La noche es la flama del deseo
que pinta tu cuerpo
de lunas,
de besos,
de caricias perdidas entre los dedos:
Y es que te amo,
aunque me coman mis palabras,
aunque el corazón reviente mi pecho,
aunque se vacíe el mundo
y sólo quede en mis ojos la imagen certera de tu cuerpo:
Lleno de texturas y de sabias liturgias,
repleto de amor y de veneno,
ese que me mantiene tan vivo como enamorado.
Y es que te amo,
por sobre todas las cosas,
pero más debajo de mi,
que hurgo despacio entre tus piernas
para encontrarme tranquilo,
ciego, amante,
herido por falta de reposo...
Y es que sólo vivo mientras sueño,
y sólo sueño al lado de tu cuerpo.
Y es sólo un pretexto para amarte de contrabando rompiendo las fronteras y los claustros,
para quedarme quieto entre las celdas de tus brazos.
Todo es un pretexto
para llevarte adentro muy adentro,
y para quedarme quieto,
celando tu sueño,
respirando los años,
llorando te amos...
Y es que todo, todo es un pretexto,
que salva los días y los malos ratos...
Todo es un pretexto,
si sí, sino,
si hoy, si siempre,
si mañana, si nunca,
si jamás... Si llega o si tal vez...
Si un beso o dos o tres,
si estoy, o voy... Si día o si toda la vida...
Por eso todo es un pretexto para decirte que si te pido que te quedes es para amarte siempre...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario