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lunes, 5 de septiembre de 2016

La única realidad

Así esta noche...







La última sensualidad encerrada

Y que vague la noche
sedienta de frío,
que vague la luna,
paso a paso,
dedo a dedo,
haciendo con su lengua
entre tus piernas un mar, un rio.

Y se haga mañana
que vague en desahucio,
repleta de sueños
bañada en olvido.
Acompañada de versos,
de besos muertos,
de cadáveres exquisitos,
aún entre tus labios tibios.

Que vague mañana,
sonriendo de hastío,
de risas profanas,
de lágrimas rosas,
verdades reales
y alegría en tu sino:
mientras, yo extrañándote,
te hago de papel y el amor en mis libros.















No olvidémonos

Recuérdanos mejor de lo que somos, porque hoy no somos ni el más mínimo reflejo de nuestra alma, ¿quién hay que haya sido tocado por Dios o el Diablo, y que rehuya la gloria, sea la del amor o el sufrimiento?
Recuérdanos mejor de lo que somos, que hoy nos conjugamos arrastrando el pasado para saltar el abismo del presente, del hoy que ya no existe si no como otro hoy con un viso al futuro que no somos.
Recuérdanos mejor de lo que hoy somos, de lo que fuimos, sin detener la imaginación o la verdad de cada paso, sin las cortapisas ni los escalones o descansos, sin filtrar los días más oscuros y grises, sin olvidar las mañanas en que el sol bañaba tu silueta en nuestra cama, y el olor a café era el anuncio de la batalla.
Recuérdanos mejor de lo que somos, de lo que merecimos, de aquello que guardamos bajo la piel y no nos dimos, de nuestro hecatómbico silencio, de aquellas palabras dulces que sin más nos enfermaron, recuérdanos como familia, sentados frente al fuego del televisor sin más que 48 horas para saludar, amar y despedirnos. Recuérdanos muertos de magia, llenos de esperanza, de duendes y hadas corriendo por la sala, conscientes de nuestra mierda realidad entrelazada a nuestra alma.
Recuérdanos mejor de lo que somos, repletos de miedos, tan humanos, tan otros, tan amorosos, tan fecundos, tan oscuros, tan imperfectos. 

Hoy, recuérdanos mejor, mucho mejor de lo que jamás fuimos, que hoy seremos ese amor, de otros no de uno, que una vez nos tuvimos.



¡Gracias!

Así la noche... Hoy sigo creyendo firmemente que de alguna manera Dios, La Vida, El Cosmos, o lo que sea que esté haciendo circular la energía vital en este mundo; te hace llegar el mensaje que necesitas en el momento exacto... Hoy puedo decir que me he tragado mis palabras una vez más, y como siempre el resultado me sorprende y me hace sentir más vivo que nunca antes... Así es, yo un fiel creyente del amor he de admitir que hace falta más que amor para vivir el amor; el amor necesita hablarse tierna, dulce, cruel y miserablemente; se necesita el peso de cada letra mientras se dice te amo, se necesita la parte blanda y dura de tan bella frase; se necesita consciencia de lo más bello y lo tan desagradable, necesita un fiel acuerdo de ese plan maestro donde convergen la opinión del hombre y la mujer, el cruce de sus necesidades, del respeto mutuo, y su inevitable negociación. Se llena de "mil gracias" y de un innegable "la cagaste"; se rodea de silencios seductores y de aquellos muy incómodos, esos que pesan como lápidas cinceladas al ritmo de la omisión, y del engaño de uno mismo: ceder no es perder, pero se pierde inmutable el ser amado en el silencio y la falta de claridad -de ambos-.
Vivir el amor necesita de la crudeza, de esta realidad que pesa, que se alimenta de todo lo que callamos por temor, por respeto, por horror, "por falta de huevos", por amor mismo, porque lo desconocemos, o porque lo hemos transferido y no lo hemos superado.
Hablar en el amor es conjugar el pasado pasivo, hacerlo presente limpiándolo de cualquier forma irregular, para tener un futuro simple o compuesto, pero futuro. Hablar en el amor es decir aquello que queremos, soñamos, deseamos, y lejos de cualquier expectativa, preguntar si hemos vendido la idea, si nos han comprado el sueño de un presente con ganas de llegar a un mañana o de un día después de mañana.
Cualquiera diría que amar se llena de acciones: yo diría que de verbos plenos que tratan de volverse realidad: haces, hago, hacemos; y de una voluntad incorruptible -la única forma de romper la voluntad es cuando uno decide que está rota, y que se ha vencido-.
Hablo de aquello que se habla en el amor porque sin ello no hay nosotros, no hay un motivo ni una misma dirección, no hay plan, acción ni mañana, no hay fin, y sin embargo; lleva implícito el fin mismo.
¡Qué iluso es esperar de otro lo que no tenemos en nosotros mismos! Por eso es que hablar es tan necesario, porque es la única forma de autoexorcizarnos, de dar un paso hacia afuera de nuestra propia inconformidad y amar así tal cual se es y tal cual se ha pactado, cursi, tierna, cruda, ojete, cruel, y sobre todo amorosamente... Así la noche de reflexiones y del habla, de ideas, de otredades, de lo hermoso que es pensar en aquel o aquella que sabe volar... Y decir lo que siente... 

¡Vaya que uno aprende!



Eternidad lunar

Y que las lunas de mis dedos fueran eternas, de vuelta y recta, de interminables cuentos, opacas y radiantes, de humor negro, que tuvieran memoria y recordaran el sabor y tacto de tu vulva, que se aferraran con dolo a tu deseo, que rascaran la costra de tus necedades, y magullaran tus heridas hasta quitarles la ponzoña, que con su toque te volvieran humana y no de oro blanco y plata, que bien llenas o nuevas te recitaran poemas y te enamoraran eternamente... Pero no, tristemente son sólo lunas muertas y jodidas: imaginarias e incompatibles con esta realidad mundana.


Laberintos mentales de papel...

Así la noche: 
De espirales y laberintos... 
de olvido, 
te recuerdo: 
Giros de mi mente en el papel,
vueltas de tuerca
del último sin sentido,
del absurdo de tu piel... 
tan vacía sin mi.








Liturgia por morir

Así está noche:
De liturgias adelantadas, agazapadas... Escuálidas, fugaces, sin más vida que aquella que trazan en su mismo tiempo... Morirán cuando acabes de leerlas...

 

 

Verdadero amor


Alguien, alguna vez me preguntó ¿qué era el amor? Y hoy sigo sin conocer tal respuesta, lo he sentido, lo he vivido, me ha dolido, lo he disfrutado: ¡He querido al amor como se le quiere! Así, amándole a raja tabla, obvio con cualquier cantidad de defectos, virtudes y errores o aciertos; así se ama al amor, tal cual es y tal cual soy... Imperfecto.
Definir al amor sería pretencioso, locuaz, tonto y chaqueto... Ha estado, ha querido quedarse, lo ha intentado, ha perdido, ha dado todo o lo que se puede dar sobre todo cuando se habla de amor; por qué nace inmaduro y se solidifica o se desvanece en el aire; nace unívoco y en una sola dirección... Así es el amor en su nacimiento: egoísta y mudo, silencioso.
Y la verdad, que es bello, sublime, castigador, etéreo, lujurioso, sensible, negociable, mierda, autócrata, deseable, amoroso, divino, utópico: ¡Lo es todo!
En fin, que no he encontrado una definición de amor más cercana que la frase que viene en la foto... Para mí no hay más amor que eso... Dejarte entrar en mi música y mis letras...

viernes, 15 de julio de 2016

Sin invitación (Lo obvio de lo olvidado)

Así la noche de historias... Sentado en la orilla del abismo, ese que nace en lo más profundo de cada ser, miro con tiento -amo la oscuridad como se ama la vida misma-, y encuentro cada pieza de un rompecabezas que no entendí jamás, porque uno es ciego y se aferra a la vida, y a sus demonios, y a todo, y a nada.
Miro mi laberinto, el principio y final de mi infinito, -siempre escogí el más pequeño para que mis sueños pudieran escapar de madrugada-. Ahí, dentro de esos muros vi mi niñez correr en pos de crecer, lejano y hoy ausente, haciendo muecas ante el grillo de mi conciencia, sonriendo nervioso adolescente ante las rosas y los tulipanes, mordiéndome las ganas y apretando el deseo entre los labios, no míos y tan tuyos... Y me desvanecí sacio de agazaparme entre tus piernas. Y me perdí pensando que ese era mi lugar, mi casa, mi nido: me perdí pensando y queriendo...
No podía recordar lo que siempre supe: Cada vez que pedías por el amor, la vida nos encontraba, pero nunca nos reunía... No podía recordar, porque siempre fui víctima del olvido... Hoy sentado tomando café conmigo mismo recuerdo la fantasía del laberinto, y sin sueños, despierto en mi infinito cada madrugada, y no están tus piernas, ni mi lugar, ni la oscuridad, ni mi destino... Así la noche de historias.



Difícilmente tan fácil...

Tan fácil y tan difícil... Así la noche, de lunas en hinojos, dobladas por la mitad, de hileras de sueños como ideas itinerantes enganchadas al árbol de la vida. Así tú y así yo, así un nosotros que se despliega desierto, en medio del suelo fértil de este camino, que hoy, lleva a ninguna parte... Y eso suena al vacío de la esperanza, al hueco que deja un sueño cuando se cae del tendedero y se fragmenta... Lo sensacional para los que creemos, es que cada fragmento, si fue un verdadero sueño, florecerá como las palabras cayendo de la boca de los poetas en el vértigo incansable de esto que llaman vida... Y que yo le nombro incansable por su real nombre, - que siempre olvido después de pronunciarlo-, porque ese es mi destino nombrar lo innombrable para que no se lo lleve la chingada y el olvido... Aunque yo me vaya olvidando...

Enfoque

Así la mañana... "Ojalá y pudieras ver lo que ven mis ojos cuando te ven, innegable: tú también te enamorarías de ti, pero verías todo aquello que no sabes de ti, y sabrías todo aquello que yo sé de ti..."

