Disculpas, participación y permisos

Algunas imágenes de este blog han sido bajadas de algunos sitios de internet, o me las han pasado por ser de mi agrado. La mayoría han sido modificadas bajo el absurdo de mi visión. Por favor si reconoces alguna, házmelo saber para incluirte en los créditos de la imagen y anexa tu link para que los observadores puedan ver tu obra completa. Igual si deseas colaborar con imágenes para este blog, envíalas a maredego@gmail.com con tu nombre y dirección de blog será un gusto publicarlas.

Se puede mencionar este blog, sólo si es con fines informativos y literarios. Si deseas podemos hacer un intercambio de difusión en los links, para promover nuestro trabajo. Saludos


Some images in this blog have been downloaded from some websites, or have passed them to me because of my liking. Most have been modified under the absurdity of my vision. Please if you recognize any, let me know to include you in the credits of the image and attach your link so that observers can see your complete work. Like if you want to work with images for this blog, send them to maredego@gmail.com with your name and blog address will be our pleasure to publish them.

You can mention this blog, if only for informational and literary. If we want to make an exchange diffusion links to promote our work. Greetings

martes, 23 de febrero de 2010

Para el olvidar el apagador


Hoy harto de todo -en especial de la poesía-, puse el switch en off... La noche se apagó mientras los duendes brincaban sobre tu lecho y saciaban tus instintos de mujer volcán, de mujer dormida, de luna aletargada ... miraba -retorcido por la angustia y el placer- como los pequeños seres se enlazaban entre los vellos de pubis, serpenteando sediciosos por la aureolas de tus tetas... ¡¡no sabía qué hacer!! Voyeur desesperado -con el pantalón abultado una cuarta bajo el ombligo-, no sabía si llamarte por tu nombre, si decirte Luna, o interrumpir el deseo que te embargaba y ponía lúbrica tus entrañas... Me maldije y juré jamás utilizar el apagador de las letras, luna caliente, luna ramera, puta de duendes, verdugo de mi poesía:

"Y te miré entre sus brazos, como se mira el pan en días de hambre, y te miré mujer y me supe para siempre hombre".

lunes, 22 de febrero de 2010

Canibalismo poético (ruido blanco)


Y no hay más que el silencio en mi cabeza,
el bullicio eterno del ser humano,
destellando el ruido blanco de mis pensamientos.

NO hay más en este mundo,
que el hambre de mis letras
por tu cuerpo...

Y escribo, escribo, escribo letras:
letras caricias,
letras besos,
letras poesías...
Por más que trato siempre encuentro vacío...
Y con harta hambre de mis letras por tu cuerpo,
Pienso en el ruido blanco de mis mutilados movimientos.

jueves, 18 de febrero de 2010

FotoFobia


Hoy la noche se teñirá de rojo espeso -con el único fin de no robarle su hermosura tan oscura y tan sencilla-. ¿Será que la nueva sangre del mundo se debate para dejarnos en las tinieblas o traernos un poco de luz? ¿Habrá algo en el futuro si la luz se apodera de la noche? ¿En esta batalla habrá algún ganador?

Lo único que sé es que no me gustaría perder mi orco, las cadenas de los muertos que caminan a mitad de la noche penando angustiosos, y el sonido de los eslavones que repiquetea en mi cabeza para traer nuevas historias.
No quiero perder la sensualidad de las vampiresas, que vestidas de encaje y transparencias me muestran el camino a la lujuria, al sexo intermitente y corrompido, lleno de deseo, al pecado mismo... al camino del luzbel hedonista y oscuro, sacrilego de piel y huesos.
No quiero desaparecer sin los besos prohibidos de las ideas putas y rameras, del sabor a alcohol en la saliva y del estupor en la mente -no importa si es nuez o almendra-. No quiero tener que esconderme para las caricias furtivas a tu cuerpo, de antes de mutilarlo entre mis líneas y sonetos... no quiero perderme en la luz.

¿Qué será de los enamorados y los locos? ¿De los intelectuales estúpidos? ¿De la perversión feliz e irrisoria del mundo? ¿Qué será del tren de los desvíos y de las angustiosas soledades? ¿Desmejorarán los paisaje bucólicos y septentrionales en la pérdida de la razón? ¿Se enfriará la pasión por el placer sin las sombras protectoras? ¿Que hay de los lobos y las pécoras, de las hidras y las musas? ¿Los seres de ensueño serán los mismos tras el extravío de la noche? ¿Y los cadáveres exquisitos no se descompondrán por el efecto luminiscente? ¿Serán momias de luz?

¿Y la luna? Ya no será tan blanca, tan incandescente, tan mágica, tan redonda y llena de lujuria. ¿Qué será del amor que furtivo se cuela agazapado entre las sombras? ¿Y el misterio de los claroscuros?

El cielo ya no será el mismo... ¡y no me esconderé para tocarme!

El único que pierde es el voyeur, el que mira con los ojos desorbitados robándose las imágenes de la noche... quién vestirá de negro, ¿quién? ¿Quién alimentará los leviatanes y hechizos del Necronomicrón? ¿Quién terminará el bestiario del zoo del ser humano? ¿Y la crónica de los muertos, y la razón de la memoria de la piel? ¿Quién encontrará la escalera al cielo? ¿Quién nos llevará al paraíso más negro y más oscuro?

Prefiero la noche oscura, amalgamada de descesos, de insanes, de perversión, de desvíos, de amores, de angustias... de sueños: de ti -luna hechizo, luna muerta, luna mía, luna poesía-.

jueves, 11 de febrero de 2010

e-Cor@zón




¡Esos viejos corazones tan enfermos! Insanos y llenos de vacuidad, incapaces de amar más allá de la pantalla, de las letras, de los mensajes encubiertos bajo el sello de confidencial a letras rojas y en negritas. Esos corazones tuertos, carentes de la visión de profundidad, tan exangues, tan pálidos; muertos de miedo ante la palabra compromiso -¡estúpidos eternamente jóvenes!-. Pobres idiotas -los corazones- perdidos en el ocaso del sepia antiguo, en la melancolía del blanco y negro, violados en sus principios tecnicolor de libertad... Esos mudos corazones, sincopados elitistas en busca de las musas, de la figuras que lleven a la épica, a la epopeya, o al simple desierto de la poesía... Silencios corazones acorazados entre el mar del deseo apagado de la mano sobre el sexo, de la réplica eterna -seducir, coger, vivir, amar-, tan endebles como la verga a través de los años, tan profundos como el río de lujuría en la oquedad de la vulva reseca por la edad. ¡Cuánto apego a los corazones mecanizados, hiperespaciales! ¡Cuánto deseo y cuánto amor sembrado en la infertilidad del espacio separado, del vacío existencial, entre pixeles y notas de saxofón alcachofa... entre teclas y pantallas luminiscentes. Corazones rotos, amedrentados, pernoctados, muertos, impávidos, tan futiles como inteligentes, tan ásperos e incandescentes... corazones a punto del deseo, con el olor al sexo inventado del otro -de aquel que inventamos para seducirnos y callados masturbarnos-, corazones desnudos, de óleos clarificados, de lagos esculpidos, de terrenos desflorados; corazones mano, corazones labios, corazones húmedos, mojados en el elixir de la avidez, pesados como la turgencia del corazón pezón... cuántos corazones escritos, lúbricos, vueltos hoja o código encadenado, cuántos de ellos se han perdido y cuántos se han ganado... ¡qué larga batalla hay entre el corazón, el teclado y la pantalla! Mientras el deseo se sigue derramando en corrientes electrón...

miércoles, 10 de febrero de 2010

Lubricidad de ensueño



La madrugada cae de bruces sobre nosotros -que acostados compartiendo la cama-, nos abrazamos con la fuerza y la avidez de los amantes que nunca se han tocado, de los que esperan la eternidad confundidos en su soledad para volcarse en la otredad de aquel que se despliega sobre su lecho. Las manos pulsan, palpan, tocan, se deslizan rigurosas y tiernas entre los pliegues compartidos de las sinuosidades del cuerpo, del ente que somos cuando nos compartimos en silencio de palabras, en gritos de nuestro ser -escandoloso- lleno de ganas, harto de deseo, cansado de tanta lubricidad...

La madrugada -aferrada- cae de bruces sobre nuestro lecho -aquellas viejas hojas en blanco-, cae de jeta y con su sangre entinta nuestra historia de novela plastilina donde cada noche nos amamos mientras el deseo es arrasado por la realidad de nuestros cuerpos...sólo, tan solos... y juntos siempre en sueños.

Vestido de lunas


Hoy dejaré caer la desgracia sobre mi -y desnudo- me vestiré de lunas con el único fin de hacerme eterno...

Me colgaré al cuello -cerca del corazón- aquella luna que extrañaste y que yo cínicamente me robé -con el único afán de hacer notar lo mucho que me importa esa esfera plateada que alumbra mis ideas y mis soledades-.

