Mientras me he ido desapareciendo me doy cuenta que mi vida se presenta de diferente forma: " Hola soy aquello que solía ser, y definitivamente ya no soy; es más, ni aún soy aquello por lo que dejé de ser lo que era".
Definitivamente mi vida se presenta extraña, con cadena y bola y su pastel americano... se va de musas y me abandona a la deriva, sin anclas ni velas, sin remos ni esperanzas; y es que mi vida es... cómo decirlo... ¡mi vida! Errante, vagabunda. En su ausencia, me apaño de la luna rogando no encontrarme a tanto loco que la reclama como suya -estoy harto de la violencia y las zancadillas, de las desmañanadas y las serenatas de tercera (odio el amor de primera)-.
Extraña cual extraño pueda parecer, la he visto volando tras la pista del fénix, recoge las cenizas con el fin de hacerse su propia sombra, de tejerse un daemon y sentirse viva; la he oído por las noches reclamando su respiración propia, sus ideas, murmullos y pretenciones: habría que ver mi vida suplicando por su vida. ¡Absurdo!
Sin embargo, en este mundo fútil y de apariencias, de desgranados parajes e inmoladas almas, no me parece tan locuaz la rebelión de mi vida en pos de su propia libertad, es como el perro que cruza el marco de la puerta para no regresar jamás, es como la redención del pecado original, o cualquier bravata empeñada en la búsqueda de la igualdad y conciencia social;no es que la vida de mi vida sea un conflicto rutinario, divino o político social, tal vez sea sólo un paso en la evolución natural (¿o será de-evolución). En fin que so pretexto de re-inventarme me comprado el título de propiedad de la luna para satisfacer esta ansia que me carcome en soledad -he de aclarar que las lunas lunas en mis dedos nos son invención y de verdad siguen su ciclo, atando la marea de mis sentimientos a la volatilidad de mis pensamientos, y es que de vez en cuando anochece en mi mente y se prende del oscuro más profundo que puedas imaginar-. Y es que es cierto, si despierto poeta, murciélago o fantasma, es porque he decidido otorgar su libertad a mi vida y romper las ristras de su pasado confuso, colgarle uno que otro milagro con el deseo de que me abandone y se consiga su propio destino (¡hasta la madre se pone uno con tanto silogismo pendejo!).
Determinante: se busca vida que no sea la mía, de preferencia hacer cita después de las 22 horas, traer curriculum impreso, sin faltas de ortografía y con identidad propia, indispensable el gusto por el rock, el whisky y el fútbol americano. Amante indiscutible de la música. Un must sería el gusto por la filosofía y las películas de terror, abstenerse si no se cree en los seres mágicos y en la fantasía.
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