Historia, de esas bonitas

Así la noche... Hoy, pensé en el último sueño, no en el penúltimo que fue cuando caí dormido, si no en ese que tuve pegado con mi cabeza a tu vientre, ese que sólo existió y hoy existe en mi cabeza, junto con aquellos viejos recuerdos de cuando no sabía de la vida, de cuando no veía más allá de mis narices de párvulo escolapio de secundaria:
"... Llegué temprano, puse una paleta de bombón cubierta de chocolate abajo de tu banca, -obvio, fijándome de que nadie me viera 🙈-. Estaba emocionado, de verdad, había pasado la noche buscando en diferentes libros algo qué decirte, porque mis palabras nunca son suficientes... Justo terminaba de poner el dulce bajo la paleta de tu banca, y un letrero pegado encima 📜 que decía: "busca bajo tu banca". Cuando sentí un jalón en la patilla que Arreola me propinaba. - "De seguro una de tus bromitas, Heriberto"- y yo, le decía: "Sí" -no quería que supiera que estaba enamorado de ti-.
Cuando llegaste al salón viste el recado y buscaste bajo tu banca y encontraste la paleta de bombón de chocolate envuelta en un papel que decía: 
💌 Recadito sobre el pupitre💌
12/03/1986
🐻::
No puedo definir la sensación que provocas... Mientras te veo pasar por el patio interno o por los pasillos, voy siguiendo los pasos que dejas, y un sin número de ideas se agolpan en mi mente, y me recorren de los pies a la cabeza: gusto, ternura, sensibilidad.... (😬 ¿debería de poner amor o no?); y la sonrisa aflora; y me imagino lo que sería ver el atardecer reflejado en tus ojos, los primeros acordes de la primavera, el paso de las larvas a mariposas, que en su transformación se revelan ante la naturaleza, metamorfeándose en el paisaje (creo que quise decir que siento gorgoritos en la panza cada vez que la veo 😁🙈). Y aunque no lo veas, sigo el aroma de tu camino, como se siguen en filo las buenas ideas, las buenas costumbres; y me pierdo en la existencia que tengo, que por hoy, se conforma con saberte alrededor, iluminando mi camino (debo poner algo 😳).
Tu admirador secreto
💘..."
Y en mi sueño esa historia continuaba...
27/03/1986
Como todo un romántico, quería regalarte algo -estúpidamente aún de adultos cosificamos el amor, sólo que de niños la inocencia nos salva-.
"... Pero no sabía como le iba a hacer, fui con mi marchante de las flores, cómo le hago un ramo de 🌹🌻🌼🌸, de 🌺 o de 🌷... ¿Y de que color? Ni idea de cuáles serán sus flores favoritas... Si supiera todo lo que provoca en mi, tengo tan presente ese día que la vi con su cabello corto y el uniforme de los lunes: -"Oiga joven, entonces cuáles le pongo y de que color". ¡¡Uta!! ¿Además el color? Rojo= pasión, me gusta pero no es el mensaje, amarillo= Reconciliación o locura, estoy medio chiflado pero... Naranja= hermoso pero siempre me da hambre, rosa= ternura... Yo creo que...
Ok, ya tengo el ramo de flores y ahora, ¿cómo sé las doy? Y en ¿dónde? Upss!!😱 En la escuela, ¿no? Demasiado... Seguro lo del pizarrón fue demasiado... (Poner TE 💟 hace 2 días fue excesivo 😋) ¿Y si?
🔔 Ring!!! Suena el timbre de tu puerta... ¿Le gustarán sus flores?🔔 Ring!!! ¿El color le gustará? Ella a mi me encanta 🔔Ring!!! Suena el intercom "¿quién?" ¡¡Uta!! Su mamá ¿y ora? "¿Disculpe no está 🐻? Traigo un encargo para ella" . ¡No mames! a quién se le ocurre la palabra encargo... ¡💩! "Soy de la Domingo Savio". "Un segundo" se oye por el intercom... Se escucha un ruido y la puerta de abre...
Momentos después... Se vuelve abrir la puerta, Le pregunto al niño al que le pagué por entregar las 💐's si te habían gustado, alza los hombros y se echa a correr hasta salir por la puerta que da a la calle... Y yo con cara de 😳 salí caminando, sólo esperaba que la 💌 hiciera latir tu 💓 y la verdad, el avión de papel dentro del sobre que tenía garabateado mi único mensaje: "Quiero vivir enamorado de ti, toda la vida..." No pensé fuera la idea más genial... Pero de verdad, sólo quería amarte más cada día 😕, esta timidez me va a matar un día... Ahora no sabría si las 💐 y la 💌, te habían gustado..."
Mientras escuchaba tu respiración, ese viejo sueño, en ese instante vuelto a soñar; golpeó en su eterna continuidad el letargo de la reminiscencia...
30/03/1986
"... No sabía que más hacer, estaba 😠 conmigo por verte siempre tan linda, caminando como entre ☁️, todo un ☀️ con tu sonrisa, y el 🌈 en tus ojos... No entendía mi 😶, sin poder decir una sola palabra con referencia a lo que mi 💗 sentía por ti... Nunca me había sucedido esto era 🙈🙊 y la emoción hacia ✈️ mi mente hasta los diferentes confines del 🌌, visitar cientos de 🌠 y recorrer en una 🌀 el ⌛️y el espacio... Por qué en tu cercanía vivía movimientos telúricos❓ Parecía que 🔙🔝🔛🔜🔛🔝❓Tendría que ver con mi ♐️❓Por qué se me escapaban las 🅰's a pesar de tener la boca abierta❓🙏 Por Dios que alguien me explique❓😱🆘‼️
La noche cae-y en mi mente todo se funde, las ideas se enlazaban unas con otras- La🌛 vigila a través de sus rayos la 🎁 y la 🌷 que compré para ti. "Ahora sí mañana le digo que la quiero, que el enamorado de ella soy yo, que no existe mi amigo (¿quién no ha intentado el le gustas a un amigo?)... Que me parece encantadora, que la veo y siento 🐜's recorrer mi cuerpo, que el ❤️ se me sale por los 👀, que la 💪 sé me va y 💕💓💞".
El sueño llegó con las 🕒's y... Al salir el 🌞 y sonar el ⏰, puse mi 📻, necesitaba oír 🎶, corrí a 🛀, "este es el gran día" repetía en mi mente. El olor de los 🍳's, el ☕️ y mi 🍩, hicieron que bajara corriendo las escaleras, tome la 🎁 y la 🌷, repase en mi cabeza lo que había escrito para ti 📝 y que te diría, las 👐 me sudaban, llegue a la 🏤 decidido a dar el gran paso, y ahí estabas tú, hermosa como siempre y yo 😍... Me enfilé a darte mi 🎁 y mi 🌷 pero a cada paso, recordaba mi sueño de la noche anterior... Justo al llegar frente a ti, me quede callado y no pude decir nada más...
Di la media vuelta mientras pensaba en ese otro sueño donde la 🌛 me decía: "si de verdad la amas déjala que viva y aprenda a vivir, mientras te harás hombre y aprenderás la magia de las pequeñas cosas de la existencia, para poder compartir lo mejor de ti con ella. Si de verdad la amas ten paciencia y déjala crecer..."
Ese fue el día de mi paso definitivo, y en un arrebato decidí dejarte mis alas imaginarias, y dar la vuelta...
"
Así la noche... Ahí con mi cabeza recargada en tu vientre, 20 años después supe que no necesitaba volar, porque todo aquello que encontré y formé, mis víveres y peajes, las procesiones de fantasmas, bendiciones, ocurrencias, alegrías y soledades, viven y siempre se hacen dentro de mi. Así la noche, tan llena de historias...

