¡Gracias!
Así la noche... Hoy sigo creyendo firmemente que de alguna manera Dios, La Vida, El Cosmos, o lo que sea que esté haciendo circular la energía vital en este mundo; te hace llegar el mensaje que necesitas en el momento exacto... Hoy puedo decir que me he tragado mis palabras una vez más, y como siempre el resultado me sorprende y me hace sentir más vivo que nunca antes... Así es, yo un fiel creyente del amor he de admitir que hace falta más que amor para vivir el amor; el amor necesita hablarse tierna, dulce, cruel y miserablemente; se necesita el peso de cada letra mientras se dice te amo, se necesita la parte blanda y dura de tan bella frase; se necesita consciencia de lo más bello y lo tan desagradable, necesita un fiel acuerdo de ese plan maestro donde convergen la opinión del hombre y la mujer, el cruce de sus necesidades, del respeto mutuo, y su inevitable negociación. Se llena de "mil gracias" y de un innegable "la cagaste"; se rodea de silencios seductores y de aquellos muy incómodos, esos que pesan como lápidas cinceladas al ritmo de la omisión, y del engaño de uno mismo: ceder no es perder, pero se pierde inmutable el ser amado en el silencio y la falta de claridad -de ambos-.
Vivir el amor necesita de la crudeza, de esta realidad que pesa, que se alimenta de todo lo que callamos por temor, por respeto, por horror, "por falta de huevos", por amor mismo, porque lo desconocemos, o porque lo hemos transferido y no lo hemos superado.
Hablar en el amor es conjugar el pasado pasivo, hacerlo presente limpiándolo de cualquier forma irregular, para tener un futuro simple o compuesto, pero futuro. Hablar en el amor es decir aquello que queremos, soñamos, deseamos, y lejos de cualquier expectativa, preguntar si hemos vendido la idea, si nos han comprado el sueño de un presente con ganas de llegar a un mañana o de un día después de mañana.
Cualquiera diría que amar se llena de acciones: yo diría que de verbos plenos que tratan de volverse realidad: haces, hago, hacemos; y de una voluntad incorruptible -la única forma de romper la voluntad es cuando uno decide que está rota, y que se ha vencido-.
Hablo de aquello que se habla en el amor porque sin ello no hay nosotros, no hay un motivo ni una misma dirección, no hay plan, acción ni mañana, no hay fin, y sin embargo; lleva implícito el fin mismo.
¡Qué iluso es esperar de otro lo que no tenemos en nosotros mismos! Por eso es que hablar es tan necesario, porque es la única forma de autoexorcizarnos, de dar un paso hacia afuera de nuestra propia inconformidad y amar así tal cual se es y tal cual se ha pactado, cursi, tierna, cruda, ojete, cruel, y sobre todo amorosamente... Así la noche de reflexiones y del habla, de ideas, de otredades, de lo hermoso que es pensar en aquel o aquella que sabe volar... Y decir lo que siente...
¡Vaya que uno aprende!
Este soy yo...
DE MI han dicho...Nació envuelto en la terrible sospecha del ser humano —él siempre quiso ser árbol, águila o imagen tras el espejo— un 13 de diciembre de 1972, en la ciudad más avasallante y más hermosa del mundo: el Distrito Federal.Desde pequeño creció con lunas en los dedos e ideas itinerantes colgando del cabello, ávido lector de tiras cómicas y de cuentos infantiles permitió a los seres mágicos, divinos y leviatanes arrullarse en su cama tras el profundo canto de las sirenas.Creció, y mientras decidía que hacer de su vida, en cada luna llena besaba las almohadas imaginando al amor de su vida. Por fin, una mañana decidió estudiar derecho, algo que le salió muy chueco porque abandonó la carrera para estudiar periodismo, dando por concluidos tales estudios en el PART, a la vez que rocanroleaba como oso en brama tras una batería.Años más tarde decidió llevar la música en sus adentros y trabajo como negro en la redacción del departamento de cultura de Radio Educación (de vez en cuando se aventaba un palomazo como productor del programa “Su casa y otros viajes”), todo esto sucedía mientras estudiaba un diplomado de Literatura y Periodismo en Casa LAMM. Las letras —aún las de pago— siempre le han perseguido, al igual que la radio, por tanto, trabajo como productor de la serie “Impulso Humano” en Radio Universidad, no sin antes pasar por la Subdirección de Logística Informativa del GDF, algunas agencias de publicidad y la coordinación de medios de IH, A.C.Por fin, el 12 de noviembre del 2005, su destino le alcanzó y se puso a escribir como secretaria ejecutiva después de una huelga, y dio a luz a varios chamacos, y con el único fin de darle de comer a su prole, actualmente se dedica al desarrollo de documentación administrativa para diferentes empresas y alguno que otro trabajo de producción en audio (es cierto, en México vivir de las letras, que no sean de pago, está de la China Hada).Por cierto, el nombre de sus chamacos son:* El eterno idilio entre las mariposas y las hormigas, 2007.* La caída de la luna, 2006. Noveleta rosa.* Alma de juguete (anhelos para el niño que nunca debiéramos olvidar), 2006. Cuentos ¿infantiles?* Egomanias y la Llantitos (cuento – lógia), 2006. Recopilación de 20 años de cuentos darkys y existenciales.La mayor parte de las veces me llaman ¡Hijo de la chingada! ¡o de tu madre!, bueno, la mía... aunque últimamente me he aficionado a ese término tan común y que sólo me sabe si proviene de sus labios y que juntos creemos es para toda la vida (chance y para algunas más).En fin, que de mi la gente puede decir todo y a la vez nada, tengo muchos nombres, lo cierto es que tengo buen corazón aunque lo disfrace de mil y un calamidades...
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