando amas de verdad, el silencio es el momento entre la muerte de los besos y el nacimiento del deseo". ¡Su puta madre! Yo jamás he guardado alguno de esos y me he engañado toda la vida, si es que es cierto que mi vida comenzó hace tres años cuando te conocí, ¡Sí, por eso muero de ganas y de deseo! Y tú que no te apareces ni amas ni me extrañas, y yo que no tengo de esos silencios, que hoy precisamente me saben a algo a pesar de ser nada...

lunes, 27 de julio de 2009

Adicto (atrapado en el mundo)


Interminable la nada se despliega tras la puerta de mi cuarto, hace migas con hostigada niñez, con la crepitud de mi cuerpo, ahora sólo y ensortijado a los recuerdos de hace años, cuando todavía creía en mí, en que se podía vivir del arte, en que podía ser feliz.
La soledad camina a lo largo de mi habitación, así como ha ido desgastando, segundo a segundo, minuto a hora, la fuerza de voluntad que me mantenía vivo. ¡Estoy cansado de tanto tropezar! ¡Estoy agotado! Siempre escucho sus zapatillas golpeando el suelo y sacando chispas de mis más profundos sueños, tirados, estirados en el piso cual tapete de "Bienvenido - Welcome to my mundo". nadie lo dijo, pero la soledad es un ente con tetas y labios pintados de rojo, de mirada seductora, de grandes ojos oscuros y con una tanga que deja al descubierto sus nalgas, exactamente del tamaño de mis manos.
Recuerdo aquel día que subí al metro, todo parecía normal hasta que la vi cubierta con chal y masticando su propia dentadura, olía como huelen los muertos recien muertos:
-Tú eres especial -dijo- llevas la marca del vacío en los ojos. Recuerda todo nace de la nada, el vacío sólo es el principio. Ten esto presente, antes de que se desvanezca tu futuro.
Y se alejo, desapareció con el sonido anunciante de la próxima estación. Mientras, yo miraba desconcertado el andén, siguiendo el olor de los muertos recién muertos. Ese día todo cambio, dejé de perseguir mis demonios, dejé de alimentar mis sueños y entendí que mi soledad sólo era producto de nada, aquella que llenaba mis manos y mis bolsillos. A cada idea genial le seguía la desaparición de algo o alguien en mi realidad: "Todo lo sólido se desvanece en el aire". De esta manera perdí a mis padres, a mis amigos y justo cuando la perdí a ella, su soledad se instauró en mi cuarto, en mi casa. Y decidí no volver a pensar, no volver a escribir, prefería el peso de su soledad en mi cama y sus caricias frías, que el calor de un cuerpo que jamás fue mío. Me dejé atrapar por sus besos helados, por el sabor de su cuerpo extinto, por el dolor de hacerle el amor a alguien no vivo. ¡Carajo, no hablo de la muerte! Hablo de la soledad que me acurruca por las noches y me besa en las mañanas y me recuerda a cada instante que estoy vivo, ¡vivo! Lo que no sabe es que yo quiero estar muerto y oler como huele la carne putrefacta, y saber si hay un paraíso, si los muertos también mueren de soledad. Por eso escribo esto a sus espaldas para ver que pasa: ¡O la mato o me mato!
Haber que pasa mañana... Es que estoy cansado de estar vacío.

Dura despedida



Parece que escojo tus mentiras pintadas,
suspendidas en la espiral del tiempo,
y sólo somos las arenas de tu viejo reloj roto.
Roto por ir a contraflujo y creer en el amor de verdad,
roto y desquebrajado como mi corazón,
escurrido como mi corazón entre tus manos,
que loco y agobiado, busca porque llorar,
y no sabe si es por nosotros, no sabe si es por nosotros que estamos solos...
¡Cuántas noches dije que mi hogar eran tus brazos! Y hoy mi corazón se escapa del vacío que hay entre tus manos, se prefiere vagabundo que eternamente muerto a tu lado.
Escojo la batalla de la soledad y morir desangrado entre los prados de mi absurdo, que desvanecerme día a día entre tus labios.
Todo pasa hasta el principio que siempre está vacío: Somos principio, somos vacío.
Mil noches me regale sobre tu cuerpo, y hoy me siento violado, vencido y desvencijado, hoy estoy más viejo, menos cuerdo y lo doy todo por muerto. He traspasado la privacidad de lo nuestro haciéndolo público, y hoy ya no es tuyo y mío, es sólo suyo y jamás volverá a ser nuestro. Y prefiero no llorar ni llamarte mi casa ni regresar cansado y esperar una caricia de tus ásperas manos. Y prefiero no llorar por lo que no ha sido, sino por lo que pierdo cada momento que paso contigo, porque no me reconozco, porque sólo soy el viejo vigilante de los amores perdidos, soy el faro que guía la felicidad de mis enemigos, soy el vencido de mis guerras, soy la fortaleza de los ángeles caídos... Soy la soledad del hombre, soy la misma que adoquina y bifurca caminos, soy la despedida, soy el adiós de la vida misma...