Dejaré crecer mis cuartos menguantes -en las uñas de mis dedos- para transformarlos en círculos completos, de anécdotas, de historias sobre mi vida, de aquellas viejas chaladas que mi alma ha acumulado en el transcurso de tantas vidas, [no lo sabes pero he visto como ha cambiado el mundo desde la última glaciación].

Pondré la luna nueva sobre mi pene, pensando que es tu cuerpo lleno de misterios de cumbres y de montes, de valles y de mares tranquilos -le pediré fertilidad al conejo de tu pubis para bañarlo del néctar de mis gónadas-. Lo pondré sobre mi verga para sentir la suavidad de tu piel y tus texturas... ¿Crees en la permeabilidad? -Es que acaso quiero cojerte hasta que me llames amor y no sólo deseo-. ¿Tus pezones serán de mármol, redondos y perfectos como las esculturas del Miguel Ángel aquel, el de la Sixtina? Y entre tus piernas, si no estoy yo sólo hay espacio -mi vacío-.
Me calzaré de medias lunas para patinar por el manto estelar -frío y oscuro-, me guardaré las estrellas en la bolsa y las venderé por internet -bajo el truco de 9.99 por cada una-, dejaré sin algo el firmamento para que todos sientan el enorme vacío que hay en mi vida sin ti: noche de encajes, de medias y de ligueros de satin rojo; noche mía de vulva caliente y rosada, de nalgas hechas al molde de mi mano, de tacones horizonte, de caricias y mamadas... Noche, mi noche; hoy -desnudo- me vestiré de lunas para vengarme de tu ausencia y hacerme eterno a tu mirada...

lunes, 8 de febrero de 2010

Aprisionarse -seguir vivo-


Puede ser que el destierro sea sólo el espejismo que hay tras la vida... ¿te has preguntado por mi? ¿Me sigues inventando? No ves que yo no soy de este mundo -tal vez por eso disfruto mi soledad-, y me duele consentir en sus placeres: los amaneceres ensordecedores, el silencio noctámbulo, la humedad que lubrica incansable la salvedad de la entrepierna femenina, el alcohol inteligente -que regala unos instantes de genialidad-. La vida, la misma que nos empuja y nos lleva a la deriva... sin velas, sin fragatas sólo con libros y hojas en blanco... solos siempre tan solos -por destino o deseo o por accidente-, con las velas encendidas y los quinqués iluminando el firmamento -mientras espero la procesión de mi muerte-.

Ni tan oscura ni tan furtiva -si en tus labios se mecen mis palabras, la sensación aespacial de nuestros cuerpos fugaces entretenidos simulando corchetes o guiones de mis escritos-, ni tan precaria ni tan soluble: la muerte enredada en tu lengua bien merece una taza de café y un cigarro -ya no importa si muero de cáncer o de un paro al corazón-. Ya nada importa si retomas la pluma -aferrada a tus manos- y despliegas oraciones nacidas de tu pecho... Ya nada importa y por eso te detesto -cuando haces mi historia y me engañas al transcribirla en tu novela de pasteles y carboncillo-, por eso te busco como tus manos buscan la fragilidad del agua, la caricia añorada. -Aferrado-, sólo es el término del fuelle de oxígeno en el cuerpo -el intento- para mantenernos vivos... para amarnos.

sábado, 6 de febrero de 2010



He de decirlo... pausado, tranquilo, ausente, liviano, adoquinado, amasado, prendido, amoroso, culero, pasmado, agnóstico, devoto, lujurioso, tierno y tranquilo... He de decirlo todo, menos humano... El camino sólo es olvido cuando el vacío junta nuestros cuerpos, cuando no hay ni siquiera espacios de dedos, y los labios no alcanzan a cruzar el abismo entre los dos... El camino sólo es olvido si al irse de palabras desaparecen los sentimientos y se apagan los conceptos que se enredaron entre noches agotadas, cansadas de tanto intentar juntar nuestros pechos... El camino sólo es olvido cuando aún sin besos, nos olvidamos del destino... Y no hablo de lujuria y deseo ya que eso es humano -pero aún así no sabes cómo pienso tu cuerpo desnudo sobre mi cuerpo, tus labios encendidos, tus pezones henchidos, tu cintura cercada entre mis brazos, y tus ojos gritando con su mirar un simple te quiero-.

La textura de la noche





Las noches suelen ser ásperas, como la arena deslizándose entre los dedos del pie derecho cuando antecede al izquierdo en el acto de caminar, de dar un paso... Y parece que la vida se enreda en el concepto de la noche -fundiéndose-, intentando -perversamente- hacer más difícil la cuesta hasta aquello que conocemos como paraíso.