viernes, 10 de junio de 2016

Hay historias sin acento

Así la mañana... Vienen a mi mente imágenes itinerantes, salpicadas de dulzura, llegan tomadas de la mano: el olor del café del desayuno, los platos llenos de fruta, mientras alguien -seas tú o yo-, estirábamos las sábanas que la noche anterior fueron mudos testigos de nuestras charlas de sobrecama, de la entrega esperada de cada fin de semana, del ansia insoportable de estar tan lejos y tan cerca. Me recuerdo esperando el amanecer, si bien para verte si bien para perderme entre tus piernas, justo como se pierde la mente entre los sueños de una vida. Te recuerdo sonriente, tibia, viva, llena de utopías y de momentos aletargados y crujientes: sonaba entre nosotros la vida como las hojuelas de maíz mojadas en el plato, como las hojas en otoño al caer desprevenidas sobre el camino de la vida... Te recuerdo llena de palabras y de signos, dibujando mundos en el aire, para meterlos en tu esfera de cristal: aquella que guardaba los designios de un futuro juntos, de aquello que querías para el resto de los días. Me recuerdo hilando ideas, tejiendo planes, sí, a veces soñando despierto, es la materia fundamental de mis imposibilidades, y de los pasos vacíos sobre mi futuro.
Y Luego, te recuerdo triste, ausente, y me recuerdo perdido sin más café, o platos llenos de fruta, sin yogurt light en la nevera, sin corazones puestos sobre la cama, y entre las sábanas los silencios más incómodos y lúgubres... Y así se fue la vida se fue ocultando, pasando de la costumbre divina al tedio de nuestros pocos día a día, aquello que era más se hizo menos, y lo menos, sin ser más, terminó por ahogarnos: justo como hoy habita la pena bajo mi piel.
Y por momentos, asoma a lo lejos tu sonrisa y los minutos en que dibujabas mundos en el aire, el placer de ponerle nombre a cada uno, tejiendo historias sobre la cama y dejando marcas en la piel... Y me juró que todo fue por esos momentos pareja, donde eras feliz y yo de verte, creyendo en la magia de nuestros pequeños instantes cotidianos de la vida.
Así la mañana, así la vida llena de lapsos, de momentos lúcidos, unos negros y otros blancos, así la vida se va haciendo y a veces, se va apagando... Aunque a lo lejos asome tu sonrisa como un sueño o una utopía, mas... (Así sin acento).


Conclusión

Y después, sólo después no llegamos al futuro, ni arrastrando el pasado... Pero nos queda el presente: este momento en que estamos vivos y podemos ser todo lo que soñamos, incluso felices.