Mi consigna sigue siendo la ausencia,
la ausencia misma que hay en el acto de amar,
no sé si a ti,
no sé si sólo es amar.
Y no es que amar sea difícil,
es que, en días, suele ser imposible,
o raro
o lejano
o taciturno
o exótico
pero más imposible.
Y no es que quiera que el amor me salve,
¿Cómo salvar un alma condenada a la ausencia?
¿Cómo salvarme si soy insalvable?
Y no es que quiera ser único,
sólo quiero ser insalvable
y recordar,
si es que alguna vez besé tus labios,
o recorrí la sinuosidad de tu cuerpo,
o te penetró mi lengua afilada al ritmo de un verso blanco,
o rosa
o negro.
Sólo quiero saber si sobre ti maldije tu cuerpo
y el placer que me entregabas,
en nuestras húmedas delicias,
en la penetración de las palabras,
en el vaivén de nuestras manos exploradoras,
en el deseo implacable,
que avasalla, nuestras caderas alevosas y encantadoras.
¡Dime te maldije!
O sólo provoqué tu ausencia
tras el improvo te amo.
¿Cómo salvarme si mi consigna es el silencio?
¿Cómo si mi consigna es la misma ausencia que hay en el acto de olvidar?

Ilustraciones de Alma de Juguete por: Enrique Zaragoza

Este soy yo...

DE MI han dicho...Nació envuelto en la terrible sospecha del ser humano —él siempre quiso ser árbol, águila o imagen tras el espejo— un 13 de diciembre de 1972, en la ciudad más avasallante y más hermosa del mundo: el Distrito Federal.Desde pequeño creció con lunas en los dedos e ideas itinerantes colgando del cabello, ávido lector de tiras cómicas y de cuentos infantiles permitió a los seres mágicos, divinos y leviatanes arrullarse en su cama tras el profundo canto de las sirenas.Creció, y mientras decidía que hacer de su vida, en cada luna llena besaba las almohadas imaginando al amor de su vida. Por fin, una mañana decidió estudiar derecho, algo que le salió muy chueco porque abandonó la carrera para estudiar periodismo, dando por concluidos tales estudios en el PART, a la vez que rocanroleaba como oso en brama tras una batería.Años más tarde decidió llevar la música en sus adentros y trabajo como negro en la redacción del departamento de cultura de Radio Educación (de vez en cuando se aventaba un palomazo como productor del programa “Su casa y otros viajes”), todo esto sucedía mientras estudiaba un diplomado de Literatura y Periodismo en Casa LAMM. Las letras —aún las de pago— siempre le han perseguido, al igual que la radio, por tanto, trabajo como productor de la serie “Impulso Humano” en Radio Universidad, no sin antes pasar por la Subdirección de Logística Informativa del GDF, algunas agencias de publicidad y la coordinación de medios de IH, A.C.Por fin, el 12 de noviembre del 2005, su destino le alcanzó y se puso a escribir como secretaria ejecutiva después de una huelga, y dio a luz a varios chamacos, y con el único fin de darle de comer a su prole, actualmente se dedica al desarrollo de documentación administrativa para diferentes empresas y alguno que otro trabajo de producción en audio (es cierto, en México vivir de las letras, que no sean de pago, está de la China Hada).Por cierto, el nombre de sus chamacos son:* El eterno idilio entre las mariposas y las hormigas, 2007.* La caída de la luna, 2006. Noveleta rosa.* Alma de juguete (anhelos para el niño que nunca debiéramos olvidar), 2006. Cuentos ¿infantiles?* Egomanias y la Llantitos (cuento – lógia), 2006. Recopilación de 20 años de cuentos darkys y existenciales.La mayor parte de las veces me llaman ¡Hijo de la chingada! ¡o de tu madre!, bueno, la mía... aunque últimamente me he aficionado a ese término tan común y que sólo me sabe si proviene de sus labios y que juntos creemos es para toda la vida (chance y para algunas más).En fin, que de mi la gente puede decir todo y a la vez nada, tengo muchos nombres, lo cierto es que tengo buen corazón aunque lo disfrace de mil y un calamidades...

Rolas de la banda "Nívola_Cría Cuervos" (Quintanar/Vargas/ Cruz)