¡Bendita noche de estrellas opacas y galaxias regaladas! ¡Bendito tu amparo y tu facilidad ante la aspereza de vivir entre estas calles embadurnadas de cemento! Y es que todo pasa en ti -aún el tiempo y la nostalgia- evaporándose en el sudor de los tragos amargos, alcoholizados, atragantados. ¿Qué sería de mi sin la venia del crepúsculo? ¿Qué de las ideas y de la música en mi cerebro? ¿Se escribirían "los buenos libros" y se desataría la furia de los poemas enclaustrados entre las lunas de mis dedos? ¿Vendría el éter de la inspiración a robarme el descanso entre alucinaciones y deseos de estos cuerpos ajenos? ¿Caminarían mis demonios mientras arrastran las épocas de mi vida?

Cuan áspera te llamas -noche-, cuan de frágiles susurros -el grito de las víctimas y los moribundos-: ¿Cuantas almas andan descalzas entre le país de los vivos y el valle de los muertos al amparo de tu oscuridad? (Ser alma no implica estar vivo o muerto sólo imagen en un espacio y un tiempo). Cuan se van de largo las horas hasta que despunta el alba, sólo para morir -una vez más- cuando tú le ganas la batalla... Noche soldado, noche abatida, noche del victimario -delicia tortuosa, diosa del abecedario-.

Por eso eres noche puta, sábana de amantes, refugio de los lujuriosos y los amorosos -y de los pendejos que se creen enamorados, no de los que están, sólo de aquellos que se lo creen-: noche hotel de paso, rincón perdido en los arbustos, noche faje en la esquina más oscura del barrio. ¿Estaríamos sobre poblados si no estuviésemos bajo tu amparo? Noche de desvaríos, de desenlaces, de historias interminables de finales apagados... ¿Eres un lugar común o eres tan extraordinaria que brincas la regla?

Luna periodo, luna a luna, pretexto y alabanza, tan divina como maldita: Coronel de los rapiñeros y de los culeros, maquinista del tren de los desvíos, causa de la fertilidad de la madre madre, de la madre Tierra, última bendición de los viejos antes de su eterno viaje.

¡Puta noche si no hubieras inventado la luna! Si no te creyeras vigía e inicio de jornada, si no fueras tan bella, tan áspera, tan extrema... no te pediría que regresaras mañana para traerme tu mensaje... ¡Linda noche de brillos y de vaos! ¡De besos y de yermas manos! ¡De ausentes, de venidos a menos, de lujuriosos amantes y de grandes sueños vueltos lodo!

Amada noche, amante noche, loca noche siempre tan tú... tan áspera que la vida te sigue a grandes zancadas...

jueves, 4 de febrero de 2010

Pasado continuo, devenir acabado


Siempre presente... el olvido que como a diario, el futuro burlón -de risa connotada y evidente-, el sentido pésame de mis últimos pensamientos sobre ti: mi cuerpo, mis manos, mi boca, mi lengua recorriéndote hasta saciar el ímpetu que existe -involuntariamente- en el acto de remembrar... tu silueta, tu contorno exhaustivo, línea perenne que lleva al infinito -las líneas, aún las paralelas tienden a cruzarse en algún instante, aún en los momentos del tiempo perdido-.

Siempre presente, la simetría del trazo de tus labios elucubrando algún nuevo desplante, engarzando palabras de trovadora agnóstica -de sólo el amor-, memorizando a detalle el sabor de las almendras ahogadas en alcohol -sueño etílico de un futuro de los dos-.

Siempre presente, la estepa escondida entre tus piernas -de dulce sabor a sal, de la sal de nuestras tertulias-, el boscaje frondoso y enredado que cubre las ideas más profundas de tu ser y tu femineidad -tal vez ser femenino, al menos es tu cuerpo, es divino-, glaciar de tu deseo envuelto para llevar del piélago de tu cuerpo -que entregado a otros amantes se restriega entre las sábanas pensando en mi, arrumándose con mis palabras-.

Siempre presente... el sueño de mujer vestida de carne, de tierna lujuria, de diabólico sentimiento, de sacrílego pensamiento -no hablo de Dios, hablo de amor-, del que moja tu letargo -creído indisoluble-, del que estremece tu espalda tras el fuelle del olvido -que soy prendido a tu memoria- mientras termino de recorrer el camino épico del deseo...

Siempre presente, y de tanto conjugarte te he perdido el pronombre y te llamo divina, lascivia, sueño, homenaje, palabra, ritual, encierro, aventura o peaje: puente colgante de lo que no recuerdo y menos he vivido...

