I.- La Divina Comedia
La Divina Comedia es un libro en el que confluyen los conflictos morales, espirituales, políticos, sociales e históricos. Prueba de ello es la disputa de los historiadores por saber el año en el cual se comenzó la redacción de este libro; mientras los más sugieren 1306 o 1307; otros proponen 1314; después de la muerte de Enrique VII de Alemania. Esta discusión fuera de un fin frívolo tiene por objeto saber si Dante Alighieri inició su trabajo en la madurez, cuando las pasiones se encuentran en declive, incluyendo la esperanza; o en el ímpetu de la juventud.
En este conflicto se encuentra entre espinas, si los motivos del autor para escribir son la renuncia a sus intereses políticos (Dante fue desterrado y se piensa que en la Divina Comedia impone su consuelo tras la muerte de Enrique VII, prueba de ello son las alusiones a sus intereses políticos durante la obra), al ensimismamiento, su carta espiritual; la otra versión habla de un escritor que ve en su obra un instrumento para la lucha y una forma de defender sus ideales en el destierro.
Es una obra de inicio de siglo, se le sitúa en el 1300 o en el 1301, de ahí la naturaleza apocalíptica del argumento y de la etimología de su nombre, comedia se deriva de Kome y quiere decir canto villano; y tragedia de trages y quiere decir canto cabrío[1], no es necesario relacionar esta visión con el entrañable viaje que realiza Dante (nunca alguien ha realizado otro de esta magnitud en la literatura), ni con el significado de lo cabrío para la época llena de oscurantismo y simbologías luciferinas y diabólicas. Pero cabe mencionar que si el infierno de Dante es horrible e inmundo; el paraíso, fin del viaje, es un poema sacro, como lo menciona Boccaccio[2] en la iglesia de San Esteban, “la obra tiene un sentido preciso, sin duda a fin a la palabra” (aclaremos que divinity en inglés vale por teología así como divine por teólogo).
En su viaje Dante recorre el infierno; dividido en nueve círculos decrecientes (como gradas de un teatro al aire libre donde cada peldaño simboliza un pecado), los cinco primeros forman el Alto Infierno y los cuatro últimos el Infierno Inferior, que es una ciudad con mezquitas rojas, cercada de murallas de hierro con sepulturas, pozos, despeñaderos, pantanos y arrecifes. En el centro de esto se encuentra Lucifer, quien mueve el mundo para hacernos caer en pecado.
Entre el infierno y el purgatorio se encuentra el Leteo, el río del olvido donde una vez pagadas las culpas cada alma toma el baño reconfortante para dejar en el pasado su sufrimiento. El purgatorio es una isla con forma de montaña, tiene una puerta y en su ladera se escalonan terrazas que significan los pecados mortales, el jardín del Edén florece en la cumbre. Alrededor de esto giran nueve esferas, las siete primaveras son los cielos planetarios: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno, la octava del cielo de las estrellas fijas y la novena: el Cielo Cristalino a este lo rodea Dios con su bondad como Rosa de nueve coros (masa coral de las flores).
No es difícil imaginar que la simbología de la Divina Comedia de Dante tiene sus bases en el pensamiento de la época: el número 1 divide cada infierno, purgatorio, cielo; cada uno dividido en nueve círculos, el 9 significa principio y fin, cada número multiplicado por nueve al sumar los números que componen su resultado darán 9 v.gr:
a) 9x9= 81
8+1=9
b) 121x9= 1089
1+0+8+9=18
1+8=9
Además es de suponer que el 9 es un número perfecto que proviene del 3 (3x3=9), número que simboliza a la Santísima Trinidad, el proceso del alma: Infierno, Purgatorio y Cielo. La figura simple es el círculo y en 3D la esfera, estas figuras simbolizan la cosmogonía de Dios en la literatura católica y de los grandes pensadores griegos.
Virgilio[3] es su guía por los caminos del infierno y del purgatorio; su amor terrenal Beatriz en el umbral de la gloria, se convierte en su guía en una visión teológica, este encuentro es uno de los pasajes más bellos y desde el punto de vista artístico es el núcleo de la Divina Comedia (el artista es esclavo de sus pasiones, prueba de ello es cuando se refiere al círculo de la lujuria con envidia, ansiedad y admiración), el amor forma este encuentro asombroso entre ángeles, la palabra de Dios, virtudes y la fusión del pasado, presente y el porvenir.
II.- Cavilaciones sobre el texto
Dentro de estas imágenes dantescas sólo resta el preguntarnos si el caer en manos de los “pecados” es tan desevolutivo, Michael Onfray en su libro El vientre de los filósofos menciona que Emmanuel Kant se puso una borrachera en la cual perdió la razón, nunca recordó donde vivía y terminó tirado en la calle. Durante siglos se han buscado alimentos, olores y tónicos para fortalecer el placer sensual y probablemente como diría Laura Esquivel “Uno es lo que come, como lo como y con quien lo come”. La gula no es en sí misma un placer de la idiosincrasia del mexicano.
Algunas veces nos preguntamos sobre el infierno, pero al mirar el testimonial de la historia encontramos que “el infierno está en nosotros” en una manera sartriana de pensar prueba de ello son un sin número de artistas que han caído en la “perversión”: Edgar Allan Poe era alcoholico; Rimbaud, homosexual; Dante deseaba a una mujer casada; Van Gogh era obsesivo; Genete fue excomulgado y salvado de la orca tres veces; los pensadores como Sócrates y Aristóteles practicaban la sodomía y el intercambio de placeres sexuales con sus discípulos; Sade disfrutaba por medio del dolor; Sor Juana era lesbiana; Tulousse Lautrec practicaba el trasvestismo y el fetichismo; Jim Morrison era la apología de todo lo prohibido; etc. Entre tanta “perversión” ¿no existe lo divino? Cómo diría Hegel: “El arte es lo más cercano a Dios, es una manifestación divina”.
Lo cierto es que la Divina Comedia es un poema épico de la Edad Media lleno de conflictos, entre ellos el pensamiento cristiano de la época (que por desgracia subsiste en la actualidad: Dios castiga nuestras malas acciones. Si Dios es amor no nos puede castigar, lo hacemos nosotros con nuestro libre albedrío) el oscurantismo de la época y la incertidumbre sobre que hay más allá de la vida y la muerte: uno de los enigmas más grande de la humanidad.
[1] Estudio de Jorge Luis Borges sobre la Divina Comedia, Ed. Cumbre. México, 1982. Pp.XII.
[2] Escritor italiano, su obra más famosa es el Decamerón
[3] Poeta latino autor de la Eneida, las Bucólicas, y las Geórgicas.
La Divina Comedia es un libro en el que confluyen los conflictos morales, espirituales, políticos, sociales e históricos. Prueba de ello es la disputa de los historiadores por saber el año en el cual se comenzó la redacción de este libro; mientras los más sugieren 1306 o 1307; otros proponen 1314; después de la muerte de Enrique VII de Alemania. Esta discusión fuera de un fin frívolo tiene por objeto saber si Dante Alighieri inició su trabajo en la madurez, cuando las pasiones se encuentran en declive, incluyendo la esperanza; o en el ímpetu de la juventud.
En este conflicto se encuentra entre espinas, si los motivos del autor para escribir son la renuncia a sus intereses políticos (Dante fue desterrado y se piensa que en la Divina Comedia impone su consuelo tras la muerte de Enrique VII, prueba de ello son las alusiones a sus intereses políticos durante la obra), al ensimismamiento, su carta espiritual; la otra versión habla de un escritor que ve en su obra un instrumento para la lucha y una forma de defender sus ideales en el destierro.
Es una obra de inicio de siglo, se le sitúa en el 1300 o en el 1301, de ahí la naturaleza apocalíptica del argumento y de la etimología de su nombre, comedia se deriva de Kome y quiere decir canto villano; y tragedia de trages y quiere decir canto cabrío[1], no es necesario relacionar esta visión con el entrañable viaje que realiza Dante (nunca alguien ha realizado otro de esta magnitud en la literatura), ni con el significado de lo cabrío para la época llena de oscurantismo y simbologías luciferinas y diabólicas. Pero cabe mencionar que si el infierno de Dante es horrible e inmundo; el paraíso, fin del viaje, es un poema sacro, como lo menciona Boccaccio[2] en la iglesia de San Esteban, “la obra tiene un sentido preciso, sin duda a fin a la palabra” (aclaremos que divinity en inglés vale por teología así como divine por teólogo).
En su viaje Dante recorre el infierno; dividido en nueve círculos decrecientes (como gradas de un teatro al aire libre donde cada peldaño simboliza un pecado), los cinco primeros forman el Alto Infierno y los cuatro últimos el Infierno Inferior, que es una ciudad con mezquitas rojas, cercada de murallas de hierro con sepulturas, pozos, despeñaderos, pantanos y arrecifes. En el centro de esto se encuentra Lucifer, quien mueve el mundo para hacernos caer en pecado.
Entre el infierno y el purgatorio se encuentra el Leteo, el río del olvido donde una vez pagadas las culpas cada alma toma el baño reconfortante para dejar en el pasado su sufrimiento. El purgatorio es una isla con forma de montaña, tiene una puerta y en su ladera se escalonan terrazas que significan los pecados mortales, el jardín del Edén florece en la cumbre. Alrededor de esto giran nueve esferas, las siete primaveras son los cielos planetarios: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno, la octava del cielo de las estrellas fijas y la novena: el Cielo Cristalino a este lo rodea Dios con su bondad como Rosa de nueve coros (masa coral de las flores).
No es difícil imaginar que la simbología de la Divina Comedia de Dante tiene sus bases en el pensamiento de la época: el número 1 divide cada infierno, purgatorio, cielo; cada uno dividido en nueve círculos, el 9 significa principio y fin, cada número multiplicado por nueve al sumar los números que componen su resultado darán 9 v.gr:
a) 9x9= 81
8+1=9
b) 121x9= 1089
1+0+8+9=18
1+8=9
Además es de suponer que el 9 es un número perfecto que proviene del 3 (3x3=9), número que simboliza a la Santísima Trinidad, el proceso del alma: Infierno, Purgatorio y Cielo. La figura simple es el círculo y en 3D la esfera, estas figuras simbolizan la cosmogonía de Dios en la literatura católica y de los grandes pensadores griegos.
Virgilio[3] es su guía por los caminos del infierno y del purgatorio; su amor terrenal Beatriz en el umbral de la gloria, se convierte en su guía en una visión teológica, este encuentro es uno de los pasajes más bellos y desde el punto de vista artístico es el núcleo de la Divina Comedia (el artista es esclavo de sus pasiones, prueba de ello es cuando se refiere al círculo de la lujuria con envidia, ansiedad y admiración), el amor forma este encuentro asombroso entre ángeles, la palabra de Dios, virtudes y la fusión del pasado, presente y el porvenir.
II.- Cavilaciones sobre el texto
Dentro de estas imágenes dantescas sólo resta el preguntarnos si el caer en manos de los “pecados” es tan desevolutivo, Michael Onfray en su libro El vientre de los filósofos menciona que Emmanuel Kant se puso una borrachera en la cual perdió la razón, nunca recordó donde vivía y terminó tirado en la calle. Durante siglos se han buscado alimentos, olores y tónicos para fortalecer el placer sensual y probablemente como diría Laura Esquivel “Uno es lo que come, como lo como y con quien lo come”. La gula no es en sí misma un placer de la idiosincrasia del mexicano.
Algunas veces nos preguntamos sobre el infierno, pero al mirar el testimonial de la historia encontramos que “el infierno está en nosotros” en una manera sartriana de pensar prueba de ello son un sin número de artistas que han caído en la “perversión”: Edgar Allan Poe era alcoholico; Rimbaud, homosexual; Dante deseaba a una mujer casada; Van Gogh era obsesivo; Genete fue excomulgado y salvado de la orca tres veces; los pensadores como Sócrates y Aristóteles practicaban la sodomía y el intercambio de placeres sexuales con sus discípulos; Sade disfrutaba por medio del dolor; Sor Juana era lesbiana; Tulousse Lautrec practicaba el trasvestismo y el fetichismo; Jim Morrison era la apología de todo lo prohibido; etc. Entre tanta “perversión” ¿no existe lo divino? Cómo diría Hegel: “El arte es lo más cercano a Dios, es una manifestación divina”.
Lo cierto es que la Divina Comedia es un poema épico de la Edad Media lleno de conflictos, entre ellos el pensamiento cristiano de la época (que por desgracia subsiste en la actualidad: Dios castiga nuestras malas acciones. Si Dios es amor no nos puede castigar, lo hacemos nosotros con nuestro libre albedrío) el oscurantismo de la época y la incertidumbre sobre que hay más allá de la vida y la muerte: uno de los enigmas más grande de la humanidad.
[1] Estudio de Jorge Luis Borges sobre la Divina Comedia, Ed. Cumbre. México, 1982. Pp.XII.
[2] Escritor italiano, su obra más famosa es el Decamerón
[3] Poeta latino autor de la Eneida, las Bucólicas, y las Geórgicas.
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