Música en tu carne

Así la mañana... Y hay música que baja desde el cielo, y aquella que nace desde el fondo de tu alma y de tu carne; que arrastra la complejidad de tu ser femenino, la simpleza del amor a flor de piel... Y reconozco entre sus puentes las verdades que operan el sistema: la séptima de luna; donde los enamorados se hacen de caricias, se besan y se colman, se hartan del amor y se consuelan, se calman con el lenguaje y su propia tonada, se deshacen de noche y se conforman de día, se ven en otro y se hacen uno, y dos y mil veces conjugando entre los versos el coro de su canción y su tonada... Veo el menor de cada escala, los daños de mis sueños en tus sueños, la falta de oportunidad y de paciencia, lo grave de respetar tu silencio, la pérdida innombrable de las fuerzas, del ritmo: la desobediencia a tu ley natural, seguimos siendo de uno, y del otro; sin igualdad de condiciones; tú me amas como dices que se ama y yo te amo como se ama, así tal cual, así tal cual tú... te sé tan bien, como se sabe la ligadura entre las hojas de una partitura... Hay que leerte para adelantar ese movimiento que lleve a tu alma, y a la caricia y a la permanencia, a la casa dencia de tus caderas y la avidez de tu vientre, al orgasmo oculto de tu mente... Se te ama de verdad y se te llena el cuerpo de notas, claves y palabras... y es que así es el amor contigo tan libre, tan sublime y a la vez, tan lleno de pecado.
¿Cuántas veces mis dedos estúpidos no sabían si amarte o recoger las frases, o hacer la tonada sobre el piélago de tu cuerpo? ¿Cuántas veces no llegué a tiempo a los compases de tus sueños? Justo ahí, deje la textura y la intención... justo ahí, en el intento de hacer realidad aquello que se lleva dentro, justo ahí en mi realidad de imposibles cosas, y de grandes discernimientos... ¿Cuántas veces a lo largo de la vida, mientras pensabas en el amor aparecía de frente con mi propio pentagrama? ¿Cuántas veces? ¿Cómo en la evolución de la melodía se pasa de sentir una bendición al tedio y a la melancolía? Y Ahí justo ahí, es que llega este tiempo de oquedades, de ausencia y de un enorme vacío... Y ahí justo ahí es que te sé y me enamoro y te reconozco, no porque no estés, si no porque a pesar de mis ausencias siempre estuve... Y te recorro, nota a nota, tecla a tecla, compás a compás, y en esta sinfonía, me abrazo al recuerdo de este amor y de tu cuerpo... y le planto la otredad, y te sé tan perfectamente imperfecta,  y te amo más, y te llamo vida.


jueves, 2 de junio de 2016

Divinas palabras

El amor se hace hilando palabras, tejiendo mensajes, colgando ideas de los labios... No basta un te amo con toda el alma, si no puedes hablar aquello que se esconde en el corazón... Y es que las palabras tienen su propia fuerza, invocan fantasmas, resucitan muertos, despiertan el deseo y te llevan inconsciente hasta la cama para dormir y descansar o al sofá para desnudarte... Porque son innecesarias las ropas, cuando las palabras se cuelan y anidan en tu ser, y aunque no lo quieras están ahí esperando a ser dichas —tal vez por eso, es que hablar es sinónimo de felicidad: sólo se es feliz cuando se vomitan las ideas y sentimientos en forma de palabras—. Las palabras enconadas ahogan, matan, se vuelven tedio y hartazgo; nos hacen irascibles, nos convierten en aquello que ocultamos al otro —porque nos da miedo que nos vean como realmente somos—, tal vez, y sólo tal vez nuestra necedad se convierte en ceguera, en el plan de desahucio: en pedir las llaves de la casa y pasar por alto que la única cerradura que abre tu alma y tu cuerpo son las palabras adecuadas, aquellas que por su propio tiempo y espacio y peso mojan tus entrañas... Y es cuando el nombre de otro habita contigo, no entre cuatro paredes, si no en tu presente y en tus sueños. — Mi casa no eran cuatro paredes, era el lugar donde se juntan tus piernas y tu vientre—.
Y hablar es el deseo del mudo, de aquel que somos cuando el argumento no es suficiente, y decimos: aburrimiento, insuficiente, miedo... Y del mutismo pasamos al vacío, al absurdo, a la indecisión y nos ahogamos en nuestras propias palabras, las escondidas a nosotros mismos... Y el discurso se vuelve soledad, aquella que lleva otro nombre —porque hasta para eso sirven las palabras para apropiarnos de las cosas y los seres—.
Justo en ese momento, ahí donde todo se desquebraja, las palabras más sencillas se hacen más fuertes: caricias, manos, olores, sonidos, pezones, cadera, labios, textura, humedad, cuerpos, piel, pies, vulva, corazón, ojos, ideas, juntos, futuro, besos..., y los personificas: tus caricias, tus pezones, tu cadera, tus ideas, tus sentimientos, tu alma... Y estructuras: "Tu humedad de sueños agazapados entre la comisura de los labios, de ambos pares. Tus besos irreductibles de suave textura e insólitas ideas, tu piel que guarda en sus secretos y laberintos, el mapa de las caricias sublimes, que marcan los pasos para un futuro juntos..."
Y hoy, no existen esas palabras mas que en su tinta sobre mi piel.
Y las palabras hiladas, en ristra, una tras otra, y dichas, sirven para hacer una realidad, no sólo el amor...



Así...

Así la mañana... Anoche entendí de sentarse en el umbral de la puerta y ver pasar la vida —me acerqué los panditas de todos colores, menos los rojos esos tú te los comiste; algunos chocolates sin azúcar, palomitas con tajín y esta soledad rigurosa—.
Recordé tus manos apretadas entre las mías, tan fuerte, como el deseo de que jamás salieras de mi vida, el examen de caminar juntos, pasó a paso, so pretexto de robarnos la sonrisa con un helado. Tu acongojada chamarra, arrugada entre mis falanges que morían por tocarte y se ahogaban en ese sueño; ¿recuerdas las flores imaginarias que jamás te di en secundaria? ¿Nuestra historia nunca contada? —Extraño los panditas rojos en tu boca—. Me vi recorriendo ese camino interminable, rompiendo el cochinito y sacando las monedas que guardaba para un viaje: ese de cada semana que me llevaba a la vida, a ese extraño sendero que hay en el hueco de tus brazos, dónde todo se podía resumir como si fuera el extracto de una vida: nuestra vida. ¿Cuántas planas de tu nombre engarzado con el mío cayeron bajo la sala y bajo las sábanas de la cama? —Me encantaba quitar la envoltura de esos chocolates sin azúcar, me hacían sentir recordado en el placer o tedio de las compras, de la despensa: Extraño un trozo de chocolate en mi boca—. Me deleité con la sorpresa de una, de otra casa; con las ganas de construirnos un futuro, lleno de días grises y de otros multicolores, de las bendiciones familiares y de ángeles guardianes: una casa por año, a lo mejor eran las velitas del pastel de cada aniversario. Vi tus amaneceres sola, y vi la luz filtrándose y dibujando esperanza en tu cara, en cada mañana que presencié ese sublime espectáculo, preguntándome al menos 176 veces —no cuento vacaciones— si estaba yo en tus sueños. Recordé el olor de la comida y el lunch de cada domingo: ser tu pinche amor, era para lo que daban las horas del cierre de semana, corriendo por tareas, encerrados por cansancio, heridos de la semana y a veces, hartos de tanto tedio. —Extraño las palomitas con tajín en tu boca—.
Poco a poco se fue cerrando la noche, y eran más los momentos de rutina, y eran más las costumbres y los avisos: "me dan risa tus cajitas", "no me gusta la ropa regada sobre el piso", "así no se tiende la cama", "aquí las ensaladas se preparan así": irremediable solté la carcajada. Y desapareció en mi esta angustia que no entendía, al paso del tiempo hicimos cotidianidad, de más pocos días que muchos, esa era la realidad de nuestro mundo costumbrista... Y me di cuenta de la magia, del poder de transformar con cada pequeña cosa una vida, o dos o tres... Y para mí fue suficiente, siempre con la esperanza de un futuro de dos. Así la mañana o la vida... Extraño tu boca en mi boca.


¡Y nada!

Me vi cruzando los puentes que llevan a la profundidad del abismo que significa estar con uno mismo; ya no con el otro, sino solamente solo, justo al final de nada y al principio de todo; es decir, justo cuando el todo para existir acepta el principio de la nada: panteísmo divino de la coexistencia; yo, tú, nosotros y nada... Ahogado en sus soliloquios y palabras nada, con el fuelle de oxígeno en la zona baja de los mares abismales, con los poemas muertos y nada; brazada tan abrazada nada, es el hueco que dejan las mariposas en su partida... Y después de tanto y tanto, sólo nada... Y es cierto, tan cierto como el mutismo y la preferencia de abrir las manos y dejar que se nos vaya la vida entre tanta nada y esta perpleja soledad, así como si nada... Es la pendeja idea de una libertad solos sin nada más que nosotros —es decir, uno mismo—, ¿acaso en su eterno romance las mariposas revolotean sin aire? ¿Son libres?
Y es que la nada se asienta en el cogote, se enmaraña en las ideas y anida tras el hipotálamo —la idea del corazón ya no es objeto de este poema, anda feo y escondido en un rincón, temeroso de que tú lo veas—.
Y así la nada hace su sitio de guerra en la existencia... "Nada, no pasa nada" y todo se derrumba mientras buscamos pretextos y consejos, y nos mentimos y nos engañamos y nos auto-cogemos y nos flagelamos con un te amo enredado como lastre en la garganta: porque no podemos decir: —¡Ven, sin nada de promesas, tan humano como nunca, como siempre! (Y nada).
Ese es el vacío de las mariposas... Nos dejan con los sentimientos colgados, unos en el perchero y otros en el clóset, se quedarán ahí esperando, llenándose de polvo con la esperanza de algo que no sea nada, de algo; que al menos sea suficiente.
Y por primera vez, en esa visión sistemática y tan deseada de las caricias vueltas costumbre, de los besos llenos de cotidianidad, de lujuria encerrada en el frasco del encuentro, de un sólo buenos días, de los sueños escondidos en tu vientre y en el viso del placer de ambos —lenguaje de otredades, que únicamente cuando se es otro se sabe al rigor del uno—, entiendo que el aleteo de una mariposa puede hacer un huracán o un tsunami, si y sólo si, es para levantar el vuelo y dejarnos así como si nada... Y nada pasa y siempre nos deja con algo, que tal vez mañana entendamos cuan suficiente fue... ¡Benditas mariposas!


Real Dragonfly

Una libélula voló sobre mi entre mis sueños: y aún así no retrocedió el tiempo, ni se acallaron las voces, no cesó el ruido ni llegó tu silencio... se quedó el espacio muerto relleno de cadáveres exquisitos, de liturgias sobre tu cuerpo, de cada palabra sobre la cama -diría nuestra, pero hoy es tu cama-. Voló sobre mi y le pedí un favor: y sonreíste a través del espacio; y le pedí un deseo: y dibujó sobre el espacio cada rasgo de tu cuerpo, y le puso tu nombre, y lo colmo con tus virtudes... le agradecí, y antes de que volará le dije: no te vayas sin ponerle sus defectos... sólo así es perfecta, sólo así es tan humana... una libélula voló sobre mi, no era magia, ni era un sueño, ni era un beso... ni retrocedió el tiempo, ni llegó tu silencio: sólo las voces de mis fantasmas y mis cansados anhelos.

Besos perdidos

Anoche, sentí el desahucio de los besos perdidos, aquellos que jamás llegaron, que escondidos bajo la almohada o los sillones no entraron a la batalla de la realidad sexual y amorosa: y entendí que en ellos también hay mensaje.
Puede haber besos tuertos que no ven la mitad del camino, besos mudos que se guardan cualquier oportunidad de rencor, y de pelea; por cobardía o prudencia. Hay besos tántricos que se mueren de deseo y se caen por abstinencia, o besos l
ocos, aquellos perdidos en su propia enfermedad, besos poemas o besos prosa; de palabras gravitacionales y sentimientos febriles; o besos suicidas: los destinados, desde el fondo del alma, a morir en el mero intento.
Hay besos grandilocuentes, de peso filosófico y hasta académico, besos diablo; los que encierran la intención de pecar y vender el alma -creo que estos son los peores, de tanto ardor se hacen ceniza prontamente-.
Como estos hay más pero a mí me importan sólo los más dolorosos, los que no hicieron nada, estos pinches desahuciados, estos heridos, o muertos bien muertos que se escondieron por cabrones o que por problemas existenciales no entraron a la batalla, ni a la de los sexos, ni a la de las charlas, ni para bendecir cada una de tus pijamas, ni para acercarte ni para nada... Si son los más dolorosos, esos besos que no dados llevan en vez de puntos, nuestros nombres.

domingo, 22 de mayo de 2016

La maleta

Así la mañana... Y me traje la luna conmigo, que ya descolorida, aún brillaba. Me la traje porque sigue ahí esperando el momento en el cual ha de apagarse, la traje aún maltrecha, la metí en mi maleta junto al perfume que tú conoces, hoy objeto de tus reminiscencias. La vi y recordé la bendición de estar vivo, y mis brazos vacíos se escurrían de ausencias, mientras yo agradecía el milagro natural de la cosmogonía: y es que era uno con la tranquilidad del rededor y otro con el ruido en el alma... Y me aterró darme cuenta que no siempre he sido diferente, y me pregunté si fui reconocido... Y decidí no contestarme, por eso me traje la luna y la escondí en mi maleta para explicarle que cada ciclo termina, que así tan pobre y mendiga, de huecos y cráteres, de lados oscuros y mares "tan tranquilos", un día volverá a estar llena... Porque así es la vida y no a todos nos cabe la luna en la maleta...

Así la vida... solos

Así la noche... La vida se muestra ante nosotros siempre impávida, sorpresiva, perpleja, siempre en espera de nuestra propia vida. Fugaz, se llena de instantes que no le pertenecen, se moja las ganas en el café que huele con la entrada del sol por la ventana, se viste y se va descalza a nuestro lado, dejando huellas y signos por si pierde la memoria y el camino a casa. Se agazapa entre los rincones, se funde en los sillones desesperada, esperando el amor, pidiendo que venga su presente con forma de mañana. Se esconde en el lecho, se aprende, letra a letra, las charlas de sobre cama, y los designios del placer que se dibujan entre las sábanas, se sabe de memoria las arrugas que dejan tus manos, el peso de tu cuerpo, la hondonada de tus curveadas nalgas; reconoce los ritos de tus humedades, y el vaivén de nuestras naves acaderadas, que perdidas en cada viaje, regresan en forma de espuma a la orilla de la nada. Mide los saltos de las ideas calientes que brincan cual diablos y ángeles sobre tu vientre, y es que la vida no sabe de placer hasta que ve mi lengua abierta, espinada, desflorando poemas, y acariciando palabras y señas entre tus piernas.
Y es que la vida se deleita de tu sombra desnuda formada cada noche, cubierta por la luz de la madrugada, o por el foco del baño fingiendo ser estrella, y es que te sabe cómo se sabe una plegaria, o el sabor del helado de chocolate.
Y es que así es la vida se alimenta de un nosotros y va yéndose a su ritmo, a sabiendas que a cada paso nos deja en el olvido, y todo se va quedando, sólo en la memoria de la piel, en la genética del otro que somos, cuando solos hacemos el amor...
Imágenes de Petitluxures en instagram









