
La muerte sólo es parte de un gran proceso, parece que es el fin de la vida misma, que se vive para morir, ya que es la única certeza y algo que inmutable e inexorablemente habrá de pasar para todos. La otra vez la pensé como el viejo carrito de madera con el que jugaba; ese era el producto terminado de una semilla muerta, de un árbol muerto, de un artesano muerto: Mi juguete favorito había nacido de la muerte misma. Luego entonces yo jugaba con la muerte mientras ella me proponía distracciones en mi vida. Yo perdía el tiempo mientras ella jugaba conmigo. Y ese juguete murió cuando inerme cayó mi inocencia por el suelo, dejó de ser mi juguete favorito nacido de la muerte y el único recuerdo que tengo de mi inocencia perdida.Eso es morir en cada instante, de repente, consciente. Miles de células mueren mientras otras se restituyen, cada que nace algo habrá de morir algo. La muerte puede ser una coca bien fría, un excelso pastel de chocolate, la avella rica de los dulces típicos, hasta el aire enrarecido que hoy respiramos. Todo proviene de ella y todo vuelve a ella, y desde mi punto de vista es justo que reclame por sus hijos, ya que todos hemos de acompañarle en el último paso. Y que conte que cada quien edifica su muerte como mejor le parezca, hasta se puede morir sin morir físicamente, se puede uno predisponer a morir de x o y forma, lo único que no se puede es disfrutar la propia muerte.Lo difícil de morirse no es descomponerse y saber que el mundo sigue girando en el tiempo y el espacio inventado por no sé quién, lo difícil es safarse de los apegos, lo cabrón está en aceptar que ya no se está y que todo seguirá sin uno. Eso es lo difícil, aceptar que uno sólo es material de descomposición, comida para los gusanos, abono para la tierra... ¿Qué es la muerte sino la cereza en el pastel, la idea genial, el orgasmo jamás vivido, la apertura de la mente y lo único en lo jamás habremos de equivocarnos? ¿No suele ser tan dulce aún en el peor de los momentos?, ¿es acaso el inicio del viaje? ¡A huevo! La muerte es la revolución misma del ser humano, es volver a casa después de toda una vida. La muerte no es ojete, es justa, no es culera: jamás nos ha mentido, sabemos que duele y que el corazón se estrujará hasta hacernos perder el sentido. La muerte siempre está llena de verdad, porque nadie sabe lo que vale hasta que se muere. Y nunca sabes todo lo que le quieres hasta que se muere... Parece que la muerte es la reivindación del ser humano en su propia existencia, sabemos que existimos hasta que morimos, mientras podríamos ser el engaño de la realidad aparente, del mundo cuántico, de un escritor cualquiera... Por eso la muerte es como colonizar la luna.La muerte no es una aberración, es la mano izquierda de Dios -llámale como quieras- que acogedora teje las almas para que siga existiendo la creación. La muerte es la espada vengadora de la naturaleza, es el equilibrio perfecto, es el momento de lucidez más alto en el cerebro de cualquier ser humano... La muerte es la doncella de buenas nalgas y buenas tetas; es el caballero de pecho y antebrazos firmes, de duras piernas y pene exquisito... Eso es la muerte la muestra de la soberbia de Dios, del Hombre, de la Naturaleza misma. Es la gracia divina que nos glorifica o nos entierra, porque después de ella sólo existe el olvido
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