Parece que todo aparece como aquello que sigue al acto ilusionista del mago cuando saca algo de su chistera... Y todo da vueltas alrededor de mi vida, y parece que espero algo, con aquella fe de los que creen sin ver y tocar... he intento seguir tras la pista de lo posible, siguiendo mis pasos -los pausados y los salvajes-, aquellos que con certeza llevan al desconcierto del retorno, al principio... Y corro tras ello, tratando de no volver la vista, y corro tras ello sin dirección, sin la convicción de respirar mis virtudes, mis defectos -aquello que me mantiene siempre tan vivo-, y sólo corro en círculos tras mis propios pasos seguido de mis fantasmas... Que al igual que yo buscan su lugar en esta tierra.
Mis fantasmas emergen de mi alrededor -como las siluetas por el reflejo de la luz de la luna-, siempre levitando entre el tiempo que no tenemos, el que perdemos y el que vivimos... Mis fantasmas flotan en el aire -como tu voz a través del teléfono-, que me dice: el dolor sólo es el compromiso de vivir y luchar por lo que deseamos, así es la vida; somos sólo por nuestras carencias, el vacío entre las manos, y la estúpida clasificación que hacemos de nuestros sentimientos en el intento por sanar el corazón roto que oxigena la sangre que nos da la vida... ¿Y tú encontraste un lugar en esta tierra? ¿Te fabricaste tu paraíso? ¿Acaso no existe un hueco entre los brazos? ¿No corres tras lo mismo que yo? Será que bajo la luna tus fantasmas y los míos se buscan para entrelazarse como hace tiempo que no lo hacemos, ¿extrañarán el olor de la piel que les da forma y continente?
Y siento que tu voz se diluye en este espacio, derritiendo las caricias ausentes de estas primaveras tan encogidas, tan llenas de ansia, tan huecas en días... Y tu voz que se escapa por el teléfono corre tras su propio sueño y su futuro, donde yo no tengo cabida... sólo mis fantasmas de gruesas letras y pares desordenados, que sin quererlo me dan la razón... A veces al amor hay que dejarlo dormir para que escape con vida de este abismo que le vamos cavando... tal vez se levante para correr sin dirección ni convicción y con ganas de llenar el hueco que hay en nuestros brazos... Hoy tan llenos de fantasmas e ilusas ilusiones que se cierran en círculos sobre sus pasos...
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