Esta noche se vienen las horas encima, y sólo veo lo que mi corazón quiere que vea. Mis letras temblorosas te piden una tregua de fantasías y verdades: te piden les perdones, si han ido lejos, si van muy lejos. Es que son impetuosas y apasionadas, siempre apartadas de la razón -a lo mejor en eso radica su magia-, pero de algo está segura; ellas -mis letras- siempre te aman como fiel reflejo de mi alma -loca y atormentada-. Y eso no podría explicarlo, será que no controlo el poder de las medias lunas de mis dedos sobre el teclado, y hablo y hablo, y hablo con el corazón en la mano... Esta noche de horas menguas, sólo pienso y te imagino a mi lado, sin letras, sin pasar de largo -es que a veces se van las horas y caigo en el laberinto de extrañarte y me pregunto si esta noche tendré tus pies entre mis labios-. ¡Cuánta razón tienes! Yo creo que este amor alcanzará para risas, para tristezas, para letras y novelas, para siempre llevarlo juntos de la mano, para los abrazos largos y momentos tranquilos y pausados, llenos de vida y lejos de las penas de cada uno de nuestros rosarios. Y no importa si esta noche se me viene la vida encima, si cargo al mundo o si sólo soy un rastro más de humanidad en este largo trecho de caminos circundados, no importa si mis cuadros de museo se vuelven sólo cajas de compactos, todo vale si sonríes y me llevas paso a paso -por eso amo tus pies desnudos por todo lo que significa cada paso-. Y sé que esta noche de siluetas apagadas estás dormida soñando sueños que no recuerdas, y no importa si en tu vida nocturna sólo por un segundo me sueñas -por eso amo cuando duermes, porque descansas y te escapas volando e iluminas, de vez en cuando, con tu vuelo mis noches-. Esta noche de estrellas fugaces sólo puedo pensar en lo que resta del camino, y te pido que te quedes conmigo, que hagas conmigo del destino el final de nuestro viaje... no te prometo, sólo lo intento y siempre en cada momento no dejo de amarte... y tal vez esa sólo sea la razón para salvarme... para gastarme la vida contigo a cada instante... para robarte caricias y besos, y ver una sonrisa en tu semblante... no te prometo algo que no pueda darte, sólo tan sólo no dejar de amarte...
Un poeta sin salida fiel devoto de la nada que queda cuando se entrega todo con el alma; y eso es suficiente cuando de verdad se ama...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario