
La noche vino y me llamó avaro; y yo sólo pude contestarle: "Acaso no es el amor egoísta y desenfrenado, no cada quien cuida su tesoro deseando jamás ser robado".Y ella pasó de largo, hoy no hubo mimos ni besos, ella -la noche- se fue de largo pensando en que podría encontrar siempre una mejor noche que fuera mejor como noche que como preámbulo de un nuevo día.Antes de dar la media vuelta, me llamó ingrato mientras suspiraba por no encontrar lo que había querido encontrar; y le dije: "Tesoro, es que de verdad antes no sabías amar; por eso es que hoy no encuentras tu camino. Hace lunas sabías qué hacer y qué decir porque no sabías a quién; y este crepúsculo ha traído tu silencio porque sabes lo extraordinario de tu mundo guardado en tu pecho."Y me dijo y me habló y no supo decir más que de soledad, y yo callé porque ahora más que nunca sabía que estaba acompañada, acompañada de lo mejor de si...Solo, sólo la pude ver alejarse, tal vez porque en mis manos no estaba su felicidad -o porque según yo, metafísico empedernido, había logrado tejer en una telaraña de hilos dorados su roto corazón de noche-. ¿Quién hay que pueda jugarse el destino a los dados? ¿Quién hay que quiera saberse amor de segunda mano? Yo creo que muy pocos saben de lo que hablo, el amor es uno atemporalmente, sólo uno para toda la vida... y que quede claro, no porque sea tuyo estará siempre contigo. ¿No es preferible entonces quedarse con uno mismo?Mientras ella -la noche sublime- se alejaba siguiendo sus pasos, yo solté una lágrima de amor, de odio, de esperanza, de avidez y de lujuria... ¿Quién hay que no desee su propia noche? Una noche desgajada en caricias, de suspiros entrecortados,una noche negra y blanca, carmesí y rosa, húmeda y expectante... una oscuridad propia, que nos envuelva con sus piernas desnudas y nos abra el caparazón hasta arrancarnos el último latido de existencia... ¿No suena bello? Si en la noche la savia del árbol de la vida se mama con los labios secos y hambreados de vivencias, se comparten los fluidos y se excretan fantasías... ¿No es hermoso? Pensar en una noche profunda de senos floridos y vagina sonrosada, mojada de las termas del Leteo como anuncio del abandono y del propio olvido, nunca lo dije pero el abandono es la propia entrega... ¿Se puede vivir sin entregar el alma? Total si la pide Dios para entrar en su reino que se la pida a tu noche -a ella-, que le pida cuentas a quien debió cuidarla y llenarla de oscuridad... ¿Acaso no es el amor un veneno que espera a la noche para hacer su mejor efecto? No es ese el efecto de la entrega: abandonarse a sí mismo en los brazos de tu otredad... Nunca otra y otra; no aquella presencia que sin algo más que existir nos llena y complementa; no una estúpida media naranja, ¡no! Una naranja completa, una luna llena. Eso es la noche -a poco no cada quien quiere la suya-, el eterno mar de la tranquilidad que cincela entre el lumen marmoreo lunar la visión de ella -la otredad, al amparo de su oscuridad-. Por eso el amor es bello, no se puede amar sino te amas a ti mismo, lo suficiente como para entregarte al olvido y darlo todo en un sin sentido... Esa es la razón porque ella -la noche-, se fue: quería que el amor fuera raciocinio, estaba harta del absurdo de la soledad acompañada y de esa enorme sensación que aflige el corazón cuando llega la nada... Muy pocos saben de lo que hablo: cuando se ama de verdad se entrega todo y entonces, sólo entonces se conoce la nada...