Viene la oscuridad, viene,
ceñida al orco,
profundo leviatán de mi sensibilidad,
despierto en mis pesadillas no te toco,
y crespo al mar de la divinidad.
Viene la oscuridad,
viene, cargada de lo sobrenatural,
reptan súcubos e íncubos,
en la tierra de mi inminente mortalidad.
Viene la oscuridad,
viene, y antes de volverme loco,
tomo tu cuerpo, medallón cristal sólido,
talismán para volver a la realidad.
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