Siempre presente, de un pasado contínuo que no olvido... pero que no es ni un tiempo tuyo y menos mío...

Las coordenadas de la incógnita


Siempre la incógnita perfecta, el despeje adecuado, la coordenada perdida en el plano dimensional -de cualesquiera de las dimensiones de este multiuniverso-.
Siempre verdades a tres cuartos de nota, inmersas en silencio, destellando en cada trasiente el pico de onda que deja el olvido -¡Zas!- y decae el devenir mismo del sonido hasta hacer un escueto latir -¡Bom! ¡bum!- de algo parecido al siempre quise pero nunca pude...
Simples principios físicos -repulsión, atracción, evocación, dejadez o la relatividad de los cuerpos-, pero siempre tan simples y llanos como las necesidades del acto de amar...

Tú -y- bifurcación y semblante, polisemia y multiverbal -volado jugado con la moneda de la inspiración donde se apuesta una vida entera, donde hay dejarlo todo-.
Yo -x- punto de encuentro entre todo y nada, estar y dejar de ser, olvido siempre olvido y nunca un encuentro ni tan siquiera con uno mismo... Miedo y seducción, horror ante la vida misma que se apresa en tus labios -los mismos que suelen temblar de ganas, de frío ante la ligereza del destino, de la insoportable simpleza del vado de la nostalgia-.

¿Seguimos juntos? Como tan seguro que a tu alrededor no hay nadie que llene tus hojas ni te incite al sueño ni te vea desnuda caminando en tus desiertos de virgen sediciosa y desflorada, -escritora de pinceles y de novelas de acuarela-, porque para verte sólo hace falta cerrar los ojos e irte olvidando poco a poco...

Ilustraciones de Alma de Juguete por: Enrique Zaragoza

Este soy yo...

DE MI han dicho...Nació envuelto en la terrible sospecha del ser humano —él siempre quiso ser árbol, águila o imagen tras el espejo— un 13 de diciembre de 1972, en la ciudad más avasallante y más hermosa del mundo: el Distrito Federal.Desde pequeño creció con lunas en los dedos e ideas itinerantes colgando del cabello, ávido lector de tiras cómicas y de cuentos infantiles permitió a los seres mágicos, divinos y leviatanes arrullarse en su cama tras el profundo canto de las sirenas.Creció, y mientras decidía que hacer de su vida, en cada luna llena besaba las almohadas imaginando al amor de su vida. Por fin, una mañana decidió estudiar derecho, algo que le salió muy chueco porque abandonó la carrera para estudiar periodismo, dando por concluidos tales estudios en el PART, a la vez que rocanroleaba como oso en brama tras una batería.Años más tarde decidió llevar la música en sus adentros y trabajo como negro en la redacción del departamento de cultura de Radio Educación (de vez en cuando se aventaba un palomazo como productor del programa “Su casa y otros viajes”), todo esto sucedía mientras estudiaba un diplomado de Literatura y Periodismo en Casa LAMM. Las letras —aún las de pago— siempre le han perseguido, al igual que la radio, por tanto, trabajo como productor de la serie “Impulso Humano” en Radio Universidad, no sin antes pasar por la Subdirección de Logística Informativa del GDF, algunas agencias de publicidad y la coordinación de medios de IH, A.C.Por fin, el 12 de noviembre del 2005, su destino le alcanzó y se puso a escribir como secretaria ejecutiva después de una huelga, y dio a luz a varios chamacos, y con el único fin de darle de comer a su prole, actualmente se dedica al desarrollo de documentación administrativa para diferentes empresas y alguno que otro trabajo de producción en audio (es cierto, en México vivir de las letras, que no sean de pago, está de la China Hada).Por cierto, el nombre de sus chamacos son:* El eterno idilio entre las mariposas y las hormigas, 2007.* La caída de la luna, 2006. Noveleta rosa.* Alma de juguete (anhelos para el niño que nunca debiéramos olvidar), 2006. Cuentos ¿infantiles?* Egomanias y la Llantitos (cuento – lógia), 2006. Recopilación de 20 años de cuentos darkys y existenciales.La mayor parte de las veces me llaman ¡Hijo de la chingada! ¡o de tu madre!, bueno, la mía... aunque últimamente me he aficionado a ese término tan común y que sólo me sabe si proviene de sus labios y que juntos creemos es para toda la vida (chance y para algunas más).En fin, que de mi la gente puede decir todo y a la vez nada, tengo muchos nombres, lo cierto es que tengo buen corazón aunque lo disfrace de mil y un calamidades...

Rolas de la banda "Nívola_Cría Cuervos" (Quintanar/Vargas/ Cruz)