Viajar

Así la mañana... Todo comienza con un sueño, o algo que se cree un sueño: ¡para volar no necesitas alas! Sólo un salto de fe y un precipicio.
Eso es como despertar juntos en una simbiosis dicotómica, ¡eso! Justo cuando uno y otro, no son uno, son uno y otro consecutivamente pero se comportan indistintamente como uno. Ese es el salto de fe, saberse y encontrarse en el otro y confiarle aquello que se es... O no. Porque como en los pecados, también cuenta la omisión: ámame una eternidad pero vete, cómeme despacio, tómame pero ahora no; que no eres tú y no soy yo. ¿Y el precipicio? Ese comienza al momento del viaje, cuando empieza la espulgada de corazón, con la lavada de culpas, cuando exorcizas cada maldición. Se da justo en el momento del viaje que haces en su interior cuando siembras palabras, hablas viejas lenguas y las cuelgas en los globos oculares, en el lóbulo frontal, en los pulmones, cerca de su corazón. Y dentro de ese viaje aceptas el vértigo de la fuerza de su alma, de sus inquietudes, de sus creencias, y de su lado oscuro que empaña cualquier rastro de futuro o de razón.
Todo, inmutable, comienza con un sueño: ¡para volar no necesitas alas! Sólo uno, que sea otro, que te deje viajar dentro de su humana condición.


Comerse a sí mismo

Así la mañana... Auto-Antropofagia, es tener hambre del otro, y comérselo en el afán de encontrarse uno mismo... El amor siempre es la bestia hambrienta por el otro, aquel en que reposa lo que somos y no. Y quisiéramos tragar su alma, sus penas, sus más profundos pensamientos, relamer los dedos, los labios -ambos pares-, encontrar a qué sabe mientras no está con uno, deglutir su desesperanza, masticar sus sueños hasta que entren al sistema y hacerlos de uno -para ser dos, en el sustento de la pareja-. Y es que esta hambre no se sacia con nada, ni con la luz de la mañana sobre su cara, persiste como la silueta dibujada entre las arrugas de la cama, se queda en el humor de la almohada cuando ya sólo existe nada. Es esa hambre la que nos hace salvajes, y nos despierta cada mañana, esa sensación de insaciedad, de buscar batalla para encontrar la forma de llenar, una vez más, el alma...

martes, 3 de mayo de 2016

Más

"Y que tus brazos lo fueran todo, siempre más cercanos al cielo, a la respiración de los astros en nuestro microcosmos... Que fuéramos más amor y hasta salvajes, más mujer y más hombre en nuestras imposibilidades: menos imagen y más sinceridad, ya no con el otro, sólo con nosotros mismos..."

Ilustraciones de Alma de Juguete por: Enrique Zaragoza

Este soy yo...

DE MI han dicho...Nació envuelto en la terrible sospecha del ser humano —él siempre quiso ser árbol, águila o imagen tras el espejo— un 13 de diciembre de 1972, en la ciudad más avasallante y más hermosa del mundo: el Distrito Federal.Desde pequeño creció con lunas en los dedos e ideas itinerantes colgando del cabello, ávido lector de tiras cómicas y de cuentos infantiles permitió a los seres mágicos, divinos y leviatanes arrullarse en su cama tras el profundo canto de las sirenas.Creció, y mientras decidía que hacer de su vida, en cada luna llena besaba las almohadas imaginando al amor de su vida. Por fin, una mañana decidió estudiar derecho, algo que le salió muy chueco porque abandonó la carrera para estudiar periodismo, dando por concluidos tales estudios en el PART, a la vez que rocanroleaba como oso en brama tras una batería.Años más tarde decidió llevar la música en sus adentros y trabajo como negro en la redacción del departamento de cultura de Radio Educación (de vez en cuando se aventaba un palomazo como productor del programa “Su casa y otros viajes”), todo esto sucedía mientras estudiaba un diplomado de Literatura y Periodismo en Casa LAMM. Las letras —aún las de pago— siempre le han perseguido, al igual que la radio, por tanto, trabajo como productor de la serie “Impulso Humano” en Radio Universidad, no sin antes pasar por la Subdirección de Logística Informativa del GDF, algunas agencias de publicidad y la coordinación de medios de IH, A.C.Por fin, el 12 de noviembre del 2005, su destino le alcanzó y se puso a escribir como secretaria ejecutiva después de una huelga, y dio a luz a varios chamacos, y con el único fin de darle de comer a su prole, actualmente se dedica al desarrollo de documentación administrativa para diferentes empresas y alguno que otro trabajo de producción en audio (es cierto, en México vivir de las letras, que no sean de pago, está de la China Hada).Por cierto, el nombre de sus chamacos son:* El eterno idilio entre las mariposas y las hormigas, 2007.* La caída de la luna, 2006. Noveleta rosa.* Alma de juguete (anhelos para el niño que nunca debiéramos olvidar), 2006. Cuentos ¿infantiles?* Egomanias y la Llantitos (cuento – lógia), 2006. Recopilación de 20 años de cuentos darkys y existenciales.La mayor parte de las veces me llaman ¡Hijo de la chingada! ¡o de tu madre!, bueno, la mía... aunque últimamente me he aficionado a ese término tan común y que sólo me sabe si proviene de sus labios y que juntos creemos es para toda la vida (chance y para algunas más).En fin, que de mi la gente puede decir todo y a la vez nada, tengo muchos nombres, lo cierto es que tengo buen corazón aunque lo disfrace de mil y un calamidades...

Rolas de la banda "Nívola_Cría Cuervos" (Quintanar/Vargas/ Cruz)